4

52 1 0
                                    

Tienes amigos. Normalmente no es nada. Pero James Lightfoot estaba bien, sin embargo. Se acordaba de tu cumpleaños, no montaba nunca pollos. Era un pacifista en sentido estricto. Tenía un ojo vago y medio corazón. Nació así. Llevaba el pelo largo

Castaño. Vivia en casa de su madre. Hacía ya un tiempo que su madre no vivía en casa de su madre, pero seguia todo puesto como un hogar familiar. Había fotos en las paredes en las que salía James creciendo, año tras año tras año. Fotos del colegio. Y el ojo ese, desde el principio dando por saco.

El martes me llevő al banco. Se acababa de comprar un GTI por trescientos dólares. Azul descolorido. Podría haber ido caminando, pero me gustaba James Lightfoot y me gustaba su GTI, así que me sub con él. El sol brillaba ese día: nos habíamos liado un blunt con un White Owl de melocotón y Trainwreck dentro, asi que ibamos ciegos de la hostia, Roy venía con nosotros. Roy pintaba casas, pero ese dia no trabajaba. Iba sentado delante. Roy era alto. Pelo negro.

Yo iba sentado detrás. James Lightfoot había puesto un disco de noise rock en el estéreo: era como la estática de la tele a ritmo de blast beats: a mí me parecia imposible que le gusta de verdad ese disco. Me parecía que a lo mejor no tenía ni puñetera idea, pero el coche era suyo

James Lightfoot le estaba gritando a Roy. El primo de Roy, Joe, andaba diciendo que se iba a alistar en los Marines. Y James Lightfoot no quería que Joe se alistase en los Marines. Pero a Roy le parecía más o menos bien, y por eso James le estaba soltando gritos. Un rato antes le había dicho a Roy que tenía que convencer a Joe de que no se alistara en los Marines.

-EL AMOR OBLIGA  - le había dicho, EL AMOR POR TU PRIMO, AL QUE
QUEREMOS TODOS TANTO.

Y ahora otra vez le estaba gritando por el rollo este de Joe y losMarines, y yo no ola lo que decia, pero vela a James agitando el brazo y no pude evitar pensar que tenía pinta de indefenso y que seguramente nadie le haría caso en la vida.

Yo había recibido una carta esa mañana. El banco decía que le debia dinero. Era una equivocación. Me dirigia a arreglarlo. James Lightfoot aparcó el coche y Roy se bajo y corrió el asiento adelante para que yo pudiera salir, y luego entré en el banco y me puse a la cola. No había caido en lo mucho que olia a Trainwreck. Uno de los zapatos estaba destrozado, daba la impresión de que mi vida estaba mucho más jodida de lo que lo estaba en realidad. Pero yo iba en serio. Llevaba un comprobante que era tan valido como la verdad.

Llevaba la carta encima, y el comprobante, y ahora iba a aclarar esa equivocación. No supondrá ningun problema.

Le dije a la mujer del mostrador:

-Me habéis mandado este aviso de descubierto pero no es correcto. Ya lo pagué.

Le enseñé el comprobante. El comprobante era del otro dia. No había vuelto a sacar dinero desde entonces. Ella metió mi nombre en el ordenador.

-Es un nuevo descubierto.

-Pero eso es imposible. No he sacado nada desde el último ingreso. Metí ciento sesenta dólares en la cuenta.

-Ese ingreso dejó su cuenta en un saldo de diez dólares, pero había una comisión de descubierto adicional que al girarse lo dejó de nuevo sin liquidez.

-Como puede ser que me cobréis otra comisión de descubierto después de saldarlo?

-- ingreso no se hizo efectivo a tiempo.

-Pagué en metálico. Aquí mismo.

--No se hizo efectivo, señor.

-Era puto dinero en metálico.

-No. Se hizo. Efectivo.

Cuando sali, el coche estaba en Llamas. El humo salia a borbotones de debajo de la capota. James y Roy miraban cómoardia. Me acerqué adonde estaban y me coloqué al lado.

-Siento lo del coche -le dije a James.

Me preguntó si había recuperado el dinero.

Le dije que no

Cogimos lo que pudimos del coche: las matriculas, los CDs, todos los componentes del equipo de sonido que conseguimos llevar a cuestas. Echamos a andar hacia la casa de la madre de James. Roy levaba un poco de Trainwreck, lo metió en una pipa de cristal y se la pasó a James.

Nadie dijo nada

Nos fumamos la Trainwreck y nos sentimos otra vez como si estuviésemos ganando.

Emily no dejaba de olvidarse gomas del pelo en mi cama y yo se las devuelve. Una cosa de Emily era que sus padres se habían divorciado cuando tenia trece años. Estaba siempre diciendo que no creia que el amor existe en realidad, que solo eran las feromonas jugando con la gente, y que seguramente yo era un canalla y un embustero. Me contó que había sido la primera de su familia en enterarse de la aventura de su padre, lo espiaba cuando hablaba por teléfono. Le pregunté cómo era que lo espiaba.

-Estás siendo un capullo de mierda -me dijo.

-Lo siento. O sea, tuvo que ser terrible.

-Le planté en la cara la verdad y el intentó sobornarme. Me dijo que me mandaria al campamento de voleibol si promete no decirselo a mi madre.

-Hostia

-Yo quería ir al campamento de voley.

-Y quê hiciste?

-Se lo conte a mi madre.

- Llegaste a ir alguna vez al campamento de vóley?

-No.

Tenia la costumbre de desaparecer. A veces iba a buscarla. Nosiempre era fácil: podía costar dar con ella. Una vez la encontré debajo de una rejilla de la acera. Le pregunté cómo se habia metido ahi abajo. Me dijo que no lo sabia.

-Vamos a dar un paseo.

Me dijo que se lo tenía que pensar.

-Qué estás haciendo ahi, además?

-Estudiar.

-llevas mucho rato?

-Mmm.

-Tienes hambre?

Acerco algo a la luz.

-Me he traido una bolsita de Cheerios.

-2 Y qué harás si llueve?

-Ahogarme, supongo

Y luego estaba el Patines. Pasaba más rato con el del que me habría gustado, Así que le dije:

Por que lleva siempre puestos esos patines chorras, ese puto gilipollas?

Y ella me dijo que el puto gilipollas era yo, y que ellos dos solo eran amigos y no había hecho nunca nada.

--Es muy respetuoso -dijo.

-No te creerás de verdad esa mierda, 2no? Dios sabe lo que tiene planeado.

-2Y tu novia que tal?

Emily podía ser así de cruel.

Madison descubrió una de las gomas de Emily en Acción de Gracias.

Pero no montó ningún drama, porque ya estaba todo y los dos lo hablamos. Así que entre nosotros, bien.

A Madison no se le podia hacer daño.

No era ese tipo de chica.

Ella tenía la sangre fria.

Realmente, era una asesina.

Pero, a pesar de ser una asesina, podía ser adorable. Me acordaba por ejemplo de un día, en abril pasado, que yo iba hasta arriba de ácido y ella había estado haciendo el tonto en una cama elástica. Cómo fue verla asi, su falda azul claro dibujando estelas al
girar. Su risa desplegándose por las copas de los árboles. Cómo me hizo llorar. Pero no era ella la colina en la que yo estaba destinado a morir.

CherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora