La tercera hora de clases había sido agotadora para JungKook. Hasta ese momento, ya llevaba casi 20 burlas. Una tras otra, como si todos tuvieran que hacerlo para no morir.
Estaba en el segundo receso, en el cual se la pasaba solo, como siempre. Había podido acostumbrarse a eso. Justo en el banquito en el que él estaba, podían apreciarse unas palomas, a las cuales les había puesto nombre, pero luego se le olvidaba a cuál le pertenecía cada uno y se lo cambiaba nuevamente. Qué difícil es no poder ser aceptado, ¿no?
En donde se encontraba, nunca iba nadie. Era como...su lugar secreto; en el cual a veces lloraba, reía por como las aves se peleaban, pensaba, jugaba consigo mismo, etc., ahí solo era él con sus pensamientos e imaginaciones.
Tan concentrado estaba en comer el sándwich que su madre le había preparado, que no se percató que alguien estaba viéndolo desde atrás de una pared.
En un momento, una migaja de pan cae al césped, logrando que su atención se dirija a esta, levantándola y dejándola de vuelta en su lonchera. Y es que, por más que sea pan, a él no le gustaba ensuciar el medio ambiente. Justamente ahora no estaban las palomas para comerla, así que simplemente la levantó y miró hacia su al rededor.
Pudo ver claramente un niño peli-negro un poco más bajo que él, el cual lo miraba con cierto miedo y con una libreta abajo de su brazo derecho, que era el que podía verse porque no estaba tapado por el muro.
Una extraña sensación cruzó por su cuerpo. El chico no se veía como todos los que lo molestaban. Se veía frágil y asustado, como lo estaba él también.
¿Estaría bien hablarle al niño de ojos pequeños y de piel pálida? ¿Y si solamente se hacía el bueno y terminaba hiriéndolo? ¿Qué tan rápido puede confiarse en una persona?
—¿Qué qui-quieres?—preguntó frívolo y guardando su bocadillo, mordiendo su lengua por haberse trabado.
Muy lentamente, la personita sale de su escondite, bajando la mirada hasta sus pies y caminando con pasos pequeños.
Una vez se encuentra frente a Jeon, hace una mini reverencia, saludando con una mano mientras que con la otra sostenía su cuadernillo de un color pastel muy bonito y llamativo.
—¿Vienes a molestarme co-como el resto? S-Si es así, dejáme irme, te d-dejo el lugar solo. No tengo ganas de seguir llorando. Tuve su-suficiente con el principio de las cl-clases.
Frustrado con su persona y con lágrimas en los ojos (las cuales limpió rápidamente con su camiseta), terminó de guardar lo que quedaba de su sándwich y cerró la lonchera, para irse a los baños y lavarse la cara.
Unas manos pequeñas en su antebrazo detuvieron su andar. Unos ojos color marrones lo miraron fijamente, obligándolo a parar.
—¿Qu-Qué es lo que s-se te ofrece?—pregunta nuevamente.
YoonGi desvía su mirada hasta el banquito, sentándose en un extremo y golpeado a su costado con su manito. JungKook entendió lo que el chico quiso decir, así que muy despacio hizo lo que se le había pedido.
—N-Nunca te hab-había v...visto —dice con dificultad la última palabra, cerrando con fuerza sus ojos.
El menor al notar eso, con un poco de vergüenza pone su mano en el muslo ajeno, sonriendo levemente. Toma su lapicera con brillitos y abre su libreta, leyendo en sus adentros las cosas que sus compañeros habían escrito en ella. Pasando directo a las últimas hojas, e ignorando los malos comentarios en esta, empieza a escribir con una hermosa caligrafía lo que quería.
Jeon, muy curioso por lo que el chico hacía, se acerca un poco, haciendo que el de tez pálida niegue con su cabeza y se aleje del castaño, dejando al más alto con un pequeño puchero en sus labios.
Min en unos segundos más, levanta el objeto y lo deja en frente de la cara de Jeon. Este con desconfianza lo agarra con cuidado y empieza a leer lo que estaba escrito:
«Me llamo Min YoonGi. Nunca te había visto de cerca, ¿sabes? siempre te veía de lejos. Temía que quieras hacerme algo, pero aquí estoy; al lado tuyo...»
JungKook mira a su costado y el chico estaba jugando con sus pies. Continúa con su lectura, ya que había más:
«...con el tiempo pude descubrir que no eras una persona mala, por eso quise hacerte compañia. Perdón por venir de imprevisto, pero me estaban molestando demasiado en la cafetería de la escuela.»
«¡Cierto! Seguramente te estés preguntando qué hago escribiendo en vez de hablando. Es fácil de responder eso; soy mudo. Puedo escucharte, pero no puedo responderte de la misma forma, perdón por eso.»
—Yo...lo s-s-siento. —Responde Jeon una vez termina de leer lo de la hoja. En un movimiento devuelve con sumo cuidado el objeto al dueño de éste, haciendo que escriba un poco más. —No t-t-tienes que te...merme, YoonGi, a mí s-solo me hieren, yo no hie-hiero.
De nuevo Min deja en frente de su cara la libreta. JungKook la toma y lee lo que dice:
«No tienes que sentirlo porque soy mudo, chico que aún no sé su nombre. Y tranquilo, no te temo. Ya no más.»
«Es más, quiero que seamos amigos, o al menos lo intentemos. Puedo presentarte con mi mejor amigo, se llama HoSeok. Es muy buena persona y siempre sabe cómo animarme. ¿Quieres estar con nosotros en el próximo receso? Hobi ya estará en ese, ahora tenía que quedarse porque creo que hizo algo mal...»
El castaño abre sus ojos con sorpresa. ¿Cómo se le había olvidado presentarse? ¿Qué le estaba pasando?
—¡Lo s...siento! S-Soy Jeon...Jeon Jung-JungKook, y me...encantaría estar con us-ustedes en el próximo receso —termina su oración un poco cansado por su esfuerzo de hablar bien, haciendo que YoonGi vuelva a hacer lo que había hecho al principio, pero esta vez dejando leves caricias en la rodilla contraria.
Con su mano libre toma la libreta y la lapicera, escribiendo nuevamente en esta.
Gracias a practicar tanto y hacerlo todo el tiempo, en unos segundos más Min vuelve a dejar el artefacto en frente al más alto:«No tienes que ponerte nervioso. Puedo entenderte a la perfección. No hay necesidad que te apures al hablar, ¿sí? Quiero que sepas que no voy a juzgarte por nada, solo quiero ser tu amigo y ayudarte, ¿está bien? Nos vemos en el próximo receso, Kook, cuídate mucho en tus clases. ¡Suerte!»
Cuando devuelve el cuaderno, el chico de tez pálida se levanta y saluda con una mano al mayor, luego corre hasta la fila de su salón, ya que el timbre había sonado.
JungKook quedó quieto en su lugar, con su corazón latiendo a mil, una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas.
Los dos sabían que sus vidas iban a cambiar mientras que se tengan el uno al otro.
-Glitter⋆
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♡ 。「talk」。♡ [KookGi]
FanfictionJungKook y YoonGi reciben insultos y agresiones todos los días. Ambos se dan cuenta que en este mundo no todas las personas son iguales, que hay gente que puede entenderlos y ayudarlos... Que pueden hacerlos sentir bien y no como "fenómenos". Jung...