EN LOS OJOS DE MARÍA SE VEÍA LA PUREZA

MARÍA, LA VIRGEN PURA

EN LOS OJOS DE MARÍA SE VEÍA LA PUREZA

¡ Quién pudiera haberlos visto realmente tan siquiera una vez, aunque fuera por un instante!

Ojos hermosos, agradables, con esa belleza natural que no necesita de mucho.
Ojos sencillos de esos que no saben mirar a los demás desde arriba.
Ojos bondadosos, que nunca se han desfigurado.
Ojos sinceros, que no han aprendido a mentir, testigos de un interior sin sombra de doblez.
Ojos atentos a necesidades ajenas
Ojos comprensivos y misericordiosos que, ante pecadores se transforman en manos abiertas que ofrecen la GRACIA a raudales.
Ojos de mujer que reflejan nitidamente un alma preciosa, adornada de humildad, bondad, sinceridad, caridad, comprensión, pureza y misericordia.
Ojos que pueden llorar y cuyas lágrimas al caer en la tierra, obran portentos también en el cielo cuya penetrante y dulce mirada todo lo puede.

Podemos desde ahora con la fe, mirar sus ojos y sostener su mirada portentosa.

María nos ha revelado su contención en su hijo JESÚS VIVO, ha sido la mujer más pura y por eso también la más auténtica, feliz y satisfecha, la más libre de espíritu, la mejor dispuesta para ver a DIOS y saborear esa deliciosa visión con una intensidad inigualable.

Bendiciones