Él siempre tenía unas bolsas negras debajo de sus ojos, eso la atormentaba cada día de la semana y aunque ella misma no lo supiera eso solo era una excusa para poder acercarse a él.
Pero de todas formas lograría quitarle esas ojeras de sus ojos.
❐Sh...
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En medio de la oscuridad se encontraba ella, volviendo toda apresurada antes de que cerraran las puertas y se quedara fuera de los dormitorios. Como delegada de la clase «C» no se podía dar el lujo de dar un mal ejemplo frente a sus desastrosos compañeros de clase que, cada vez que la veían cometer un error, se lo recalcaban para poder salir ilesos de las travesuras.
Cinco minutos para que las puertas se cerraran y ella pasó corriendo a toda velocidad sintiendo la mirada reprobatoria del profesor a cargo que estaba a punto de cerrar las grandes puertas de la institución.
- ¡Lo lamento muchísimo, sensei!
Aún corriendo alcanzó a llegar a la puerta de su dormitorio, apenas abrió la puerta, pudo ver a casi la mitad de sus compañeros corriendo por toda la sala de estar a pesar de que sabían de que a esa ahora ya todos debían estar descansando en sus habitaciones. Apenas la vieron, la mayoría palideció y cada quien salió corriendo a su propia habitación antes de oír los fuertes regaños de la delegada de la clase.
Todos menos cierto peli morado que simplemente la miró con desdén para después seguir preparándose su sándwich nocturno de todos los días.
- Shinsō-san, no subiste a tu habitación. - Mencionó mientras se acercaba a él.
- Ya lo sé, solo termino esto y me voy, no hay necesidad de reportarlo con el profesor como siempre. - Respondió con voz monótona mientras buscaba un poco de tomate en el refrigerador.
- No, en realidad me alegra saber que no has subido. Necesitaba decirte algo y es muy importante, agradecería que me prestaras un poco de tu atención. - Al oír eso, el de grandes ojeras se recargó en el mesón y la quedó mirando con una ceja alzada.
- No sé qué tienes que hablar conmigo, sabes perfectamente que mis calificaciones son altas y nunca me meto en conflictos, delegada. - Intentó defenderse enseguida, no entendía por qué ella quería hablar con él, siendo que nunca habían cruzado palabra, pero de todas maneras prefería tomar precaución.
- En realidad, no tiene nada que ver con la academia, o bueno, puede que sí, ya que, creo que esto influye respecto a tu rendimiento, aunque tu rendimiento es bueno, pero... - Rápidamente, comenzó a confundirse con lo que iba a decir, entonces movió su cabeza intentando concentrarse. - Seré directa, estoy preocupada por ti.
Shinsō la quedó mirando confundido. ¿Ella preocupada? Si a ella solo le interesaban las calificaciones de la clase y si es posible lograr entrar al curso de héroes, además no tenía nada de que preocuparse, él rara vez demostraba algo más que aburrimiento.
- La preocupación me está distrayendo, por lo que decidí darte una solución para tu problema. - Comenzó a rebuscar entre sus cosas.
- ¿Mi problema...? - La miró aún más confundido. ¿Qué problema tenía él, además de su horrible kosei?
- Y esta es mi gran solución. - Puso un pepino sobre el mesón con una voz segura - Eso solucionará todos tus problemas, Shinsō-san.
Al ver tal cosa Hitoshi elevó una ceja ¿Acaso ella creía que tenía problemas de tensión sexual y que además era un pasivo? Eso era totalmente insultante y estaba dispuesto a hacérselo saber.
