-No puedo hablar ahora. ¿Que es lo que quieres Marina? Dijo hablando por teléfono.
-Esta bien, más tarde pasare por tu casa pero no me llames más. Colgó el teléfono y suspiro.
Quería preguntar quien era Marina pero no había tanta confianza.
-Entonces, ¿Que hacemos? Me volvió a decir sonriendo.
-No lo se, eres tu el que vive aquí. Le conteste.
Me miró negando con la cabeza mientras sonreía.
-Pues yo me voy a dar una ducha y vamos a dar una vuelta si quieres.
Me miró esperando una respuesta y yo asentí.
Subí detrás de él las escaleras y para mi sorpresa su habitación estaba justo en frente de la mía. Dios espero que se pasee por casa bien tapado. Este chico hace sacar la peor parte de mí.
Entré a mi y mire en el armario donde acababa de poner toda mi ropa, me quede mirando la ropa pensando que ponerme. Me puse unos vaqueros claros, una camiseta de tirantes blanca y unas air force blancas. Solté mi pelo que lo llevaba recogido en una coleta y lo peine con los dedos.
Me senté en la cama con el celular y llamé a África; mi mejor amiga. Le conté desde mi llegada aquí y hasta que Alex me invito a dar una vuelta.
Tocaron a la puerta
-Si, adelante. Dije mirando la puerta.
Alex abrió la puerta.
-¿Estas lista? Me dijo mirándome.
-Si, claro. Reí y me levante de la cama saliendo de mi habitación cerrando la puerta después de mi.
Baje las escaleras detrás
de él saliendo de casa.
-¿Donde vamos a ir? Pregunte mientras caminábamos hacia su coche.
-A tomar algo ¿no? Dijo abriendo mi puerta del coche para que subiera.
Subí asintiendo con la cabeza. Se acerco a mi para ponerme el cinturón, me miro a los ojos mientras yo le miraba también. Mis pulsaciones empezaron a aumentar rápidamente. Me sonrió alejándose y cerro la puerta. Mis pulsaciones seguían rápidas y agache la cabeza sonriendo.
Subió al coche y comenzó a conducir. Me quede callada durante todo el trayecto hasta que llegamos.
Desabroche mi cinturón y el me abrió la puerta, baje del coche y caminé a su lado hasta que llegamos a un bar. Nos sentamos en una mesa uno enfrente del otro.
-¿Que quieres tomar? Pregunto levantándose.
-Mmm una coca-cola. Sonreí.
Se levanto y fue a pedirlo.
Tenia tanta curiosidad sobre él... ¿Quien era? Y porque era tan bueno conmigo, si en realidad tenia pinta de ser un prepotente.
Llegó con mi coca-cola y una cerveza y las dejo sobre la mesa.
-Toma. Sonrió.
-Gracias. La cogí y bebí.
-Y bueno cuenta me de ti. Dijo después de pegarle un trago a su bebida.
No había mucho que contarle realmente.
-Pues en un mes cumplo 19 años, estoy estudiando y trabajo de canguro los fines de semana y no se que mas contarte. Reí sonrojada.
-Vaya, si sigues aquí lo celebraremos. Yo tengo 21 y también estoy estudiando y no cuido niños. Río y bebió de su bebida. ¿Y como fue que viniste aquí a pasar las vacaciones?
Eso me hizo pensar muchas cosas...
-Me pregunto mi padre si me apetecía venir y pues no se... acepte. Sonreí encogiendo me de hombros.
-Hare que te lo pases bien. Sonrió.
Al escuchar eso note como mis mejillas comenzaron a ponerse rojas y sonreí.
-Tengo que ir a un sitio antes de irnos a casa, ¿Te importa o prefieres que te lleve y vaya luego? Me dijo.
-No me importa tranquilo. Le dije sonriendo.
-¿Nos vamos? Pregunto apoyando sus manos en la mesa para levantarse.
-Si claro. Me levante y caminamos hasta el coche.
Entramos al coche y condujo hasta llegar a una casa. Paró el coche y sacó su teléfono para llamar a alguien. De la casa salió una chica rubia, quizás seria su novia. Salió del coche hasta ponerse enfrente suya. No podía escuchar nada pero los veía hablar, me pregunto de que hablarían. Ella comenzó a llorar mientras hablaban, fue a abrazarle y el se echo hacia atrás. No entendía nada... No sabía que pensar.
La chica entro a casa y Alex volvió al coche. Se sentó en el asiento y apoyo sus codos en las piernas, apoyando su cara en las manos.
De repente una sensación mala recorrió todo mi cuerpo, mis pulsaciones comenzaron a acelerarse, quería preguntarle pero no sabía si debía.
-¿Estas bien? Las palabras salieron solas de mi boca.
Levantó la cabeza y suspiró.
-Si tranquila. Me dijo mirándome.
-¿Quieres hablar de ello? Pregunte poniendo mi mano en su hombro.
Me daba muchísima pena verle así, pero no sabía que hacer nunca se que hacer en momentos así.
-No hace falta si es una tonteria, en realidad me da igual. Te juro que no estoy mal solo que me da rabia la gente que miente. Dijo apoyando su mano sobre la mía.
-No entiendo nada. Dije.
Me miró.
-Estuve saliendo con ella hace tiempo y mientras salía conmigo quedo con otro chico, me engaño. No me dolió porque no estaba enamorado de ella realmente pero ahora no para de pedir perdón y llamarme y no se que hacer porque no quiero nada con ella... Se sinceró mirándome.
-No tienes porque sentirte mal, es ella la que te fallo. Dije mirándole y sonreí.
-¿Sabes que tienes la sonrisa mas bonita que he visto nunca? Dijo mirándome a los ojos.
Mis pulsaciones empezaron a acelerarse rápidamente y note como mis mejillas se sonrojaban. Puso su mano en mi mejilla acariciándola con el pulgar y besó mi mejilla.
-Gracias idiota. Sonrió y comenzó a conducir.
Me giré hacia la ventana y me quedé todo el camino mirando el paisaje.
En serio tendrían que haber visto sus ojos de tan cerca, sentí tantas ganas de besarle, su sonrisa es tan jodidamente perfecta... No quiero que me guste nada de él... Y todo me encanta.
NO SE SI LES GUSTA MUCHO LA HISTORIA AUNQUE CREO QUE NADIE LA LEE :S QUIZÁS NO SE ME DE MUY BIEN ESCRIBIR... SI ALGUIEN LA LEE QUE ME DIGA SI LE GUSTA O DE SEÑALES DE VIDA :(
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Queda una deuda de mil noches todavía.
RomanceEn el momento que sus labios rozaron los mios supe que haría cualquier cosa por él, que quería pasar el resto de mi vida mirándo aquellos ojos azules y su perfecta sonrisa que me enamoraba locamente de él.