Prólogo.

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Escucha muy bien lo que te voy a contar, porque esta será una historia que nunca más volverás a escuchar.

La luz de la chimenea reflejaba dos sombras en la pared, una más grande que la otra. La ventana entreabierta permitía el paso a una pequeña corriente de aire en la habitación. En el gran sillón frente a la chimenea descansaba una mujer anciana con su hermoso cabello blanco el cual a penas tocaba sus hombros; su piel bien cuidada, le daba un aspecto tierno. Sostenía entre sus manos un pequeño libro abierto. Frente a ella su pequeño nieto la miraba con un brillo especial en sus ojos; le encantaba escuchar las historias de su abuela. Sin embargo, esta sería la última vez que escucharía una. La mujer estaba muy enferma, posiblemente moriría en unos cuantos días, y el niño deseaba poder pasar cada momento con ella. Esa noche sería diferente a las demás, debido a que la mujer sabía que alguien los asechaba en la oscuridad. La mujer tosió un poco, se aclaró la garganta y continuó:

En el año hay una fecha especial que tal vez no sea originaria de este lugar, pero que todos con ansias la esperan, especialmente a los que les gusta asustar. Lo que muchos ignoran que solo pocos conocen, es que en esta fecha especial, tres demonios nos asechan en la noche, esperando encontrar una víctima para divertirse un rato y finalmente succionar su vida y desaparecer como si nada hubiese pasado.

Los ojos del pequeño niño cambiaron al sentir miedo de las palabras de su abuela. La mujer sonrió a su pequeño nieto.

—Tranquilo querido esa fue solo la introducción —le dijo con ternura—, lo que te contaré ahora te dará mucha diversión.

La anciana cerró el pequeño libro y lo colocó sobre la mesita junto a ella.

—Abuela, ¿ya no me contarás la historia?—Preguntó con desilusión—. Prometo no asustarme.

La mujer se inclinó un poco y acarició el cabello de su nieto.

—No querido —volvió a recostarse en el sillón—. Lo que te contaré ahora no está escrito en un libro.

El niño asintió.

Aquellos tres demonios no son malos en realidad, lo único que buscan es esparcir felicidad. Puede que parezca un poco cruel, pero son necesarios tres sacrificios para muchas sonrisas obtener.
¿Alguna vez te has preguntado por qué en Halloween hay tantos caramelos por doquier? 

El niño negó con su cabeza.

Es porque en esos tres demonios por un gran agujero los dejan caer.

— ¿Abuelita? —Interrumpió el pequeño.

—Con calma pequeño. Sin interrupciones. De lo contrario no podré continuar. —El niño asintió y se tapó la boca con sus manos. La mujer sonrió y continuó:

Muchos dicen que fueron creados por el cielo, y otros insisten en que nacieron en el infierno. Nadie sabe cuál es su verdadero origen. Pero yo te lo diré ahora. Ellos fueron creados en el infierno para traer caos y miedo. Sin embargo, sus almas se dividieron por la mitad, convirtiéndolos en seres del bien y el mal. Viven en la grieta que separa el cielo del infierno, en un paraíso de ensueño solo para ellos. Ahora, si bien estos seres son ángeles y demonios al mismo tiempo, buscaron la manera de llegar a nuestro mundo y hacernos parte de su juego.
En la noche de brujas mientras millones de personas sonríen con la lluvia de caramelos que caen en sus casas, los sacrificios que ellos elijan se inundarán de tristeza y desesperanza, porque al final de la noche, ellos pierden sus almas.

A estas alturas te preguntarás quiénes son y cómo se llaman en realidad… Permíteme te lo voy a explicar. Ellos tienen una jerarquía del primero al último, decidido por la manera en que usan sus trucos:

Chanyeol es el primero, conocido como el Demonio del Juego, y es así, a él le gusta jugar y sólo eso. Cuando se aburre de jugar con su sacrificio, lo atrapa en el juego que compartieron, extrae su niño interior y lo convierte en miles de caramelos. Todos tenemos un niño interior y no es correcto olvidarlo, sin embargo, a este demonio le encanta robarlo.
Kai es el segundo, conocido como el Demonio de la Diversión, éste es diferente por una sola razón: A él le gusta tomar más de un solo sacrificio, hacerlos suyos y lanzarlos a un abismo, dónde se convierten en miles de pastelitos
El último y no menos importante es Kris, conocido como el Demonio del Amor. A decir verdad es el más poderoso de todos, pero está en el último de la jerarquía porque fue creado para otro propósito. Inicialmente sería el ángel de San Valentín, pero era demasiado para él, debido a que su otra mitad lo obligaba a ser cruel.
A él no le importa de todos modos. Tiene la habilidad de enamorar a cualquiera con una sola mirada hasta que su corazón se retuerza de amor, y es así como se roba su alma. Un montón de sentimientos dan origen al amor, él los succiona y los transforma en miles de chocolates en forma de medio bombón.

— ¿Abuelita? —Interrumpió una vez más el niño— ¿Ellos existen?

La mujer asintió.

—Así es.

— ¿Podré conocerlos? —Había algo de emoción en su pregunta.

La anciana miró por la ventana. La luna brillaba de una manera poco usual, iluminando a una persona que los miraba desde la oscuridad. Regresó la mirada a su nieto y continuó:

Ellos no buscan a quienes los esperan, no sería divertido. Ellos visitan a aquellos que creen que solo son viejos cuentos que su abuela les contaba cuando eran niños.

—Ya no quiero oír —se tapó los oídos—. O no los veré.

La mujer soltó una risita y con delicadeza retiró las manos del niño.

—Querido —había un rastro de tristeza en sus palabras—, algún día ya no me recordarás como ahora y por esa razón quiero que escondas en tu cabecita esta historia —el niño asintió triste—. Muy bien, esta parte es importante.

A la primera hora de la noche del 31 de Octubre, uno de ellos visitará tu hogar dispuesto a jugar ¿Truco o Trato? Es la pregunta que te harán. Debes muy listo ser, de lo contrario tu alma podrías perder.

La mujer tosió un poco y respiró profundamente antes de continuar.

Si respondes Truco, uno muy peculiar te mostrarán; y si respondes Trato, cualquier deseo que quieras, ellos te concederán. A simple vista divertido parecerá pero al igual que todo contrato, esconde una trampa mortal.
Al escoger Truco, tienes opción de pedir el que quieras; sin embargo, serás tú el que pierdas. Alguien cercano a ti morirá para divertirte, y terminarás tomando el trato para de tu pecado redimirte. El trato no es muy diferente si es lo que esperas, a cambio de tu alma el te dará lo que tú quieras. Ten cuidado de lo que puedas desear, porque tu suerte a alguien más le cederás.

Muy pocas personas se han librado de esto, y son esas mismas personas las que se la relatan a sus pequeños nietos como si fuera un cuento.
Este juego lo idearon ellos, algo retorcido y siniestro. Si no tocan tu puerta considérate afortunado, y si llegaran a hacerlo, mejor ten cuidado.

El niño miró a su abuela sin comprender la última parte y ella simplemente le sonrió.

Esa noche el niño jugó con la lluvia de caramelos saltando por todas partes, acompañado por otro niño que vestía elegante.

Trick or Treat. -EXO (Yaoi/Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora