Treinta y Dos.

603 56 25
                                    

"La vida es un viaje" Una simple frase que hasta ahora no entiendo... Solo se que hoy tomo mi maleta y viajo hasta ti, iré detrás tuyo. Esta vez no me voy a detener.

Off.

Lo había visto partir, pero no aceptaba el hecho de no verlo por un mes completo. En un mes pueden pasar demasiadas cosas, yo necesitaba verlo, poder estar cerca suyo, Gun se había vuelto una necesidad para mí. Era cierto que yo debía aprender a amarme y amarlo, pero no creía que estando separados eso fuera algo posible, al menos no para mí.

Estaba pensando en una locura de amor, es verdad que hacerlo sería invadir su espacio y quizás no lo tome de buena manera, pero también puede que le gustó que lo haga... Igual ya no había marcha atrá, la decisión estaba en tomada, iría a Europa a alcanzarlo.

Mi vuelo salía por la noche, estaba nervioso, conocía ya su itinerario y deseaba reunirme con él, compartir este viaje juntos. Llegaría a Francia, a la ciudad de París, la cual todos conocían como la ciudad del amor. Podía aprovechar la situación y así conquistar una vez más por completo a Gun, podía hacer eso que hacen en las películas de romance, una cena en algún restaurante Parisino con la torre Eiffel de fondo.

Gun era un chico que amaba el romance, sabía que él había cambiado, pero nadie cambia tanto como para dejar de ser romántico. Además pensaba pedirle que se casara conmigo o al menos vivir juntos, compartir cada día y noche a su lado. Estaba soñando despierto con mi futuro con él, deseaba tanto estar a su lado que estaba dejando a mi mente volar.

Deje salir un suspiro y cerré la maleta que había preparado de manera apresurada, hice las últimas llamadas y salí de mi departamento. Debía pasar por Singto y Krist, ellos viajarán conmigo, irían a renovar sus votos. Ellos eran la pareja perfecta, yo quería eso con Gun, amarnos sin temor a nada, ellos eran más fuertes juntos, hacían de sus debilidades individuales sus fortalezas como pareja.

Habían pasado por situaciones complicadas, pero eso nunca los separos. Al contrario los hizo luchar por ser mejores y amarse sin condiciones, al principio como todo fue complicados. Krist nunca dudo de lo que sentía a diferencia de Singto, él era quien no sabía cómo interpretar las cosas, pero Krist no se rindió seguía su lado, celebraba sus triunfos como propios, lo acompañaba a cada sitio y lo hacía sentir sumamente especial.

Pasaron por las apariencias el qué dirán, la sociedad etcétera. Cualquiera pensaría que nuestro país está abierto al tema por la clase de programas que están al aire, pero aún hay tabúes y la realidad es que no es fácil.

Ese era uno de mis más grandes miedos, perder el status social, el ser juzgado por amar se diferente manera, pero ahora tengo algo más importante que perder si dejo que el miedo siga apoderándose de mí.

Debía dejar de divagar y ponerme en acción, subí las maletas al auto y salí a casa de Singto y Krist. Ellos me habían enviado un mensaje de que me estaban esperando, la verdad era que el tráfico en la ciudad lo estaba complicando todo, parecía que no avanzaba.

Por fin llegué a mi destino después de casi cuarenta minutos, en lo personal parecía que había sido mucho más tiempo, los nervios y la ansiedad me estaba atrapando.

—Tranquilo Jumpol, todo saldrá bien.—Una palmada fue dada sobre mi hombro, después de una suave sonrisa por parte de Singto.

—Sí, ¿Qué más puede pasar? —Me miró Krist con cierta burla y diversión.—¡Ah! Claro, lo pueden rechazar. —Una risa escandalosa escapó de sus labios.

—Vamos amor, no lo pongas más nervioso.

—Solo lo estoy disfrutando Sing... —Se acercó y besó tiernamente los labios de su esposo.

—Gracias por apoyarme.

No tenía idea de que más decir, mi mente era un gran desastre. Mi capacidad de pensamientos había disminuído.

—No agradezcas, no lo hacemos por ti... —me hizo una mueca. —Sing y yo iremos a renovar nuestros votos, sólo fuiste afortunado de ser invitado a un evento tan importante.

