Kim TaeHyung y Kim Jennie son como el agua y el aceite, a pesar de ser hermanos no comparten ese vínculo, siendo la sangre lo único que los une.
Después de eventos desafortunados, Jennie conseguirá lo que TaeHyung anhela con desespero; a Jeon JungKo...
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JungKook camino sin rumbo.
Sino mal recordaba, Jennie le había traído allí justo cuando cumplían cinco meses de novios, le había preparado un pequeño picnic, pero una llamada de su trabajo le hizo tener que irse dejando a la pelinegra sola y sin planes de celebrar.
El azabache maldijo entre dientes cuando noto algunas pisadas en la tierra deduciendo que habían sido recientes y sintiéndose mas ilusionado camino mas rápido.
Esperaba encontrar a TaeHyung.
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—Realmente me enfermas —Murmuró.
TaeHyung no perdió de vista ninguno de sus movimientos, observando como Jennie se paseaba de un lado a otro.
Miro de reojo detrás de él, viendo un enorme vacío con varios metros de profundidad, trago en seco.
No tenia salida.
NaYeon no se movió de su lado, su pecho subía y bajaba con brusquedad sintiéndose cansado y abatido, seguramente ahora mismo se veía hecho todo un desastre. TaeHyung miro hacia su vientre, apenas formando una pequeña sonrisa, prometiéndole que estaría bien, que su papá estaría siempre a su lado, y una punzada de dolor se atasco en su garganta.
—No hagas esto por favor —Se atrevió a hablar —Jennie, tú no eres esto —No sabia que lograría con hacer eso, pero si conseguía mas tiempo, le bastaba.
La pelinegra lo miro sin expresión, segundos después lanzo una carcajada que hizo eco debido al precipicio detrás de él.
—¿Qué no soy esto? —Acaricio su mentón fingiendo pensar algo —¡Pero que dices! Yo siempre he sido así ¿Mi actuación de buena hija no funciono? —Sonrió divertida.
—Jennie no sé que haya pasado contigo pero por favor —NaYeon suplico —Tu hermano no. Él no tiene la culpa de nada, e-esta embarazado por favor —La fémina le miro con seriedad antes de volver su mirada hacia TaeHyung quien abrazo su vientre en forma de protección al notar como Jennie se le quedaba viendo.
—Ese bastardo no debe existir —Pronunció con rudeza —Tiene que morir.
El castaño no pudo detener el jadeo que salió entre sus labios cuando la mujer saco un arma y les apunto, más específicamente a él. TaeHyung negó sollozando.
