CAPÍTULO 5

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La comunidad del anillo había encontrado gran descanso al largo viaje que había emprendido desde Rivendel, sin duda les caería muy bien recobrar fuerzas para todo lo que faltaba aún. La tristeza por Gandalf seguía presente, pero habían aprendido a sobrellevarlo y a unirse más para enfrentar la adversidad.

Al conocer Galadriel de las intenciones de Morgul de apoderarse de la princesa de Lórien, lo mejor que podían hacer era resguardarla tras las fronteras del bosque para mantenerla segura; el problema era que ella seguramente se negaría a abandonar a sus compañeros. Un integrante menos no les vendría nada bien. Haldir se había propuesto hablar con su hermana buscando persuadirla.

-Ahora que estás de nuevo aquí, a los Señores les vendría muy bien tenerte cerca, son tiempos difíciles... – comenzó a decirle mientras ambos caminaban junto al lago que frecuentaban desde que Melian era una niña.

-Haldir, no voy a quedarme...no puedo dejarlos ir; le hice una promesa a Frodo y tengo que cumplirla – le contestó tomándolo de la mano, la mirada de Haldir se ensombreció, pero al final medio sonrió.

-¿Es por Frodo o es por alguien más? – le preguntó levantando la cara de Melian con su mano, ella sonrió y bajó la mirada apenada.

-Haldir, no es nada serio – intentó mentirle a su hermano, durante largos años él se había burlado de todos los pobres soldados de Lorien que miraban embelesados a su pequeña hermana, pero que ella jamás había volteado a mirar.

-Por los Valar, hermana, podrás engañarme en lo que quieras pero aquí no hay forma...he visto cómo se miran, es aún más valioso por los tiempos que se avecinan...me hace feliz verte así – pasó su brazo por los finos hombros de su hermana y ella se recargó en él.

-Me hace sentir bien estar con él, no sé aún lo que vaya a pasar pero sé que no puedo dejarlo ir, si nuestro futuro aún no se ha esfumado debo luchar por él – le dijo Melian aún abrazándose a su hermano.

-Entiendo que debas ir a su lado, tengo miedo por ti, pero debo respetar tu decisión – Haldir no dijo más, siguió abrazándola un tiempo más hasta que fueron encontrados por Legolas.

-Melian, iré a hablar con Aragorn, hay cosas que organizar para su salida mañana – Melian lo miró sin entender, aún no había visto a Legolas y Haldir tenía una sonrisa cómplice.

-Está bien, ¿por qué te ríes?

-Porque hay un príncipe que te está esperando... – le contestó señalando con la mirada a Legolas, ella volteó a mirar y sonrió sin poder evitarlo

Haldir soltó a su hermana, que caminó hacia Legolas tranquilamente, el Capitán de la Guardia hizo una reverencia a ambos príncipes y se retiró sonriendo. Legolas estaba vestido con colores grises y celestes, a juego con el vestido celeste de Melian. Ella lo llevó por todos los rincones de Lórien que ella solía visitar, le habló de tantas cosas que había vivido ahí. El misticismo de Lothlorien embriagaba cada rincón del bosque y Melian parecía estar llena de magia.

-Entonces aquí es donde dice Haldir que la mitad de la Guardia se sentaba a escucharte cantar... – dijo Legolas a modo de broma, Melian se paró frente a él, más alto que ella, y le sonrió tímidamente.

-Haldir exagera...no le hagas caso.

-Yo no creo que exagere, que eres hermosa no es una mentira – Legolas se inclinó para besarla y ella cerró sus ojos al sentir un cálido beso. Un beso lleno de amor que pronto se cargó con pasión; Legolas la tomó de la cintura y la pegó a él. Ella sonrió al separarse de él y siguieron caminando por el bosque para encontrarse con los demás para tomar la cena.

El Regalo de Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora