La jaula

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¿Serán tus ojos el comienzo de mi delirio? O tan sólo es el capricho reclamándote como suyo tu ser, ¿cómo puedo quererte en libertad? Cuando siempre estás recorriendo en mi mente, sacando la cabeza en cada recuerdo e incitando a la imaginación a beber de ti.

Aquellas alas me invitaron a volar, sin embargo, estoy cayendo en el fondo de mis expectativas, en estas ganas que tienen sabor a ti, en este amor frustrado, en este dolor desmedido que mis propias ilusiones me han causado.

En este camino de tuercas y tornillos perdidos, intento encontrar la pieza que se ajusta a tu ausencia, a esa ausencia ilógica ¿cómo pueden extrañarte mis brazos? Nunca has estado ahí.

¿Cómo pueden reclamarte mis labios? Si nunca te han conocido, ¿cómo olvidar tu sabor? Si nunca te he probado.

¿Cómo olvidar tus caricias? Si nunca me has acariciado. Parada en el umbral de la lógica y locura, la cabeza me indica la razón empero, el corazón me tira de cabeza a la locura, eres pecado inevitable, tú el extraño de los ojos adorables.

Me diste de beber agua salada, me diste las cuatro estaciones en un solo día, me diste una vida con el chasquido de los dedos, fuiste agua cero en el desierto de esta soledad, fuiste la hermosura que no ha de perdurar.

Hoy te siento tan distante, revoloteando en la jaula de mi pensamiento, el cielo es tan grande, te ha invitado a volar. Hasta siempre amor de una vez, levanta el vuelo y no mires hacia atrás, eres la gracia y la desgracia de la vida, eres la estrella fugaz que pasa una sola vez. Eres la casualidad disfrazada de eternidad, eres el amor que seguramente no he de olvidar.

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