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Los 36 años era una edad bastante avanzada, pero como Yuta es Yuta y es hijo de un hombre que se apodaba "el Dios de la juventud" el adulto parecía un chico de 18 años. Ni una arruga en su cuerpo, ni una.

Taeyong con 35 años tenía arrugas, sí, pero muy pocas. El coreano envidiaba a su esposo, en serio, ¿cómo hace? Por eso, cuando decidieron alquilar un vientre, iban a elegir los espermas sagrados de Yuta Nakamoto.

Y ahora, quince años desde que eso pasó, tienen a un pequeño adolescente que decidieron llamarlo Mark.

El niño era muy alegre y siempre venía con anécdotas de lo que pasaba en la escuela, se fijaba en cada detalle por lo visto, porque de lo poco interesante que es la escuela, él podría convertir un día monótono en una impresionante historia con precuela y secuela de 5 horas de puro entretenimiento. También era gracias a Lee DongHyuck, su amigo del que parece ser más bien otra cosa más seria por cómo se comportan, y ambos adultos lo saben bien.

Cuando Taeyong terminó el servicio militar hace ya 3 años, Mark además de estar animado, feliz y nervioso por ver a su papá de vuelta, venía con muchas anécdotas para contar.

-¡Ese chico nuevo coreano es muy tierno! Papá, él será mi nuevo amigo.

Mark es tan eufórico que algunas veces parecía que había consumido mucha azúcar. Aunque en casa lo demostraba más, ya que en la escuela trataba de ser discreto frente a sus compañeros.

Esa gran personalidad la sacó de Yuta.

Y ahora nuevamente Taeyong habla con su hijo.

-¿Cómo supiste que te gustaba papá? —Fue la pregunta que sabía que iba a llegar desde que su pequeño habló de DongHyuck.

-Bueno, es algo que simplemente pasa.

-¿Cómo? —Mark prestaba atención sólo a su papá Taeyong.

-Tu papá siempre me cuidaba, desde el primer momento, aunque al principio traté de alejarlo, se volvió muy importante para mí. Y supe que me gustaba su manera de ser y su bello rostro.

-Taeyong siempre fue frío conmigo los primeros meses, pero luego fue como un pequeño y lindo caramelo dulce. —Yuta apareció tras Taeyong y lo abrazó por los hombros.

-¡DongHyuck es igual que papá Tae! —Contestó Mark.— Nunca quería hablar conmigo y estuve triste... ¡Pero ahora es incluso más tierno que antes! Y se pone rojo cuando le digo cosas lindas ¡tienen que verlo! Es muy lindo, aunque él siempre diga que es feo. Él no es feo.

-¿Te gusta hacerlo sentir feliz? —Preguntó Yuta.

-Sí, quiero que él siempre esté feliz, aunque tuviera que dejarle de hablar para que lo sea. —Los mayores se miraron a los ojos con cariño. Mark, su pequeño no tan pequeño hijo experimentaba su primer amor.

-¿Quieres irte a dormir a casa de DongHyuck? ¿Qué dulces le gusta a DongHyuck?

-A él le gusta los mismos chocolates que papá Tae tiene guardado en su armario. —El menor se tapó la boca con ambas manos.— No me comí ninguno.

Los mayores se rieron de la inocencia de su hijo. La caja que conservaba en su armario es de esa misma noche donde Taeyong y Yuta se convirtieron en novios, estaba vacia.

El timbre de un teléfono interrumpió la conversación familiar. Taeyong se levantó de su silla y fue a atender lo que seguro sería la agencia donde trabaja de bailarín.

Yuta se encargó de Mark y antes de que su hijo termine en casa coreana, le compró la misma caja que él hace 20 años compró.

-Acuérdate de decirle lo que sientes. —Dijo Yuta antes de que su hijo bajara.— Te quiero mucho.

-¡Yo también papá! —El niño bajó del auto con los chocolates y caminó hasta la entrada de la casa de Lee (el hermoso coreano que tenía hasta las manos a DongHyuck) Mark.

Yuta y Taeyong esperaban que su hijo traiga buenas noticias al día siguiente.

Insecure | YutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora