Naruto: Príncipe del inframundo

Capítulo 15 ¡Hola! ARES!

A la tarde siguiente, el 14 de junio, siete días antes del solsticio, el tren llegó a Denver. No han comido desde la noche anterior en el vagón restaurante, en algún lugar de Kansas. Tampoco se han duchado desde Half-Blood Hill, lo que los hace bastante notorios para los demás pasajeros.

"Tratemos de contactar a Chiron", dijo Annabeth. "Quiero contarle sobre tu conversación con el espíritu del río, pero no le diremos acerca de que Naruto hizo que Echidna hiciera, ya tiene suficiente de qué preocuparse".

"No podemos usar teléfonos, ¿verdad?" Preguntó Percy mientras Naruto se reía del jab.

"No estoy hablando de teléfonos". Annabeth respondió, obteniendo miradas confusas de los dos, sin embargo, no les respondió por un tiempo. En cambio, deambularon por el centro durante aproximadamente media hora, aunque nadie estaba seguro de lo que Annabeth estaba buscando. El aire era seco y cálido, lo que se sentía extraño después de la humedad de St. Louis. Dondequiera que giraban, las Montañas Rocosas parecían mirarlos, como un maremoto a punto de estrellarse contra la ciudad.

Finalmente se encontraron con un lavadero de autos vacío. Giraron hacia el puesto más alejado de la calle, manteniendo los ojos abiertos para los patrulleros. Eran cuatro adolescentes pasando el rato en un lavado de autos sin auto; cualquier policía que valga sus donas se daría cuenta de que no estaban haciendo nada bueno.

"¿Qué estamos haciendo exactamente?" Preguntó Percy, mientras Grover sacaba la pistola rociadora.

"Son setenta y cinco centavos", se quejó el hombre cabra. "Solo me quedan dos cuartos. ¿Annabeth?"

Naruto suspiró mientras le daba un cuarto. "Aqui tienes."

"Excelente", dijo Grover. "Podríamos hacerlo con una botella de spray, por supuesto, pero la conexión no es tan buena y mi brazo se cansa de bombear".

Naruto parecía aún más confundido que antes. "¿De qué estás hablando?" preguntaron los dos muchachos.

Grover se alimentó en los cuartos y colocó la perilla en FINE MIST. "I-M'ing".

"¿Mensajería instantánea?" Percy preguntó.

"Mensajes de iris", corrigió Annabeth. "La diosa del arco iris Iris lleva mensajes para los dioses. Si sabes cómo preguntar, y no está demasiado ocupada, hará lo mismo para los mestizos".

"Huh ... no fue algo que no sabía". Dijo Naruto pensativo.

"¿Invocas a la diosa con una pistola rociadora?" Percy preguntó, sin creer esto.

Grover señaló la boquilla en el aire y el agua siseó en una espesa niebla blanca. "A menos que sepas una manera más fácil de hacer un arco iris". Efectivamente, la luz de la tarde se filtró a través del vapor y estalló en colores.

Annabeth se acercó a Percy y le tendió la mano. "Drachma, por favor". Decidiendo seguirlo, se lo dio.

Ella levantó la moneda sobre su cabeza. "Oh diosa, acepta nuestra ofrenda". Arrojó el dracma al arco iris. Desapareció en un brillo dorado. "Half-Blood Hill", solicitó Annabeth. Por un momento, no pasó nada. Sin embargo, Naruto estaba sorprendido de que la moneda desapareciera en el arco iris, pero considerando todo, no debería estarlo.

Luego vieron a través de la niebla campos de fresas y el sonido de Long Island en la distancia. La imagen parecía estar puesta en el porche de la Casa Grande. De pie, de espaldas a nosotros, en la barandilla, había un tipo de cabello color arena con pantalones cortos y una camiseta sin mangas naranja. Sostenía una espada de bronce y parecía mirar fijamente algo en el prado.