—No le hagas caso, sabes que disfruta molestarte... —Tomó la mano de Krist y caminó directo al auto. —Vamos, no hagamos esperar más Gun.

Era yo quien ya no podía esperar por estar a su lado, por gritarle que lo amo, por tomar su pequeño rostro entre mis manos mientras lo llenó de besos, por sentir su aroma junto a mi cuerpo, por acariciar cada espacio en su piel, simplemente era yo quien tenía que terminar con la espera de ser suyo y el mío una vez más.

Mil pensamientos invaden mi mente, pero uno era el que ocupaba el espacio más grande "Amo a Gun, amo a ese pequeño hombre, es él quien llena mi vida de luz" Una sonrisa cubrió mi rostro al pensar cada vez en ello ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Cómo dejé que fuera la distancia y el tiempo que no estuve a su lado quién me dieran la respuesta?

—Te amo Gun...

—¿Dijiste algo? —Krist me miró con extrañeza.

—No, no... —Moví mi cabeza de manera negativa y solo le sonreí.

Bajé del auto y tomé mi maleta, estaba ansioso por abordar aquel avión que me llevaría hasta Gun, aquel avión que me llevaría hasta el amor de mi vida, por qué eso era Gun para mí.

Llegamos con el tiempo justo para poder documentar y de ese modo poder abordar. El avión me parecía pequeño, mi pecho subía y bajaba con rapidez mi respiración estaba siendo irregular, está no era la primera vez que viajaba, pero yo me encontraba sumamente nervioso. Las próximas horas serían eternas para mí.

He fallado a cada paso que he dado. Me he equivocado más veces de las que he acertado. He llamado "suficiente" para no querer seguir luchando... por cobarde. Me he llenado de miedo e inseguridades y cuando por fin abrí los ojos y caminé hacia él, ya no estaba.

Podría llevarme una vida arrepintiéndome por lo que he hecho o puedo ser lo que él siempre debió tener de mi.

Quedan pieles rasgadas, corazones heridos y cientos de lágrimas derramadas. Queda un par de seres lastimados, dolidos y pisoteados.
Tengo miedo de lo que vendrá, de lo que sucederá en cuanto esté frente a él, pero si no lucho ¿Será correcto?

¿Será suficiente? No puedo ver el futuro, aquel futuro que siempre fue mi mayor miedo. Arruiné mi presente por preocuparme por un fugaz e incierto futuro.
Tan idiota... rompí a la persona entregada a mi por preocuparme por algo que sinceramente ¿Lo valía?

¿Valía arruinar todo por un futuro al que quizá no llegaría? Por que nadie lo sabe, nadie sabe si mañana estará aquí.

Así de fugaz es la vida y así de fugaz parece ser Gun, hace un tiempo estaba entre mis brazos y ahora lo veo más lejos, perdiendose entre la nada... de la cual estoy rodeado.

Sí pensé que estas horas de vuelo servirían para acomodar todo lo que haría apenas llegara a París... me había equivocado una vez más. Esto se estaba convirtiendo en tortuosas horas que me recalcaban que fui un tonto y un cobarde.

Un cobarde que hoy estaba dando ese último salto de fe que si bien, era más probable que no funcionara, Gun era alguien que valía por completo y absolutamente la pena.

Valía el dolor, valía las lágrimas, valía el tener que dejarlo ir si eso sanaba su corazón.

Gun era luz y era mío.
De mis ojos cerrados sentí caer unas lágrimas, mi pecho dolía, mis manos sudaban... y en mi cabeza la única imagen que se proyectaba era la de Gun sonriendo... yo daría mi vida por esa sonrisa. Daría todo, incluso... mi propia felicidad.

Hola! Quiero agradecer a cada personita que se toma la molestia se seguir leyendo... Nuestra historia llegará pronto a su fin, la espera habrá terminado.

Solo quisiera saber si esperan un final feliz o uno triste... La idea original se fue modificando en mi cabeza y ahora que llega el final, tengo mis dudas.

Espero sus comentarios y nuevamente muchas gracias por seguir aquí.

Impossible [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora