Experiencias de mi infancia

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Estos son dos sucesos que me ocurrieron viviendo en Quilpué. El primero me pasó cuando tenía unos cuatro o cinco años, actualmente tengo sesenta y dos. En ese tiempo, más específicamente en la década de los 50’s, Quilpué era un sector lleno de viñas en el que mi abuelo, un español vasco muy terco, vivía y se desempeñaba como albañil. Él nos llevó a mis padres, a mi hermano mayor y a mí a vivir allí. 

Ésta era una tradicional casa de campo hecha de adobe, de hecho ha resistido varios terremotos y el paso del tiempo, pues vale decir que aún sigue en pie y mi hermana vive ahí actualmente, además incluía el típico baño de pozo que se encontraba fu...

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Ésta era una tradicional casa de campo hecha de adobe, de hecho ha resistido varios terremotos y el paso del tiempo, pues vale decir que aún sigue en pie y mi hermana vive ahí actualmente, además incluía el típico baño de pozo que se encontraba fuera y algo apartado de ésta.

Cuando tenía que usarlo, la verdad es que iba con mucho miedo, no sólo por la oscuridad que invadía el lugar o el silencio de las noches de campo, sino porque en ocasiones al salir del baño se encontraba, sobre el techo de éste, una cabeza transpa...

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Cuando tenía que usarlo, la verdad es que iba con mucho miedo, no sólo por la oscuridad que invadía el lugar o el silencio de las noches de campo, sino porque en ocasiones al salir del baño se encontraba, sobre el techo de éste, una cabeza transparente cuya sonrisa no he olvidado. Se podría describir como un cráneo humano visto por rayos X, o como una calavera de cristal. Aquella sonrisa quizás no era tal, pero al ver directamente los dientes puede que de pequeña lo haya interpretado así aunque… sí recuerdo que se reía fuerte y eso en particular me aterraba, por lo que siempre al terminar en el baño, salía corriendo hasta la casa lo más rápido posible.

 Aquella sonrisa quizás no era tal, pero al ver directamente los dientes puede que de pequeña lo haya interpretado así aunque… sí recuerdo que se reía fuerte y eso en particular me aterraba, por lo que siempre al terminar en el baño, salía corrien...

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Mi madre no me creía, pero mandaba a mi hermano a acompañarme para que no tuviera miedo. Sin embargo él no veía nada, en ninguna ocasión, pensaron que era mi imaginación por lo que no pasó mucho para que me enviaran de nuevo sola. Esta cosa me miraba y se sonreía. Recuerdo que en ocasiones me hablaba pero no sé qué decía. 

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2020 ⏰

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Cuentos para no dormir - Susurrante RelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora