Capítulo 5: Jardín

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Un día nuevo había comenzado, no era necesario levantarse temprano ya que era sábado, sin embargo nuestro pelinegro amigo estaba despierto desde las 6 AM y se encontraba mirando el cielo azul desde la ventana de su habitación, no sabía por que razón lo estaba haciendo solo se le apetecía hacerlo. Estaba tan tranquilo, no había ningún ruido que lo perturbaba y eso le gustaba, sin duda ese ambiente era su favorito. 

Iba a seguir disfrutando de ese ambiente de no ser por que su cuerpo le exigía comida. Con algo de molestia se levantó y fue hasta la cocina para prepararse unas tostadas y servirse jugo de naranja. Después de esa interrupción por parte de su cuerpo, decidió salir un rato a dar la vuelta, no tenía nada mejor que hacer así que esa fue una opción para matar el tiempo.

Al salir a la calle vio que habían pocas personas, eso le alivió por que no le gustaba estar solo en un lugar donde hay muchas personas. Empezó a caminar casi sin rumbo, no sabia a donde ir pero quería caminar hasta que se le ocurrió ir hacia un pequeño parque que tenía un jardín con muchas flores y un gran árbol de glicinia que era el que más destacaba de todo es jardín y también es la planta favorita de Tamaki.

Llegó al jardín y fue a recostarse al árbol, empezó a observar el hermoso jardín y se le formó una sonrisa en el rostro, digna de ser fotografiada, y así fue, un rubio le había tomado una foto a escondidas, claro que después le iba a decir que lo hizo. Después de tomarle la foto se acercó sigilosamente hacia el azabache, cuando estuvo lo suficientemente cerca le cubrió los ojos, Tamaki habría entrado en pánico de no ser por la voz de Mirio quien rió un poco antes de soltar un "Adivina quien soy".

Se hizo presente el silencio pero duró poco para que nuestro azabache tomara un poco de valentía y responder el nombre del rubio.

-- Eres Mirio.

-- Woah, pensé que no lo adivinarías a la primera, realmente me sorprendiste.

-- Es que tu voz es...reconocible.

-- Oh ¿En serio? 

-- Si, creo que es por que tiene algo especial.

-- ¿Algo especial?, ¿como qué?

-- Hmm no sabría como describirlo, es que cuando tu voz suena tiene como un efecto tranquilizante, es muy reconfortante y te da confianza.

-- Wow, ¿en serio crees eso? Me siento alagado, muchas gracias.

-- Ah emm, de nada.

Tamaki cayó en cuenta que hablaba sin pensar y se sintió avergonzado cuando se dió cuenta que lo hizo, no sabía que hacer y su mente estaba hecho un lío.

-- Es muy bonito este jardín 

-- S-si en especial el árbol

-- Oh, !es verdad! ¡es muy bonito!, no me había dado cuenta que estaba aquí

Tamaki quería reírse por el comentario de Mirio ya que le parecía algo gracioso y tierno, parecía un niño, pero se contuvo, no quería que este piense que se estaba burlando de él, aunque no sirvió de mucho ya que el rubio lo notó y esbozó una sonrisa.

-- Y, Tamaki, ¿qué haces aquí?

-- ¿Eh? oh, yo solo vine por que no tenía nada que hacer, además, hace mucho tiempo que no vengo a este lugar.

-- Ya veo, yo estaba paseando y te vi aquí, así que vine a saludar.

-- Oh 

Reinó el silencio una vez más, pero esta vez Mirio se movió hacia el árbol, Tamaki no se dió cuenta ya que estaba sumido en sus pensamientos mientras apreciaba la hermosa vista que le regalaba el Jardín.

Este lugar le daba tranquilidad al azabache, desde que descubrió este lugar se convirtió en su lugar favorito. Cada vez que visitaba este lugar, le deba una sensación de paz y no importaba si se sentía feliz, triste, enojado, etc, siempre lograba tranquilizarlo, es por eso que le encanta venir a este jardín.

-- Y ya está, Tamaki mira.

Al escuchar que lo llamaban, Tamaki volteó en dirección de donde escuchó la voz de Mirio, y vio lo que le quería enseñar. El azabache quedó sorprendido por la corona de flores que el rubio tenía en sus manos, pero las que más resaltaban eran las flores de glicinia.

-- Ven déjame ponértela.

Mirio se acercó hacia Tamaki y le colocó la corona en la cabeza.

-- Gracias.

-- No tienes por que agradecerme, pero, ¿te puedo tomar una foto?

-- ¿Eh?

-- Tranquilo, si no quieres no lo haré.

-- No no, puedes tomar una foto.

-- Oh, ok, no es necesario que mires a la cámara.

Como dijo que no era necesario mirar a la cámara, Tamaki miró a otro lado para no sentir vergüenza. Mirio, en cambio, no paraba de mirarlo, y no tomo uno foto, tomo varias fotos, se veía muy bien con esa corona y no pudo evitarlo. Cuando terminó de tomarle las fotos se acercó hacia el pelinegro y le agradeció, también aprovecho para decirle que le tomó una foto a escondidas, esto sorprendió a Tamaki pero no le molestó, y le dijo que las fotos que le tomó no se las enseñara a nadie, Mirio aceptó y prometió que no se las enseñaría a nadie. Terminada esta situación Mirio se sentó al lado de Tamaki y apreciaron la vista juntos.


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Holaaaaa, espero que estén bien y se estén cuidando bbys.

¿Qué les pareció el capítulo? A mi me encantó, creo que este va a ser mi cap favorito, y un dato que quiero agregar es que las glicinias son mis flores favoritas y quise ponerle ese gusto a Tamaki.

Si ven alguna falta de ortografía, díganmelo con confianza, así podré corregirlo.

Bueno sin nada más que decir aquí me despido y nos leemos en el siguiente cap. Los TQM uwu


Mi Chico Tímido 『Miritama』 - CANCELADAWhere stories live. Discover now