Llevaba una semana, o eso me parecía a mi, sentada en aquella silla, mirando las veinticuatro horas del día a Alicia Sierra, solo sentía desesperación y ganas de salir de aquella carpa mugrosa. Menos cuando la veía a ella. En esos momentos algo se revolvía dentro de mi. Pero no podía pararme a analizarlo, estaba a punto de ir a la cárcel.
— Toma, te he traído esto —me tiró un paquete de regalices y un café para lllevar encima de la mesa mientras se sentaba.
— Gracias.
Sabía lo que Alicia quería hacerme, chantaje emocional, pero yo no era ninguna princesa a la que se le acababa de romper el vestido, después de muchos años en el cuerpo aprendí a respetarme. Comí apurada los dulces. Levanté la vista y pude ver una pequeña sonrisa antes de que Alicia volviera a su seria expresión.
— Raquel, soy policía, policía y tu amiga —arqueé una ceja y la mire— bueno, tu amiga no, pero ya sabes a que me refiero.
Solté una carcajada y Alicia meneó la cabeza. Una mirada nos quemó desde fuera de aquel plástico transparente, Tamayo intentaba matarnos con los ojos.
— Voy a proponerte algo —asustada me apoyé sobre la mesa.
— ¿Y de qué se trata?
— En quince minutos te abriré esa cremallera —asentí— y saldrás corriendo, Raquel —la miré— corre de verdad, como te pillen te mato —me reí y Alicia frunció el ceño.
— Continúa con mi fuga digna de película por favor.
— Saldré a por donuts en el mismo momento en el que te hayas ido, así no me podrán culpar —asentí de nuevo— toma, cuando salgas de aquí, te cambias la identidad y te montas en un avión con destino a Cocoa —posó un billete de cien euros y un billete de avión sobre la mesa y puso mi mano encima.
— ¿Y tu? Alicia, ¿no te volveré a ver? —una expresión preocupada se apoderó de mi cara.
— En un año, después de que esto acabé.
Después de esperar, Tamayo salió de la carpa y nosotras nos arrimamos hacia la cremallera hablada.
— Raquel.
— ¿Si?
— Te quiero.
Me dió un beso en la frente y separó las telas.
— Pero ahora corre.
Eché a correr como una niña pequeña que estaba a punto de quedarse sin chuches, me giré y la ví, cerrando aquella cortina que nos iba a separar por lo menos hasta dentro de un año. La quería mucho, ¿pero podría traicionar a la banda por ella?
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Prométemelo - AU ralicia
FanfictionPrométemelo, que nos volveremos a ecnontrar, que me esperarás, aunque pueda llegar a tardar, que nunca te vas a cansar, prométemelo. Te lo prometo.