Dudas -1

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Aquel balcón era su lugar favorito para pensar, para analizar sus decisiones. Tenia una hermosa vista de todo el castillo, de toda la ciudad, de todas las legiones de Palasitos. La brisa recorriendo su cara, los rayos del atardecer reflejándose en su armadura, en su gran espada Teogenesis, aquella que se decía que podía partir el mundo en dos.

Como Palasito de primera clase, su deber era estar todo el tiempo protegiendo a su diosa, la señorita Pallas. Pero aquel dia no había ido a ese lugar para pensar. Ese dia había ido para huir, no entendia que le pasaba últimamente. No podía cumplir su deber correctamente, ella le hacia sentir nervioso.

Aun recordaba aquel dia en el que la encontró en aquel lugar, cuando aquel caballero de Athena no había podido asesinarla. Era una niña pequeña, y el la había cuidado como si fuese su hermano mayor... pero esa niña no era como las demás, era una diosa, y cada dia crecia mas rápido de lo normal, adquiria una belleza descomunal... una belleza que lo hacia dudar.

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Pero..... pero..... ¿Por qué no puedo tener una mascota? Neee -vociferaba su diosa enojada, quería una mascota pero no se la querían dar-

Señorita Pallas, como le he dicho previamente... una mascota no es tan solo un capricho, es una responsabilidad, una responsabilidad muy grande -respondio Aegaeon, manteniendo una reverencia, sin llegar a arrodillarse, pero mostrando un minimo de respeto-

Concuerdo completamente con Aegaeon, señorita. Tenemos que concentrarnos en nuestra misión, no podemos distraernos con un animal en el castillo -replico Gallia, recostada en una columna del salón del trono, alejada del resto de Palasitos presentes. Observaba sus uñas y no le prestaba atención a lo que pasaba, ya eran normales las rabietas de Pallas, y ella tan solo esperaba a la resurrección de su señor, asi podría deshacerse de esa malcriada-

Hagan lo que quieran imbéciles. Al final ni me importa si hay una bola de pelos rondando por aquí, eso no va a generar cambio alguno para mi -añadió Hyperion, el cual nunca le importaba lo que pasara. Tan solo esperaba el momento en el que su verdadero señor llegara. No le importaba esa basura y palabrería, asi como esas bestias-

Chicos, no sean malos, tan solo quiero una mascota -repetia continuamente la diosa y ''líder'' de los palasitos, seguía haciendo pucheros y rabietas- ¡Titan! Ayudame.

-El palasito de cabello negro seguía arrodillado mirando al suelo. Alzo su vista con tal de apoyar a sus camaradas, pero.... no se había dado cuenta lo mucho que había crecido. Ya no era una niña...... sus ojos.... sus labios.... las curvas de su cuerpo... no podía dejar de mirarla, y no podía dejar de sentir como sus mejillas se ruborizaban. Las palabras no le salían de la boca, comenzaba a sentirse raro. Sentia como le temblaban las manos, se sentía muy raro. Por lo que se quedo contemplándola mientras intentaba soltar alguna palabra-

¿Titan?¿Los gatos te comieron la lengua?¡Ayúdame!¡Titan! -miraba como su principal soldado se había quedado observándola. Se sorprendio y confundio al ver como la cara de este había adquirido un tono rojo, como la armadura de Hyperion. Iba a preguntarle porque su cara estaba asi cuando la interrumpio susurrando unas palabras-

Denle la mascota -fue lo único que pudo decir, no podía dejar de mirarla, pero sentía tanta pena, tanta vergüenza estar ahí. Necesitaba salir de ese lugar, necesitaba huir de ahí. La siguió mirando unos segundos mas hasta que dos voces al unisono lo sacaron de su trance-

¿Cómo se te ocurre Titan? -replicaron Aegaeon y Gallia al mismo tiempo-

-Se levanto, y agachando su cabeza con tal de que no se notara su sonrojo, vocifero de tal manera que dejo a todos en aquel lugar en silencio- ¡¡Ella tendrá su mascota y no se va a discutir!!¡¿Entendido?!

-Los otros tres Palasitos de primera clase asintieron en silencio y salieron de la sala del trono. Por lo que se había quedado solo con ella, lo que lo hacia sentir mas nervioso, sentía como su respiración aumentaba y temblaba mas. Por lo que tenia que asegurarse una forma de salir de ahí, y la encontró al notar una presencia oculta en aquel lugar- ¡Europa! Sal de ahí maldito vago.

-De las sombras apareció esa presencia, revelandose como el Palasito de segunda clase Europa. Hizo una reverencia burlona, y reia entre dientes del rojo en la cara de su superior- ¿Cuáles son sus deseos jefesito superpoderoso magnifico superguay Titan?

Deja de halagarme y consíguele una mascota a la señorita Pallas -susurro mientras caminaba fuera del lugar, necesitando tomar aire y huir de ahí-

Como ordene amo tomat.. digo, amo Titan -replico de manera burlesca y soltando una carcajada-

-No estaba para chistes, y mucho menos para los chistes de esa plaga de Europa. Por lo que cuando paso a su lado, puso una mano en el hombro de este y con la otra mano sostuvo la empuñadura de Teogenesis. Se acerco a su oído y le susurro- No me hagas usar esto.

Como usted ordene señor -el Palasito hizo un saludo militar clavándose un dedo en el ojo. Lo cual hizo que la chica soltara una risa. La cual hizo que el rey Palasito se sonrojara mas y siguiese su camino de retirada de aquel sitio-

Gracias Titan, eres el mejor -dijo su diosa y generadora de sus nervios.

-El se limito a asentir y sonreir completamente satisfecho mientras atravesaba la puerta que permitiría su huida....pero la pregunta es.... ¿Huida de que?

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Casi no había logrado salir de ahí. No sabia si los otros se habían dado cuenta de como se habia puesto. O peor, que la propia señorita Pallas se hubiese dado cuenta de eso. Lo único que sabia es que ese payaso de Europa si se habia fijado en eso, y temia que comenzara de lengua larga a contarle a todos los soldados. El era el Palasito mas poderoso y no podía permitir que hubiese un rumor de el entre su ejercito. Eso desacreditaría la imagen de gran comandante que tenia.

¿Era eso lo que le preocupaba?¿O era que le contase a Pallas?¿Acaso le preocupaba que ella ya no quisiese verlo?¿Ya no quisiese su compañía?¿Ya nunca mas poder ver sus brillantes ojos?¿Escuchar su hermosa risa?¿Su melodiosa voz?

Jamas en su vida se habia sentido intimidado. Jamas en su vida habia tenido miedo. Jamas se habia sentido tan..... vulnerable.

No se habia dado cuenta, hasta aquel momento, la mujer hermosa en la cual Pallas se habia convertido. Ese minimo momento habia perdido las palabras..... Ella le habia robado sus palabras.... habia hecho que se hubiera quedado viéndola fijamente como tonto..... El la habia visto crecer, sabia que estaba mal lo que sentía..... Sabia que su único deber era cuidarla y protegerla..... Pero quería dejar todo, dejar la guerra contra Athena, dejar la misión que Saturno le habia dado, dejar tirado su Cronotector y su espada..... Dejaria todo con tal de estar al lado de ella. Con tal de resolver esa confusión... de resolver esas... dudas.

¿Te gustaría bailar conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora