Capítulo 8: Días escolares //parte 1//

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Era una mañana tranquila con los cielos despejados, millones de personas saliendo de sus hogares listos para iniciar sus actividades, pero en cierto lugar donde habita nuestro protagonista, la mañana recién comienza.

Uesugi futarou, que apenas ayer regreso de la residencia de su familia, se encontraba sentado en la pequeña mesa que compartía junto a su hermana y padre.

Estos desayunaban para comenzar el día pero futarou ya estaba algo molesto al ser despertado por su padre de un pisotón en su estómago.

-¿Me dijiste que te despertará lo más temprano posible?, dijo isanari justificando su acción de la mañana.

-Dije que me despertaras, no que me pisaras, respondió futarou llevando los palillo a su boca mientras saborea el desayuno preparado por raiha.

-Jejeje, ya ya, hermanito, no empieces el día enojado o te dolerá la panza en la escuela, dijo raiha.

-Dudo que eso sea posible, ¿pero hablando de escuela?, tengo que comenzar un nuevo plan de estudios con las chicas, ya que cada ves se acercan más los exámenes finales, y no quisiera que reprobaran.

-Me alegro que aun marou no te haya despedido, sería un problema para nosotros si dejaras de traer ese dinero a la casa, dijo isanari.

-Bueno, al principio intente que dejarán de pagarme, ya que ahora sería mi obligación que aprobarán, ya que no puedo permitir que ninguna repita año, pero me dijeron que el dinero no me haría mal, por lo que acepte.

-¿Eres muy serio?, dijo isanari riendo de la actitud de su hijo.

-Como sea, antes de que pasará todo esto, ya les había prometido que las ayudaría a graduarse con una sonrisa. Además ya son más que mis alumnas, por lo que es algo natural, que las ayude en todo lo que pueda.

-Si, muy serio, pero estas empezando a hablar como un verdadero hombre.

Futarou ignoro lo último y sólo siguió comiendo su desayuno con mucho ánimo.

La comida del complejo Uesugi era exquisita eso no lo podía negar, y sobre todo aquella que se preparó para su fiesta de compromiso, pero la comida de raiha tenía ese sabor hogareño que le recordaba a su madre.

Por lo que disfrutar la comida de la Uesugi más pequeña no era una opción que se podía saltar.

Después de haber desayunado, futarou tomo sus cosas, para ir a la escuela.

Miro a raiha, y se despidió con un asentimiento, algo que la niña captó de inmediato y le sonrió con alegría.

-¡Que te vaya bien hermanito!, dijo la niña con esa gran sonrisa.

-¡Claro!, no salgas tarde, ya que de igual forma tienes escuela, dijo antes de abrir la puerta y salir cerrando esta misma.

Miro en dirección de las escaleras para bajar de aquel cuarto que rentaba su padre.

Y miro con fastidio la escena de 5 chicas peleando tan temprano en la mañana.

-(Calmate, estas cambiando por ellas), pensó el chico comenzando a bajar las escaleras con tranquilidad.

-Te dije que vendría hoy, dijo nino.

-Puede que lo hayas dicho, pero que lo respete es diferente, dijo miku.

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