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— Está vez San Valentín, va ser muy diferente — dijo Lucrecia mientras pasaba lugar por lugar entregando unas invitaciones para la fiesta de San Valentín — y lo voy a organizar yo —

Carla se encontraba sentada sobre una de las mesas en el aula de clases. Rodó los ojos y tomo la invitación que su amiga le entregó, frunció el entre cejo mientras leía lo que contenía aquella tarjeta color rojo — San Valentín al revés? — miro a su amiga y arqueo una ceja.

— Así es. Ay seamos honestos, por favor — la mexicana respondió rápidamente, se giró hacia un costado y empezó a hablar para todos sus compañeros — San Valentín se ha vuelto una celebración arcaica, aburrida, cursi — volvió a retomar el paso y continuó entregando las demás invitaciones — flores, bombones, colores y nosotras siendo unos putos objetos poniéndonos lindas, horas en la peluquería para ellos —

Carla observaba la invitación mientras seguía escuchando a su amiga dar su discurso. Le daba vuelta, volvía a leerla y suspiro.

— Serán ellos los que muestren... carne — Lu hizo énfasis en la última palabra y sonrió muy grande mientras se volvía a detener cerca de Carla.

La rubia trato de girarse para buscar a Samuel con la mirada, pero recordó que la tarde anterior habían discutido y no tenia ánimos de verlo ni hablar con él. Así que volvió a mirar la invitación.

— Y nosotras elegantes con unos increíbles tuxedos o sea, esmoquin si no saben inglés — prosiguió hablando muy emocionada por su gran idea.

La rubia arqueo una ceja y volvió a mirar a su amiga — Cada uno debe traer su propia bebida? —

— Si darling, todo es al revés — Lucrecia se acerco a su amiga — o sea todo mundo tiene que traer su bebida, lo que va comer, y yo la anfitriona y reina de la noche, disfrutando —

La marquesita volvió a clavar su mirada en la invitación y frunció los labios. Vaya San Valentín que pasaría. Antes de que llegara la fecha había hablado con Samuel y habían pensado en tantos planes que hacer para ese día, los cuales ninguno se haría realidad porque ambos eran unos orgullos de primera y no querían aceptar que los dos tenían culpa de lo sucedido la tarde anterior.

Mientras seguía recordando su pelea con Samuel, quien estaba sentado hasta el fondo del salón leyendo la invitación y pensando en si era bueno asistir o no asistir. Logro escuchar una conversación entre Cayetana, Polo y Valerio a la cual Guzmán se integró y terminó con Lu haciendo callar al rubio.

— Iras a la fiesta, verdad? — reconoció inmediatamente la voz de su amiga que se sentaba junto a ella y la miraba atentamente— No te la puedes perder —

— Lu, no lo sé — miro a la morena y luego agacho la cabeza un poco haciendo un morrito con los labios — Hoy no tengo ánimos de fiesta y mucho menos de celebrar —

— Ay por Dios, honey — Lucrecia giro levemente su cuerpo en dirección donde Samuel se encontraba — lo dices por el camarero? —

— Su nombre es Samuel — le recordó molesta por el apelativo que utilizó e hizo que su amiga volviera a la posición de antes — y no, por supuesto que no lo digo por él — tomo su postura orgullosa.

— Si claro y me lo dices a mi que te conozco tanto, Carla — se encogió de hombros y miro una de sus manos — los dos están de un humor que ni ustedes mismos se soportan —

Carla disimuladamente de giro hacia donde Samuel estaba para verificar lo que su amiga había dicho y efectivamente el camarero tenía un gesto en el rostro de pocos amigos.

"El botón del tiempo "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora