Vort Dogs: Una historia de amor - andystarr

Capítulo 3 : Mugre, Parte II

"...I like the way you turn me inside and out. I like the way you turn." - The Wombats.

I.

El bosque era obscuro y denso, con un dosel que bloqueaba casi toda la luz que irradiaba la pequeña y débil estrella de Mugre. Los árboles eran bajos, solo unos centímetros más altos que Dib y, en ciertos puntos, tuvo que agacharse para evitar golpear ramas gruesas y nudosas. Hacía tanto frío que Dib podía ver su aliento cuando exhalaba, pero la brisa soplaba aire húmedo en su rostro, le frotaba el cabello y hacía que su piel se sintiera fría y pegajosa. El bosque estaba en silencio, salvo por el sonido de las rocas que se deslizaban por el suelo y los animales, ¿llorando? ¿apareándose? ¿muriendo? Dib no estaba seguro. Si no hubiera pasado la mayor parte de su infancia persiguiendo bestias paranormales a través de los árboles de su planeta natal, se sentiría totalmente fuera de hábitat aquí. En cambio, sintió una sacudida familiar de emoción. Este era el lugar más espeluznante en el que había estado en toda su vida, y le encantaba. Los bosques estaban llenos de secretos, y Dib quería explorarlos todos.

Una luz delante de él lo mantenía encaminado: el brillo rosado del PAK de Zim mientras cortaba los arbustos era apenas visible, pero estaba allí, como a un minuto de lejanía, retrocediendo desde su punto de vista. Dib se coló entre los árboles y fue tropezando con las raíces, ahuyentaba a los insectos y entraba en los charcos, persiguiendo esa luz. No sabía qué haría si Zim se volteaba y lo veía, o si algún animal venenoso le caía encima y hundía sus dientes en él, pero tenía la sensación de que cualquier escenario daría resultados similares. Sin embargo, no le importaba. Ni siquiera lo pensó realmente. Lo único en lo que podía pensar era en esa luz, brillante y acogedora, que brillaba a través de los árboles, como una mano que intentaba alcanzarlo y le rogaba que lo siguiera.

Seguía a Zim a un ritmo lento, tratando de mantener una distancia razonable mientras el irken tropezaba por el bosque con una dificultad similar. Golpeó con el dedo su reloj, el brillo blanco de la pantalla lo cegó por un momento mientras revisaba su progreso. Ya se hallaban aproximadamente a una milla de distancia de su nave, y Zim no mostró signos de detenerse. Dib se enlazó, siguiendo la luz de Zim. Delante de él, Zim hizo una pausa, luego giró a la izquierda. Dib se congeló, esperando no haber sido descubierto, pero Zim continuó, sin girarse hacia Dib mientras avanzaba a través de los árboles a un ritmo más rápido, jadeando. Dib no pudo evitar su curiosidad: se dirigió al lugar en donde Zim acababa de estar hace un momento. Ubicado entre dos viejos árboles arrugados, Dib no vio nada más que un montón de rocas. Miró a su izquierda, hacia Zim, confundido.

"¿Qué te asustó?" susurró, sin dejar de mirar la pequeña pila de rocas. "Debe ser, como, la versión de la Bruja de Blair aquí en Mugre".

Algo llamó su atención y se dio cuenta por primera vez de que Zim lo había llevado casi al borde del bosque. A través de los árboles delgados a su derecha, Dib pudo ver ese complejo de apartamentos en ruinas, de unos tres pisos de altura y, como era de esperar, de aspecto muy sucio. Dib observó cómo algunos irkens salían del edificio, sosteniendo trapeadores y arrastrando cubos vacíos detrás de ellos. Hablaron casualmente entre sí, charlando sin saberlo mientras Dib observaba. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió un dolor agudo en la parte superior de su pie. Miró hacia abajo, dándose cuenta de que la pequeña roca sobre la pila había caído y aterrizado sobre él. El viento soplaba una brisa helada a través del cuerpo de Dib. Se estremeció. Levantó la mirada, apenas podía ver el PAK de Zim, brillando mientras el irken se desviaba nuevamente, esta vez girando a la derecha y regresando en la dirección en la que originalmente iba. Dib respiró hondo, luego rodeó las rocas restantes para seguir detrás de Zim una vez más.