CAPÍTULO 1

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Capítulo 1.-

Melian era una princesa elfa de Lórien, algunos cuentan que en ella había renacido la belleza de la Maia Melian, esposa del Rey Thingol en la primera edad y quienes vivieron por un tiempo en Lothlórien. De ahí que la princesa llevara también el nombre de aquella elfa de antaño. Su nombre en sindarin significa "un regalo de amor" (Mel: amor; Anna: regalo).

Era la hermana menor de Haldir, el Jefe de la Guardia, y desde muy corta edad estuvo bajo la protección de la Dama de Lórien, Galadriel, y Lord Celeborn, pues su madre al morir así lo había pedido. Sin embargo, en tiempos de confusión y engaños, sus protectores la comprometieron con un hombre mortal de Minas Mórgul. En aquel entonces aún no se tenían noticias del anillo único, aunque siempre se supo que la gente de Morgul no era de fiar. La Dama de Lórien sabía que al casarse, Melian perdería su inmortalidad, era un intento desesperado por aliarse a los pueblos más poderosos cercanos a Mordor y así tratar de evitar que se unieran al poder oscuro. La sabiduría Noldor de Galadriel y Celeborn los llevó a predecir la llegada de una terrible guerra.

Melian, por supuesto, no estaba de acuerdo, no entendía por qué sacrificarse de esa manera, si al final de todo su pueblo partiría a las Tierras Imperecederas. Haldir le aconsejaba no poner resistencia, tal vez porque no había forma de cambiar su destino.

-Qué voy a hacer, Haldir? Ni siquiera lo conozco... ¡por favor, dime qué hago! - le dijo mientras lloraba abrazada de su hermano, se sentía desesperada y sola.

-Melian, quisiera ayudarte pero no puedo, sabes que no estás sola, siempre estaré contigo y no voy a permitir que él ni nadie te lastime, todo va a estar bien, de verdad - la abrazó tratando de tranquilizarla - nunca te voy a dejar sola, no importa cuán lejos estemos, estamos unidos por la luz de nuestra madre.

-Pero, ¿por qué a mí? No me casare, aunque me maten por eso - Melian estaba decidida a desobedecer las órdenes de Galadriel sin importar cual fuera el precio.

-¡Melian! No sabes lo que estás diciendo, ¿tienes una idea de lo que podrían hacerte por desobedecerlos? Nadie en la Tierra Media podría evitarte ese sufrimiento - le dijo tomándola por los hombros y mirando fijamente sus ojos color miel, Haldir parecía haber perdido la entereza al escuchar a su hermana.

-No, todo sería mejor que casarme...después de todo lo único que tengo es a ti, sabes muy bien que nuestros dos hermanos no tienen tiempo de verme.

-Si no te casas no volveremos a vernos jamás ¿Sabes por qué? Porque te exiliarán de Lórien y no habrá perdón para ti nunca, ¿entiendes? - le contestó Haldir sin poder controlar su enojo y desesperación.

-¿Exiliarme? Pero si el enviarme a vivir a Morgul me exiliará de todas formas, Haldir tengo el presentimiento de que algo muy peligroso me espera en la tierra de los brujos - le dijo abrazando a Haldir con fuerza.

-Tal vez, podría irme contigo, provocar que me exiliaran también e irnos muy lejos, hablaríamos con Lord Elrond y...

-¡No! No voy a dejar que hagas eso, Haldir... Lothlórien te necesita, estás al mando de la Guardia del Norte y nadie es mejor que tú - si me exilian podrías visitarme en Rivendel.

-Es que no es tan fácil, Melian, el exilio no es todo el castigo, aún hay más - le dijo preocupado.

-¿Qué cosa? - lo miró asustada.

-Un castigo de 20 latigazos, después te quitarán tu corona y te echarán de aquí como si fueras lo peor . le dijo acariciando el cabello castaño oscuro de su hermana.

-¿20? - 20 latigazos no eran suficiente para que Melian se retractara de la decisión que ya había tomado - No importa, puedo con eso...

-Melian, eres mi hermana...no puedo dejar que te hagan eso - le dijo sin dejar de abrazarla - eres el vivo recuerdo de nuestra madre, no sabes lo que daría por que ella estuviera con nosotros.

El Regalo de Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora