Nezuko sabia muy bien los sucesos que habían ocurrido en su vida diaria.
Su familia habia sido asesinada, su hermano mayor convertido en un hereje de la humamidad, un demonio, y ella habia entrenado durante 2 años para convertirse en cazadora.
Ahora...
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Paso firme dio por el alborotado bosque bajando lo más rapido que pudiera a la aldea, estaba preparada para su siguiente batalla.
Al llegar cerro sus ojos, suspiro levemente y alzo la mirada.
Observo con sus iris rosas, un demonio de gran tamaño devorando a aldeamos que se encontraba a su alrededor, era una imagen grotesca para sus retinas.
—Por tus crimenes a este mundo, te juzgare.
Exclama a dirección de su presa apuntando su espada, acelero su caminar.
—Respiración del agua, cuarto postura golpe de marea.
Ataco realizando diversos cortes de manera consecutiva, mientras gira fluidamente simulando una marea alrededor de su objetivo.
Sin embargo la corraza del demonio era mucha mas fuerte, su defensa, hacia ese ataque.
Respiro nuevamente aplicando el mismo aliento, varias veces pero no lo logro.
El ser grotesco la vio, dibujando una burlona sonrisa en su rostro, trato de contener su furia la cazadora ante tal insulto.
En tanto el espeluznante individuo vio ese coraje en la joven agarro su cuerpo apretando de forma que ella no pudiera respirar.
Su hermano al ver esa escena de tortura, se abalanzó ante el gran enemigo, rascuchando con sus diminutas garras, esas piernas.
—Que ser tan débil— hablo el demonio dirigiendose a ambos Kamado.
Pateó al joven Tanjiro a dirección de un árbol dejandolo debilitado.
Su hermana al ver eso, se indigna, liberandose forsozamente de aquella fuerza.
—Yo no soy débil— contesto agitada al agresor de su hermano.
—Me esforce en estos dos años de vida para poder derrotar a seres como tú, mi único objetivo que puede definirme como una debil, es aquel que asesino a mi familia, Kibutsuji Muzan, caera en mis manos.
Exclamo con toda la voz que tenia disponible en ese momento.
Cayo al suelo, poniendose de pie cada vez que podia, no se rindio hasta poder derrotarlo.
El niño de cabellos rojizos, vio nostalgico ese bello rostro serio.
Toco gentilmente sus cabellos para luego acariciar su cabeza a su modo le di ánimo.
"Esfuerzate, tu puedes hacerlo", transmitio claramente ese mensaje en su acción.
—Tanjiro tu hermana es una persona fuerte— respondio preparando su siguiente movimiento.
—Respiración de agua, décima postura, el dragon del cambio.
Ataco continuamente sin detenerse aunque cansada se sintiera, incremento su fuerza creando poderosos cortes.
—No dejare que seres como él corten los lazos de familias extraordinarias, yo sere quien lo venza, ahorra mismo—susurro con cada movimiento de su espada.
Vio el hilo y lo corto dejando caer al inmenso derrotado.
Al suelo cayo de rodillas, agitada respiro tocando su cabeza, se acerco Tanjiro a abrazarll.
—Fue una batalla muy reñida, pense que iba a perder, gracias por tu ánimo, eso me motivo— dijo agradecida al pequeño.
Él asintio señalando el azulino cielo, ella volteo viendo que habia comenzado ese espectaculo estelar.
Bellas estrellas caian en la noche, veloces y brillantes como Tomioka lo habia dicho eran verdaderas joyas naturales.
Ambos emocionados no dejaron de ver ese magnifico escenario.
—Casi lo olvidaba, debemos pedir un deseo— menciona la cazadora, juntando las palmas de sus manos y cerrando sus ojos, Tanjiro siguio el mismo ejemplo.
Entre pensamientos único y memorias vividas, no pensaban mejor cosa que pedir un futuro pacifico para los nuevos humanos, un lugar sin demonios ni espadas ensagrentadas, ni asesinatos, un motivo del cual brillaras como una bella sonrisa por tu propia libertad.
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Pasaron las horas de esa silenciosa noche todos quedaron ilusos en deseos que cambiarian su mundo, y admirado esa llamativa representación artistica.
—Nezuko-chan donde estas.
—Gambako sal de tu escondite.
Llamaban en gritos dos voces familiares.
En el camino, buscaban a la cazadora para regresar al cuartel.
Zenitsu con sus oidos, escucho una baja melodía al sur en una gran árbol.
Acompañados ambos se dirigieron a esa dirección.
Al llegar vieron como demonio y cazador dormian cómodamente en la sombra de una gran árbolera.
Admiraron unas expresiones casadas y alegres.
No dudaron en dejarlos ahi, por unos minutos más juntos y tomados de la mano como una verdadera familia feliz.
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