Capítulo 14

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Me levante primero que todos ya que no quería oír esos horribles sonidos de trompeta.

—Primer día en la milicia, quien sabes que cosas me esperan aquí, aunque ahora, ya no tengo mi gran melena, vamos Caleb, no vine aquí para verme bien, lo hice porque quiero cambiar mi país

Comencé a prepararme, ya estando listo comencé a hacer unas abdominales y lagartijas, y como era de esperarse, el sonido de las trompetas invadía toda la habitacion despertando a todos los demás, todos se levantaron con mucha pereza, el general observo que era el único que ya estaba despierto.

—¡Sarguento Bachmann! Reportese inmediatamente
—¡si señor!

Seguí la orden, me puse frente al coronel firme y saludando

—Sarguento Bachmann reportándose señor
—Descansa, veo que te levantaste temprano, estas consciente de que todo va a ser muy duro
—Si señor, estoy totalmente consciente de ello
—hmmm... ¡Soldados! Prepárense para el verdadero sufrimiento, ahora salgan allá afuera y denme 100 vueltas por toda la pista corriendo ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Rápido!

En ese momento todos espabilaron, y se prepararon muy rápidamente mientras yo ya hacía afuera siguiendo las órdenes de mi coronel.

Pasaron meses en lo que seguíamos con la misma rutina, diferente actividad cada vez más ruda. Hasta que después de tanto entrenamiento, nos asignaron nuestra primera misión. La misión consistía en rescatar unos rehenes en una isla selvática.

Llegamos a salvo e iniciamos nuestra misión, mientras avanzabamos a nuestro objetivo, encontrábamos cada vez más enemigos, fue todo muy violento y sangriento. Hasta que al fin llegamos a nuestro destino hubo una gran confrontación muy caótica, pero logramos rescatar los civiles con éxito y regresar al cuartel a salvo.

A medida que cumplíamos más misiones, me iba volviendo mas reconocido por los generales, así que ascendieron mi puesto por un buen desempeño, ahora era un teniente. Como era de costumbre nos habían asignado otra misión, pero cuando iba a prepararme me asignaron con un pelotón nuevo, todos los que estaban ahí, tenían el mismo puesto que yo o incluso más superiores que yo. Hasta que lo vi a él, un Tigre de pelaje blanco con franjas negras, hablaban de él con que nunca lo habían visto hablar, con quien no fuera su superior, además de que siempre mostraba un rostro serio.

Habíamos llegado a nuestro destino donde se encontraba nuestra misión, un gran bosque en el que teníamos que buscar una base general enemiga.

Logramos adentrarnos por el bosque sin que nos descubrieran, una vez ya en la base general enemiga, les tendimos una emboscada, aunque tuviéramos la ventaja, ellos aún así nos estaban dando batalla, hasta que vi en lo lejos, un francotirador, este estaba apuntando al Tigre el cual era el curandero, no lo pensé 2 veces y salte sobre el, el impacto de la bala había alcanzado mi torax, al caer, el curandero me llevó arrastrandome hasta una barricada, yo solo me resistía tapando mi herida con mi pata.

—¿Por qué hiciste algo tan estúpido como eso?
—jeje porque me gusta ayudar a los demás

De su kit de primeros auxilios, comenzó a cubrír mi herida con unas bendas, luego tomó su walkie talkie

—General, tenemos un soldado herido, requiero refuerzos, estamos en medio de una confrontación, el soldado está estable, pero no podrá pelear más, cambio
—Recibido iremos allá inmediatamente cambio y fuera

Comencé a ver borroso, creo que era por la falta de sangre, al parecer si perdí mucha

—hey chico, aun no te mueras, estarás bien

𝑹𝒆𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora