La "Confesión" de ella

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Llevar a Ochako a su habitación en U.A fue una misión fácil.

En un primer momento sus compañeros se resistieron a dejarlo ir a él, dado que pocos conocían de su relación de amistad y rivalidad, fue una suerte que Kirishima acudiera al rescate apoyando la idea de que Katsuki la llevase dado que él era quien menos había bebido en la noche. Si es que había bebido algo.

Así que se cambió la camiseta por una limpia que le había prestado el pelirrojo antes nombrado y, con la castaña acostada en su espalda, se marchó dejando a varios con algunas preguntas en su mente.

Como se relataba anteriormente, llevar a la mareada Ochako a casa fue fácil, por suerte ella llevaba la llave de su dormitorio encima. Lo complicado fue cuando la dejó en la cama y vió que ella también iba empapada de sus jugos gástricos.

-Asquerosa...- se quejó, supuso que ahora tendría que comprarle una camiseta nueva al Pelos de Mierda. Ella solo le dedicó una mirada perdida.

Así que Katsuki, sin pensarlo mucho, empezó a buscar entre las ropas de la chica algo con lo que ella pudiera; acostarse, dormir y descansar bien. La elección fue un conjunto de pijama de color azul cielo con gatitos en él "Menuda mierda..." pensó al ver aquella cosa horrenda.

-Muy bien Cara Redonda, te dejo esto por aquí, cambiate y vete a la puta cama- ordenó el sin muchos ánimos, pero al parecer ella aun seguía con la mirada perdida. Había oído hablar de aquello, después de beber mucho y vomitar, algunas personas quedaban como en un trance temporalmente -hey... respondeme, estúpida- ella levantó la vista del suelo y lo miró a los ojos por unos segundos, luego la dejó caer de nuevo clavandola nuevamente en las baldosas de la habitación -joder...- se quejó él. No podía dejarla así e irse, qué clase de héroe sería entonces -solo haces que darme problemas- dijo mientras empezaba a quitarle la camiseta sucia a la muchacha.

De acuerdo, debía admitir que aquello había sido mala idea, debajo del jersey ella había llevado todo el rato aquel bañador de estampado hawaiano, pero este estaba todo mojado y dejarla dormir con él podría hacer que se resfriara. Pero hacer aquello... ¿No sería tomarse demasiada libertad? Eran amigos, de confianza además... ¿Pero aquello estaría bien?.

-Hey... ¿Estas ahi?- preguntó apenado. Lo único que recibió como una respuesta fue un pequeño hipo -me voy a ir al jodido infierno por esto- se quejó con una mezcla de sentimientos en su interior, pero ella no parecía que fuera a acordarse de nada al día siguiente.

Desde la espalda de ella, quitó aquella prenda y tratando de fijar su vista en donde fuera menos en ella, le colocó la parte superior del pijama, de la parte inferior se encargaría "Su puta madre". Finalmente la recostó, obviamente de lado ya que, si volvía a vomitar, podría ahogarse. Cuando todo estuvo listo se dispuso a irse, pero algo agarró su pantalón, se giró viéndola a ella mirarlo con una sonrisa torcida.

-Gracias...- susurró ella apoyando el codo en el colchón para alcanzarlo.

-Duérmete- pidió el rubio con calma, empujándola con suavidad para que se recostara.

-Katsuki... Te quiero- dijo Ochako mirándolo a los ojos, el la arropó sin darle mucha importancia.

-Yo tambien te quiero Cara Redonda- dijo con inocencia.

-No, digo que te quiero... pero de verdad- explicó sin quitar aquella sonrisa..

-Estás borracha- suspiró y trató de enderezarse, pero ella lo agarró de la camisa con fuerza.

-Yo... Yo lo digo en serio, tu siempre has confiado en mi, tu... Tu siempre has creído en que yo podría ser mejor, tu... tu siempre me has visto como una igual, tú...- ella fue interrumpida.

-Solo he vi que tu no eras... "Frágil"- trató de explicarse, dando la conversación por terminada.

-Y eso a sido lo que me ha enamorado de ti, Katsuki- pero al parecer ella no quería dejar el tema.

