Para ella... (serendipia)

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Playa sol mar y tú

Eres como la arena,
Todos te quieren, nadie te ama.
Cada quien viviendo su condena,
Cada quien sabe con que se engaña.

Eres como una estrella desolada en el cielo,
Eres como la roca donde habitan los cangrejos,
Tan hermosa y bella como la quiero,
Tan misteriosa y vacía por dentro.

Eres como algo más,
Siendo alguien menos,
Eres un barco cuando llega a alta mar,
El mundo seguirá cuadrado a menos que lo probemos.

Cada quien con el dilema de amar,
Cada quien demostrando su actitud,
Lo más hermoso que la vida me pudo dar:
Playa, sol, mar y tú.










Princesa

Princesa sin brillo,
Princesa de otro castillo,
Muero por los pecados de tu boca,
Por decidir dejar todas mis tierras, por conocer otras,
Que con fe serán tuyas, pero la fe no tiene razón,
Solo me pasa por tratar de ser un príncipe cuando solo soy tú bufón.

Somos como el pan, pero odiamos las cortezas,
Sin darnos cuenta hemos perdido la razón,
Yo soy el rey que por ti perdió la cabeza,
Intentando reinar tu acaudalado corazón.

Es mi naturaleza,
El no siempre ser feliz,
Sin embargo, no todos los genios tienen la certeza.
Tú eres mi Pangea,
Por ti La tierra dejó de ser cuadrada y el horizonte dejó de ser el fin.

Dime quien eres tú sin yo, que soy yo sin ti.










Soneto a la soledad de ella

Soledad de ojos tristes,
la única que me quiere sonreír,
Tu vacío corazón me abriste,
A la puerta de olvidarme de mí.

Pensando que nuestro amor subsiste,
Que nuestros cuerpos iban a desleír,
Con el tiempo me empederniste,
El viento con el tiempo, llevó mi reír.

Mientras te maquillas, mi vida,
Aunque ya brillas como estrella,
Dejando el alma tras la zurcida.

Mi corazón hecho un tropel,
Ahora solo me queda hacer el
Soneto a la soledad de ella.











Con sus pelos dorados
Y mejillas rosadas,
Piel blanca.

Muero por un beso de tus ojos,
Una mirada de tu boca,
Por abrir esos cerrojos
Y quitarnos la ropa.

Siendo la bailarina de gracia alada,
Que baila sobre un corazón destrozado,
Las cicatrices son una cara larga,
Apegándose cada vez más a pedazos de mi alma.

Siendo yo tu manojo,
Pero ninguna llave te abre por más que te toca,
Sin saber, siento una sin razón,
De que esas llaves abren todo, menos tu tan acaudalado corazón.











El amor de nosotros

Viéndote el día a día,
Disimulo como caer en aquella sonrisa,
Deambulo al ver tus cabellos sedosos moviéndose por la brisa,
Soy un sonámbulo soñando despierto que morimos entre risas.

Tomándote la mano,
Timándote el corazón,
En cada palabra de amor nos encontramos,
Mimándote con amor.








Muchacha amada

Tu cabellera fina
Muchacha hermosa,
Tus ojos chinos y mirada de agua fría
Y tus labios que convertían mis versos en simples prosas.

Como dejar de sentir mariposas
En el estomago y que se nos suba a la cabeza,
Como disfrazarte con mentiras piadosas,
Llamándote, princesa,

(In)tranquilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora