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Aún recordaba el día en el que se dio cuenta de sus sentimientos hacia el hombre de gran sonrisa, no iba a negarlo, fue un tanto extraño e increíblemente inefable.

Estuvo más de un año negando su atracción por el bufón y mucho más tiempo aceptando sus emociones hacia el mismo.

Y francamente, ya estaba harto. Así que decidió que a la primera oportunidad que se le presentara para tener otro tipo de roce con el malnacido payaso, la aprovecharía y se dejaría llevar. No necesitaba molestos pensamientos acosándolo todo el día.

Se levantó y se dirigió hacia el baño, abrió la puerta y entró; sobresaltando al flacucho criminal en la tina.

—¿Está ocupado...? —Rió nervioso sin saber qué decir, juntando las burbujas en el agua para ocultar su piel desnuda.

El individuo de traje negro se despojó lentamente de su armadura de la justicia hasta quedar completamente desnudo.

No le importaba exponer su identidad al villano más grande de la ciudad, después de todo, este la había descubierto años atrás, y no pudo importarle menos.
Bueno, importarle, vaya que le importó; no paró de hacer bromas al respecto durante mínimo tres meses.

Bruce llegó a la tina a paso lento y se percató que justo detrás del Joker había un espacio lo suficientemente grande para que su cuerpo entrara. Así que colocó primero una pierna al lado del Joker, se impulsó, colocó la segunda del otro lado; rodeando al payaso y sentándose justo detrás de él.

El de orbes verdes se tensó al sentir la presencia del empresario pegarse a su espalda y se alejó hacia el otro extremo de la tina lo más rápido que pudo.

—Esto está dejando de ser gracioso, Brucie —dijo con una forzada sonrisa.

—¿Por qué te alejas? —Preguntó mostrando una de esas sonrisas espontáneas de playboy.

—No soy muy fan de bañarme con hombres, ¿sabes?

—Ven, quiero lavarte el cabello —finalizó jalando del brazo al contrario y atrayéndolo hacia la posición inicial en la que estaban.

—Dime, ¿en tu mente tengo tres años o qué? Eso explicaría porqué quieres lavarme el cabello, te sientes paternal hacia mi persona... —Divagó escuchando como Bruce colocaba champú en la palma de su mano—. A veces creo que tengo madera de psicólogo, ¿qué dices? ¿Tengo futuro?

—Quédate quieto —ordenó enterrando las manos en la cabellera verde y paseando delicadamente sus dedos entre cada hilo de pelo.

El Joker dejó caer sus hombros por inercia e inconscientemente echó un poco la cabeza hacia atrás para intentar hacer más profundo el contacto.

Posteriormente, los dedos del millonario empezaron a masajear el cuero cabelludo del payaso, haciendo que esté cerrara los ojos. Afortunadamente —para su orgullo—, Batman no podía ver la cara que estaba poniendo.

—Estás muy callado, ¿te comió la lengua el gato?

Tardó unos cuantos segundos en soltar una carcajada y responder—:
Tus chistes dan asco.

El ojizarco le enjuagó tranquilamente el cabello y rozó a propósito el cuello del Joker, haciendo que diera un pequeño salto en su lugar y volviese a alejarse.

—¿Qué mierda? —Carcajeó cubriendo con su antebrazo parte de su sonrojado rostro—. Quédate ahí, pervertido.

—Entonces, ¿cómo van las cosas con Harley? —Cambió de tema quedándose pensativo sobre la reacción tan exagerada del Joker.

W e i r d [Batjokes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora