#4 - Secretos

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Narra Lince

Pasear nuevamente por estos pasillos me hace sentir una sensación... extraña.

Dejá vu. O así lo llaman.

No lo veo, pero lo veo. Veo a mí misma caminando por aquí pero no me veo, me veo poniendo todo mi esfuerzo en revivir a Cénit pero no lo veo. Es una sensación curiosa, una especie de cosquilleo que te hace pensar si esto no es solo un bucle que hace que las mismas cosas pasen una y otra vez.

Aunque precisamente bucle es la palabra más idónea, ¿no?

Narra ???

¿Qué intentas, Midas, qué intentas?

???: Estas son las grabaciones. Tiempo real.

???: De acuerdo. Gracias por tu ayuda. Recuerda nuestro otro plan.

???: No hay de qué. Lo necesitaba.

???: Lo sé. Has sido muy útil.

???: Si necesitas cualquier otra cosa, contacta conmigo.

???: De acuerdo. De hecho... no te vayas todavía.

???: ¿Qué quieres ahora?

???: ¿Puedes acceder a las cámaras del futuro?

???: La duda ofende.

???: Perfecto... simplemente perfecto...

Por fin ese mequetrefe dorado se dará cuenta de que no puede jugar conmigo.

Solo de verles en ese pasillos yendo a lo que será "la reunión perfecta" me hace sonreír, sonrío de la manera en la que se torcerán sus planes y la manera en la que se detendrán ante mí.

¿O acaso van a rebelarse contra el Imperio?

Narra Omega

Olvido... Oblivion... cómo sea que te llames para mí... tienes que estar bien, maldita sea.

Torcemos a la derecha para atravesar el pasillo del ascensor y llegar a la escalera que nos llevará a las puertas de acceso al Pabellón Tres, o, como lo llamamos entre nosotros, Nave de Pruebas. La nave en la que pruebo todas mis invenciones y nuevos objetos. Ahí está.

El Zapatron.

Ese artilugio que rescaté después de tanto tiempo, solo para hacer llegar a Deriva y sus amigos al futuro y salvar a Cénit. Es lo menos que podríamos haber hecho por ellos después de la batalla entre Doggus y Cattus.

Volviendo al Zapatron... me acuerdo de las primeras pruebas que hice con él. Es una de las dos únicas pruebas que me han salido mal. Todavía recuerdo los gritos de agonía que pegaba esa pobre chica que decidió ser la sujeto de prueba del arma al no poder respirar. Esa sensación de haber cometido un fallo tan grande... que todavía recae sobre mis hombros. ¿La otra?

Nadie debe saberla. Todavía, nadie.

Por fin, abrimos las puertas del amplio pabellón. Yendo el chico trajeado a la cabeza, creo que su nombre era Tidas o Nidas o algo así. No, Midas, es Midas. En fin, tengo él a la cabeza pensaba que abriría él la puerta, pero al final Catalizadora se le adelantó y fue ella quien lo hizo...

Ragnarok: ¿Omega?

Qué... ¿qué me ha pasado? ¿Por qué me he detenido antes de llegar a la puerta? Todos dentro ya, nuestra ausencia no es muy notoria.

Ragnarok: ¿Omega?

Repite.

Ragnarok: ¿Estás bien?

Fortnite IV: Rebelión contra el imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora