Kim TaeHyung y Kim Jennie son como el agua y el aceite, a pesar de ser hermanos no comparten ese vínculo, siendo la sangre lo único que los une.
Después de eventos desafortunados, Jennie conseguirá lo que TaeHyung anhela con desespero; a Jeon JungKo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JungKook llegó cansando ese día, algunos asuntos en la empresa lo habían dejado agotado, y el cansancio era palpable cada vez que sus ojos comenzaban a cerrarse. Así que condujo lo mas rápido que pudo, sintiéndose pleno al llegar a casa y recostarse en las suaves sabanas de su cama.
La verdad era qué, no solo su trabajo lo tenia así, el dueño de sus pensamientos siempre era el precioso castañito. Habían pasado algunos días desde aquella fiesta desastrosa, la cual aún le hacia tener un mal sabor de boca, recordar que en dos meses se casaría con la pelinegra le asfixiaba de sobre manera... Todo era un total caos.
El suave sonido de las gotas golpear la ventana lo hicieron salir de su ensoñación y fue cuándo se dio cuenta de la ligera llovizna acompañado de una suave ventisca que se encontraba afuera. Los suaves truenos y luminosos relampagueos fueron suficientes para aventurarlo y llenarlo de valor.
Se puso de pie, y saliendo de su habitación -que compartía con Jennie- en total silencio, se dirigió con sigilo a la recámara de TaeHyung.
Abrió la puerta y cerro los ojos en cuanto el rechinar de la madera sonó, implorando a todos los dioses dentro que nadie lo hubiera escuchado, en especial el dueño de aquella habitación.
Espero por unos segundos, y sin que alguien diera indicios de acercarse, se coló dentro como una ardilla escurridiza.
Se aseguro de poner el seguro, y sonrió cuando su campo de visión identifico el cuerpo voluptuoso del castaño entre las sabanas. Quitándose sus pantuflas de Iron Man, movió un poco las telas y se introdujo dentro de ellas, metiéndose en la cama junto a TaeHyung, temblando debido a la temperatura elevada.
Trató de no hacerlo despertar atrayéndolo hacia él, pegando su cuerpo con el de TaeHyung y poniendo sus manos en la pequeña cinturita estrecha. Quedando así en posición de cucharita, JungKook disfruto aquel momento, añoranza surgiendo en su pecho.
TaeHyung desbordaba un lindo olor a lavanda y chocolate, fue lo último que pensó antes de caer dormido junto al castaño pegado a él.
Ambos disfrutando la cercanía y la compañía del otro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
