Capítulo 3.

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Baekhyun aseguró las puertas y ventanas, ahora nadie lo molestaría en su casa. Podía hacer lo que quiera, después de todo vivía solo en la vieja mansión de su abuela. Se preparó un sándwich y se sentó junto a la consola de juegos en la sala de estar, decidiendo cuál jugar. Tenía muchos de donde escoger; se negaba a jugar alguno de terror, estando solo en medio de la oscuridad, podría aparecer algo fuera de lo normal. 

Cuando era pequeño su abuelo le contaba historias de fantasmas y seres sobrenaturales. En ese entonces le parecía divertido. Jugaba a meterse en casas abandonadas para encontrar alguno y siempre volvía llorando a los brazos de su abuelo cuando fracasaba. 
«Abuelito, dijiste que existían, ¡y no he encontrado ninguno todavía!».
Era un niño tonto e inocente, incluso ahora que ya había crecido lo seguía siendo. Aunque ya no de mente.

Estaba concentrado en su actividad cuando escuchó algo golpear la ventana. Dio un respingo y se acercó a ella, tan solo movió un poco las cortinas para ver sin que se dieran cuenta de su presencia. Afuera, tres chicos miraban expectantes la puerta, con sonrisas maliciosas y caras siniestras. Baekhyun se asustó y volvió a sentarse en el suelo de su sala, mientras pequeñas piedras seguían golpeando la ventana. Decidió continuar buscando qué jugar, ignorando la presencia de aquellos tres chicos sin poderlo lograr. Era perseguido por ellos desde que entró a la universidad. Aparecían ese día con la excusa de «asustarlo en la noche de brujas» e intentaban abusar de él. Él era más débil, y no podía hacer nada, si no fuera por Sehun que siempre lo cuidaba posiblemente estuviese encerrado con algún tipo de trauma.
Los golpes en la ventana se detuvieron. Volvió a asomarse y los vio alejarse. Suspiró aliviado. Cuando regresó, al fin decidido a jugar uno de aventura, observó la pantalla de su teléfono móvil parpadeando. Tenía un mensaje. Lo abrió algo distraído con las gráficas que aparecían en la pantalla:

“Esta noche serás mío”

— ¡Maldito acosador! —Lanzó el teléfono en el sofá sin revisar quién se lo había enviado, porque en realidad ya se lo había imaginado. 

Pobre tocino lindo e indiferente, debió haber revisado el remitente.


De repente, todas las cerraduras de las ventanas y las puertas se abrieron de golpe, haciendo que Baekhyun del suelo rebote. El juego se pausó solo y por inercia soltó el mando. Miró hacia el umbral que dividía la sala de las escaleras, nervioso. Alguien tocaba la puerta. Se quedó en silencio temiendo que los chicos de antes hubiesen vuelto. Pero…

El sonido en la puerta seguía.

Con desconfianza se levantó y caminó en dirección al sonido, bastante aturdido. Le parecía extraño. Todos quienes lo conocían sabían que para llamar a su casa, debían presionar un botón en el intercomunicador junto a las rejas de la entrada. Se detuvo en la pantalla junto a la puerta y vio a Luhan. Soltó una risita con un alivio sin igual.

—Creí que moriría. —Dijo, abrió la puerta y no vio a al chico. Se asomó buscándolo con la mirada pero no lo encontró. Cerró la puerta, nervioso y se quedó en blanco.

Se dirigió a la cocina por un vaso de agua y ahogó un grito cuando vio a un chico apoyado en la mesa de su casa.

— ¿Cómo entraste? —Preguntó nervioso.

—Tú me abriste la puerta —respondió una voz profunda de manera divertida—. Oh, lo siento, disculpa mi torpeza.

El chico hizo una pequeña reverencia de disculpa y estudió con la mirada a Baekhyun, esbozando una leve sonrisa.

—Mi nombre es Chanyeol y deseo jugar —ladeó la cabeza divertido—, por esa razón te vine a buscar.

Baekhyun abrió los ojos de par en par, cuando el chico se presentó de esa manera tan peculiar.
«Conocido como el demonio del juego, a él le gusta jugar y sólo eso». De repente, recordó una de las historias que su abuelo le contaba cuando era pequeño. Tomó aire tranquilizándose.

—Supongo que quieres robarme el alma —dijo divertido, pero nervioso por creer que esos cuentos eran cierto.

—No… —Entrecerró los ojos interesado en lo que haría ese chico. El primero en descubrir su juego retorcido.

—Te haré una propuesta. Truco o Trato, escoge el que prefieras. 

Baekhyun lo miró algo perdido. No lograba recordar la historia que amaba cuando era niño.

— ¿Qué? 

—Si escoges Truco, uno muy peculiar te mostraré; y si escoges Trato, cualquier deseo que me pidas te concederé.

—Elijo Truco —dijo sin pensárselo mucho. Después de escuchar la rima, terminó por recordar la historia que mantenía dentro de su memoria escondida.

—De acuerdo Byun Baekhyun —Chanyeol caminó con una sonrisa juguetona en su rostro y se detuvo frente al otro. Baekhyun sintió una corriente subir por su columna cuando lo tuvo cerca, a unos cuantos milímetros de su cabeza. —Dime el nombre de la persona en que más piensas, y haré que te dé una muy divertida sorpresa —sus ojos se tornaron amarillos, atrapando los pequeños del chico.

Baekhyun se perdió en los ojos de Chanyeol sintiendo como se filtraba en lo más profundo de su alma, violando sus más íntimos secretos que muy dentro guardaba. Estaba expuesto. En esos momentos era un cofre abierto. Baekhyun no lo vio venir; en la historia de su abuelo sólo hablaba de juegos. «Y nada de esto», pensó, y cerró los ojos varios segundos. Después su móvil empezó a sonar, y se volteó para irlo a buscar. 
Chanyeol aún lo miraba juguetón, esperando la oportunidad de encerrarlo en su perdición. 

Eran las siete y media de la noche, muy temprano para atraparlo y muy tarde considerando que quería jugar algo. 

Ladeó la cabeza extrañado cuando frente a él, Baekhyun arrojó su móvil al sofá enojado, y se volteó con una sonrisa de lado. Vio como le hacía un ademán con la mano para que lo siga hasta la gran ventana de su sala, dónde se detuvo. Corrió las cortinas que las ocultaban y abrió los grandes vidrios que estorbaban. El demonio caminó hacia él, interesado por lo que le ofrecería ver.

—Esa es la persona en que más pienso —dijo Baekhyun señalando la casa frente a él, dónde se veía a un chico de cabellos negros, al parecer, esperando por él.

— ¿Im Minjae? —Soltó una risa seca—. ¿Esperas que crea que la persona en que más piensas es él?

—Si no es él —Baekhyun lo miró travieso—, entonces dime quién es.

Chanyeol vio un brillo diferente en los ojos de aquel chico, pero no pudo ver alguna persona que quisiera o deseara con pasión desenfrenada. Decidió ignorar eso, y esbozó una sonrisa torcida mientras la emoción lo comía por dentro.

—Observa muy bien lo que te voy a mostrar —empezó chasqueando los dedos y apareció una llama del tamaño de su mano—, porque esta será una escena que nunca podrás olvidar.

Chanyeol metió su otra mano en la llama y sacó un muñeco idéntico al pelinegro, y lo puso frente a Baekhyun quién lo miraba perplejo. Baekhyun giró su cabeza y encontró a Minjae, solo la ventana lo separaba de él. El chico lo miraba con deseo, pero no decía o hacía nada con su rostro y mucho menos con su cuerpo. Baekhyun estaba asustado, quiso huir pero se dio cuenta de que no podía moverse ni un centímetro de donde estaba parado. Chanyeol soltó una risita y le arrebató al muñeco su cabeza, luego miró al chico del otro lado de la ventana. La cabeza del muchacho comenzó a moverse hacia todos los lados, produciendo crujidos extraños. Se detuvo observando fijamente a Baekhyun y entonces…

— ¡Bu! —Dijo con un sonido gutural, y su cabeza salió disparada de su cuerpo salpicando sangre por todo el lugar.

