LOST (Z.D.J Y TU)

Capítulo 32

Supongo que ese era el precio que tenía que pagar por volver a recuperar la confianza de mis amigos. Cuando llegué al campamento de los segadores, un escalofrío recorrió toda mis espalda, da igual donde mirase, solo se veían restos humanos. A lo lejos pude ver al segundo del clan de Carlos, aún seguía vivo. Los segadores no paraban de mirarme, de observar cada paso que daba, lo entendía, no había ninguna mujer, eran todo hombres. Me senté al lado del que fue nuestro prisionero.

.*¿Te han vendido los tuyos? No eres tan importante como pensabas.

__(Tn): Tienes razón, no soy tan importante como pensaba, pero no, no me han vendido. Hice un trato con Roan, la vida de mis amigos por la mía.

.* Vaya, que valiente. No te servirá de nada, tú morirás aquí y ellos también, les acabarán cogiendo y les entregaran a los segadores para que no se lleven a los suyos.

__(Tn): No es verdad, hicimos un pacto, vi como los chicos se iban.- el rió irónico.

.* Lo que tu digas.

__(Tn): Lo que no entiendo es que tu aún sigas vivo. No le gustas ni a los segadores.

De pronto todos los segadores se pusieron a nuestro alrededor, tocando mi pelo, como si estuvieran investigando que era. Empezaron a gritar y miré al otro prisionero en busca de respuestas.

.* Es su hora de comer, tú o yo seremos el primer plato.- intentaba hacerse el gracioso para aparentar que no tenía miedo, pero sus ojos decían todo lo contrario y normal, yo estaba aterrada.- Tranquila princesita, parece que voy a ser yo, dijo cuando le estaban cogiendo del brazo.- Aprovecha y escapa de aquí, tenías razón yo no le gusto a nadie pero tú puedes recuperar la confianza de los tuyos.

No sabía qué hacer, no sabía si quería dejarle allí y aprovechar la oportunidad que me daba la oscuridad y su hora de comer para escapar o quedarme a ayudarle. Demasiado tarde, cuando me dispuse a desatarle los segadores le dieron con una piedra en la cabeza que le mató, no me quedaba otra que correr.

Salí corriendo de su campamento, aprovechando que estaban distraídos comiendo, pero debe ser que se percataron que no estaba, empezaron a buscarme, les escuchaba correr detrás de mí, a pocos pasos. Estaba agotada y no sabía cuánto iba a poder aguantar, a lo lejos vi un fuego y pensé que nada podría ir peor de lo que ya estaba yendo así que decidí correr hacia él.

Cuando llegué vi a Ecko y a Roan y a más gente de su nación, estaban haciendo una especie de ritual de agradecimiento, llevaban la cara pintada de blanco.

Roan: No puede ser, es imposible.- dijo incrédulo y sonriéndome.

__(Tn): Debéis iros, los segadores me siguen muy de cerca. No quiero poneos en peligro.

Ecko: Mi rey, es el momento de irnos, por una vez esta chica ha tenido sentido común.

Roan: No, yo me quedo Ecko, es la primera persona que escapa de los segadores, se ha ganado mis respetos.

Parece ser que no solo los de Roan, también del resto de su Nación. Todos se quedaron. No tenía ni espada ni pistola para defenderme, así que cogí un tronco de madera que había en el suelo y lo incendié. Los segadores llegaron, con la boca y manos llenas de sangre. Tenía ganas de llorar, estaba cansada, pero no podía hacerlo delante de Roan. Los segadores miraban el fuego con miedo y en ese momento lo entendí todo, si eran como cavernícolas, no habían visto el fuego de cerca y les daba miedo, por lo que no se acercarían. Me acerqué despacio, bajo la mirada atenta de Roan y el resto de la Nación, que tenían las armas preparadas por lo que pudiera pasar.

A cada paso que daba más cerca de los segadores, ellos más se alejaban hasta que se fueron corriendo.

Roan: ¿Cómo lo has sabido?

__(Tn): Solo me he arriesgado, creo que es mejor irnos de aquí.

Cuando llegamos a su ciudad, Roan me hizo pasar a sus aposentos.

Roan: Tienes una pinta horrible.- llevaba toda la ropa sucia y desgarrada de engancharme con las plantas.- es mejor que te laves y te cambies de ropa, esta noche dormirás aquí.- dijo dominante sin darme tiempo a responder o decidir.