Y lentamente ella se fue acercando mas a él, el cual solo se mantuvo quieto esperando lo que iba a pasar, ambos cerraron los ojos dispuestos a hacer aquello.

"No es justo..."

Pensó el rubio de repente

La boca de Ochako se topó con algo que no eran los labios de su amado rubio, y cuando abrió los ojos se encontró con aquellos dos rubíes mirando al suelo y la mano del rubio separando su rostros. Los había detenido en el último momento.

-No...- susurró Katsuki entristecido.

-Pero... ¿Tu no me quieres?- preguntó ella entristecida.

-Yo...- suspiró -Hay tantas cosas que me gustaría decirte... Pero no quiero que las oigas en este estado... -chistó la lengua - No quiero que mañana te arrepientas de nada de lo que hagas hoy -finalmente se enderezó- Si mañana, estando lúcida, sigues pensando lo mismo... -se mordió la lengua antes de decir cualquier estupidez y finalmente se fué. Dejando a la pobre Ochako con la palabra en la boca.

A la mañana siguiente Katsuki se despertó agotado, había dormido sumamente poco y mal, se vistió y se dispuso a levantarse para ir a despejar su mente después de lo ocurrido la noche anterior. Por alguna razón sus pies lo llevaron hasta la habitación de aquella muchacha, se acercó con las manos en los bolsillos y sacó una para hacer el gesto de querer llamar a la puerta, pero se retractó en el último segundo. Pero justo cuando iba a marcharse la puerta se abrió dejandola ver a ella con cara de sueño y resaca.

-Oh, hola Bakugo- le dolió, por alguna razón, que ella no lo llamara por su nombre, igual que anoche -justo iba a desayunar, ¿Quieres acompañarme?- preguntó ella con una sonrisa. El rubio dudo un segundo.

-Claro- respondió con una sonrisa amigable. Cosa que a ella la confundió -¿Qué miras boba?- rectificó al acto.

-Nada, nada- rió ella para encaminarse hacia el comedor.

Una vez allí ella se cogió un yogur de la nevera y él una simple taza de café. El lugar estaba muy solitario dado que la mayoría de alumnos, a causa del final del curso escolar, se habían ido a sus casas y solo quedaban aquellos que vivian sumamente lejos o no podían irse por alguna razón. Por su lado, la pareja charlaba de cualquier cosa, o mas bien ella charlaba, el solo la escuchaba atentamente mientras analizaba cada movimiento de ella; Sus labios, sus ojos, su nariz la cual tenia un pequeño tick al reírse.

-Un apregunta- dijo ella llevándose una cucharada de su yogur a la boca, Katsuki la alentó a continuar con un movimiento de cabeza -¿Como fue que llegué a mi cuarto?- aquello impactó un poco al rubio, pero igualmente ya se lo esperaba.

-¿No lo recuerdas?- preguntó él, con una mezcla entre alivio y tristeza. Ella negó -vomitaste y perdiste el conocimiento al acabar el pulso- explicó mientras se crujía el cuello, a modo de quitarle importancia al asunto -llamamos a un taxi y te trajo la chica rana- mintió.

-¿Tsuyu?- preguntó -menos mal, tenía miedo de que hubiera pasado alguna cosa extraña- aquello fue una punzada en el corazón del chico -pues ella fue muy considerada, me cambió de ropa y todo ¿Sabes?- otra puñalada, que por suerte pudo disimular.

-Seh... Que gran amiga- dijo sin muchos ánimos. Acto seguido se levantó con la taza en la mano -hey, me voy a acostar otro rato, no me encuentro muy bien- explicó sin muchos ánimos, y se marchó, dejándola nuevamente con la palabra en la boca.

He disfrutado como un niño escribiendo este capítulo, la idea era clara y con "I need a Hero", "Falling in Love" y "Over the Rainbow" de fondo ha sido una explosión de creatividad. Por otra parte, estoy sumamente agradecido con la gente que vota, comenta o simplemente lee, un besazo a todos mis amores.

Por eso me enamoré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora