Narra Pablo: Sentía que el corazón me latía a mil, me temblaba todo y creo que si no fuera porque estoy sentado me hubiera caído.
Marizza: Yo... creo que también. Mi memoria te habrá olvidado, pero mi corazón no - dijo triste bajando la cabeza.
Levanté su mentón para que me mire a los ojos y creo que por primera vez en 6 años vi miedo en ellos.
Pablo: Tranquila nadie te apura ni te obliga a nada, yo te amo y siempre voy estar a tu lado. Tomó mi mano y la bajó, se acercó a mi boca y contra ella dijo...
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Marizza: Pero somos hermanastros no? Está mal. - Dijo todavía viendo mi boca. Pablo: Marizza el mundo sabe que nos amamos y que no podemos estar separados. Siempre lo intentamos y jamás pudimos. Marizza: ¡PERO ESTÁ MAL! - dijo paseándose de golpe. Pablo: Por qué? - Dije también parandome. Marizza: Qué va a decir la gente? Y nuestros hermanitos? - dijo sería. Pablo: Vos me estás jodiendo? Desde cuando te importa el qué dirán? Marizza: Nose... tal vez la pérdida de memoria me hizo cambiar. Pablo: Yo creo que no sabes? En el fondo sacó la que sos verdaderamente sos. Te pasas diciéndole a la gente como ser y vos sos la primera que te negas a jugartela. Seguis siendo la misma pendeja de 17 años que en su momento no se la jugó por nuestra pareja. - Dije enojado. Marizza: Ni siquiera puedo defenderme Pablo porque no me acuerdo de nada. Pablo: Deja Marizza. El boludo soy yo como siempre. - Dije sacando las llaves de ni coche de mi bolsillo. Marizza: Para a dónde vas? Pablo: Déjame quiero estar solo chau.
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Y me subí al auto, ni yo se a donde iba, pero necesitaba irme lejos. Di tantas vueltas con el auto que no me di cuenta que había llegado a un lugar especial. Ahí pensé, me calme y analice que reaccione re mal con Marizza. Si quiero que estemos juntos otra vez tengo que ser distinto. Así que bajé, entré al lugar y con las pocas cosas que quedaban ahí decidí armar una sorpresa para llevar a Marizza cuando termine el cumple.