Chanyeol aplaudía divertido, una vez el muñeco se hizo polvo entre sus dedos con un soplido. Los ojos de Baekhyun estaban demasiado abiertos, quién lo viera, pensaría que los perdería en cualquier momento. Estaba petrificado. La cabeza del chico llamado Minjae, yacía inerte en el césped, mientras que su cuerpo se desangraba en el filo de la ventana. Una escena aterradora. Sintió algo resbalar por su rostro, y se descubrió un líquido rojizo y pegajoso. Miró su mano llena de sangre y ahogó un grito empezando a desesperarse.

Chanyeol lo miraba juguetón. 
«Ahora serás mío», pensó. 

Los espasmos en el cuerpo de Baekhyun se hicieron más violentos, hasta que se detuvieron. Levantó la mirada y vio el cuerpo muerto frente a él, esbozando una sonrisa cruel. 

—Te lo merecías, ¡maldito imbécil! —Pateó el cuerpo fuera de la ventana y miró al chico que se había metido en su casa. Se puso en puntillas y le besó con mucha delicadeza la mejilla—. Gracias. —Le sonrió con emoción, y se sentó frente a la pantalla para continuar el juego que jamás empezó.

Chanyeol no se inmutó, estaba sorprendido, en sus miles de años jamás creyó encontrar a alguien como ese chico. Se sintió extraño y atraído. Lo observó durante un largo tiempo tratando de entender su actuar, sin llegarlo a lograr. Baekhyun gritaba cosas sin sentido a la pantalla muy concentrado, hasta que murió. Un gran GAME OVER en la pantalla apareció y Baekhyun palabras nada sanas para sí, murmuró.

— ¿Quieres jugar? —Preguntó sin apartar la vista del menú. Chanyeol respingó tomado por sorpresa, y asintió sentándose junto al chico que había considerado su presa— ¿Listo? ¡Ya!

Baekhyun empezó el juego y dos minutos después ambos gritaban a la pantalla en medio de una carrera que decidiría el campeón de la jugada. Al final ganó Chanyeol.

—Eres mejor que yo. —Comentó entre dientes Baekhyun, después de perder diez partidas seguidas.

— ¿No sientes remordimiento?—Dijo finalmente lo que había estado sosteniendo—. Digo, por aquel chico que ahora está muerto.

— ¡Deja de hablar en rima! —Exclamó de forma divertida—; y no. Pensaba hacerlo en un futuro —se levantó y estiró sus piernas—. Tu solo lo hiciste por mí antes.

El demonio lo miraba boquiabierto. El chico frente a él era diferente a todos los que había visitado antes, algo así como un sueño deslumbrante. Pero estaba en problemas, y lo sabía. A ese paso no conseguiría arrebatarle algo, llegó a pensar que ni siquiera conseguiría que acepte el trato a costa de engaños.

— ¿Por qué tienes esa cara? —Preguntó Baekhyun, inclinándose a su altura—. Ah —recordó la razón, por la que hacia él llegó— ¿Debo sacrificarme por el bien común?

Chanyeol soltó una carcajada con la que casi se atraganta. Le había parecido divertida la pregunta, y la fingida inocencia en aquel rostro lleno de ternura. Baekhyun no pudo contener su risa por mucho tiempo y terminó riéndose con exageración hasta caer al suelo. 

Varias carcajadas agudas y graves hacían eco en la habitación.

Chanyeol se detuvo en seco y revolvió sus cabellos frustrado. El otro chico se percató de su situación y se acercó un poco más hasta alcanzar el rostro del alto, y regalarle una sonrisa llena de encanto.

—Una vez pensé… —Se detuvo pensativo—. Una vez pensé que alguien como yo iría al infierno por desear la muerte a otras personas. ¿Crees que iré allá?

Chanyeol no supo qué responder o hacer.

—No lo sé —dijo finalmente inmerso en sus pensamientos.

Baekhyun se incorporó y observó el lugar que lo rodeaba, cada rincón sin omitir ninguno. Incluso sus ojos pasaron por la ventana manchada hasta la foto que se tomó con sus amigos cuando fueron a la playa. La miró un buen rato, recordando el día en que la tomaron, uno de sus recuerdos más preciados. La observó unos segundos más y suspiró con ansiedad —la cual no sabía cuando apareció—.

—Acepto el Trato —dijo tranquilo, como si no le importara el hecho de que terminaría perdido en algún sitio desconocido.

—Eres extraño Byun Baekhyun —un rastro de alegría se asomaba en su profunda voz. Soltó una risita y se puso de pié con emoción—. Pídeme lo que quieras y yo te lo daré sin importar lo que sea.

Baekhyun frunció el ceño al escuchar la rima, y después esbozó una gran sonrisa.

—Quédate a jugar conmigo —pidió divertido—, hasta que te aburras y posiblemente me vuelva adicto a ellos —Chanyeol ladeó la cabeza confundido—. Pero lo haremos a mi manera.

Chanyeol a duras penas asimilaba aquellas palabras. 
« ¿De todo lo que pudo pedir ese era su deseo?», era ridículo para él. No tendría que hacer mucho esfuerzo y entonces se sintió emocionado. Dejó de lado el hecho de que su sacrificio era extraño.

A decir verdad ya no le importaba. Incluso llegó un momento en que se había olvidado que había hecho un trato… A decir verdad, se estaba divirtiendo demasiado…

Las horas transcurrían sin que nadie lo notara, como las notas melancólicas de alguna antigua balada.

Chanyeol y Baekhyun corrían por las calles del vecindario tocando las puertas de las casas, y mostrándoles trucos a las personas que atendían sus llamadas.

— ¡Un truco muy peculiar te mostraremos, a cambio de muchos caramelos! —Dijeron al unísono con voces cantarinas cuando tres chicos aparecieron a su vista. Baekhyun esbozó una sonrisa torcida cuando vio que eran los mismos chicos que lo perseguían.

—Decidiste venir por tu cuenta —le dijo uno de ellos con fingida sorpresa y una mirada obscena—. Hay muchas cosas de ti que queremos ver~.

Baekhyun miró a Chanyeol y este chasqueó los dedos haciendo aparecer una gran llama que tomó la forma de tres muñecos idénticos a los chicos frente a ellos. Descendió su mirada al suelo buscando algo. Sus pequeños ojos se detuvieron en la esquina de la puerta donde había varios clavos y un martillo que parecía pesado. Cogió el clavo más grande que encontró y con furia los clavó en el pecho semi-desnudo de los muñecos.

Los tres chicos empezaron a reírse.

—No me refería a eso cuando dije que queríamos ver algo de…

Para su desgracia la frase se cortó por la mitad, puesto que ahora una gran vara atravesaba el pecho de los tres chicos, todos lineados como si fueran trozos de carne unidos por un gran palito.

—Opss!! —Exclamó Baekhyun entre risas, y después sintió sus labios siendo devorados a toda prisa. Chanyeol lo besó. Sin embargo, el beso solo duró unos segundos, ya que el castaño salió corriendo hacia la siguiente puerta ignorándolo con descaro pero sobre todo emocionado. Su risa hacía eco en las calles iluminadas con luces y calabazas de caras macabras. O al menos se esforzaban por aparentarlas.

Chanyeol se sentía extraño junto a ese chico, empezó a creer que era un contagioso castigo. Se rió de sí mismo y sintió algo golpear su rostro. Con sus manos apartó un papelito, con un pequeño mensaje escrito:

“Mira ~ nuestras plegarias fueron escuchadas. Después de todo si te quieren en el cielo jajaja… Att. Kai”

Chanyeol miró a su alrededor: muchas puertas abiertas, con partes de personas desparramadas por donde quiera que sus ojos vieran. Miró al otro lado donde Baekhyun lo esperaba emocionado, con una sonrisa juguetona en sus labios flotando. Se quedó pensando.

— ¡¿No tengo toda la noche, sabes?! —Le gritaba Baekhyun interrumpiendo sus pensamientos.

Chanyeol esbozó una sonrisa cínica y se apresuró a alcanzarlo, embobado por su encanto.

— ¡Un truco muy peculiar te mostraremos, a cambio de muchos caramelos! —Gritaron a la pareja que les abrió la puerta.

— ¿No son lindos? —Dijo la mujer a su esposo emocionada, él le asintió sin muchas ganas—Por supuesto.

Esta vez Chanyeol hizo algo diferente. Baekhyun tomó la mano de la mujer e hizo que abrace a su esposo. La pareja se sonrojó y los miraron como preguntándoles qué harían. Baekhyun empujó sus cabezas hasta que se dieron un beso inconscientemente y no pudieron parar, la pareja se besaba sin poderse controlar. Baekhyun y Chanyeol esbozaron una sonrisa torcida, y a medida que ésta se hacía más grande, la pareja se abrazaba con una fuerza indeseable. Se les estaba acabando el aire, y se podía ver claramente en los rostros pálidos que expresaban un dolor innegable. La mujer empezó a gritar entre el beso cuando la fuerza con que su esposo la abrazaba se volvió sobrehumana. Los ojos de la pareja miraban a los dos chicos suplicantes, pidiéndoles que paren.

— ¡Bu! —Gritaron los dos chicos al unísono y la pareja se derrumbó con un indescriptible sonido. Murieron. Baekhyun los miraba divertido mientras pensaba en un truco distinto. Chanyeol tenía sus ojos puestos sobre él, pensando en la nota que amablemente le envió Kai, dudando varios minutos en qué hacer.

La luna tenía un brillo poco usual, esa noche sería diferente de las demás. 
« ¿Y ahora seré un ángel?», pensó, riéndose de sí mismo al igual que antes.

— ¿Quieres ver un truco diferente? —Preguntó—. Cierra los ojos y cuenta hasta tres en tu mente.

Baekhyun lo miró confundido y asintió con la cabeza ansioso, aunque no tenía ni la menor idea, de lo que pasaría al terminar la cuenta.

«Uno», sintió una corriente de aire en su cuerpo. 
«Dos», sintió una leve sacudida y sus pies descalzos pisar el césped. 
«Tres», abrió los ojos encontrándose tumbado sobre el césped desnudo, con un Chanyeol sonriente encima suyo.

— ¡Bu! —Le susurró Chanyeol en el rostro, y Baekhyun respingó escaneando el cuerpo desnudo del otro.

— ¿Qu… Qué crees que haces? —Preguntó titubeante.

— ¿Yo? A punto de tomarte, ¿y tú? —Contestó con otra pregunta, divertido, separando las piernas del chico. Baekhyun sintió el tacto sobre su piel: ligero pero desenfrenado, acariciándolo delicadamente, pidiéndole que responda su pregunta o al menos dijera algo. Ahogó un gemido repitiéndolo tantas veces como pudo, antes de hacer lo último que haría mientras estuviese en ese mundo.

— ¿Yo? —Se lo estaba preguntando a sí mismo— Jugando contigo.

Esa fue la respuesta a su propia pregunta, y no pudo evitar sonreír ante lo que consideró una respuesta absurda.
Chanyeol entrecerró los ojos intentando ver en su interior alguna señal o algo, que le hiciera desistir de lo que estaba planeando.

Y así como las flores se marchitan durante el invierno, el interior de Byun Baekhyun estaba celebrando su propio entierro.

Trick or Treat. -EXO (Yaoi/Lemon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora