Segunda Parte

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Por otro lado, las chicas estaban escogiendo sus vestuarios para la presentación.

—Yo no voy usar tacones —declaró Ivanna mirando un par de ellos que había sacado de su maleta.

—Yo menos, me duelen los pies desde los ensayos y con el césped que hay en todo lado sería mala idea —dijo Sophie—, pero al menos no iríamos muy lejos después de la presentación, tenemos el hotel en frente.

—Eso es bueno, no iríamos lejos —concordó Paula mientras llevaba su vestido al closet.

—Por eso digo que no los usaré —Ivanna metió nuevamente sus tacones a la maleta.

Pasaron unas horas. Uno de los encargados pasó a dar aviso a los chicos de que el evento sería en menos de una hora.

Las chicas se prepararon a tiempo, y los demás chicos ya estaban casi listos... a excepción de uno.

—¡Ya es tarde, Yael nos vas retrasar! —le dijo Emiliano al verlo aún acostado en su cama mientras veía su teléfono—. Vete a bañar, ¿o así irás?

—No, hoy no me voy a bañar... no es sábado —respondió el, decidido—. Solo me visto y listo.

—Por supuesto que sí lo harás —Nath se acercó a él con cierto enojo—, Tú dices, a las buenas o entre Emi y yo te aventamos a la regadera.

—Ok, está bien... no he dicho nada

Yael al ver a sus amigos decididos a meterlo a bañar aceptó y entró.

El evento empezó, llegó el turno del grupo para su presentación y luego de tres canciones seguidas todo terminó un éxito total. Sin embargo, durante una de las canciones Emiliano divisó un extraño lugar desde el escenario alto donde estaban cantando.

Era un edificio grande, que a diferencia de los demás lugares en el campamento que estaban iluminados este lucía viejo y abandonado.

Él no dudó en mencionarlo al terminar la presentación.

—Si me di cuenta, pero ha de ser uno común y corriente que está cerrado —dijo Paula al escuchar a Emiliano hablar sobre lo que había mencionado de aquel lugar.

—Cierto, ¿por qué le das mucha importancia? —preguntó Sophie, extrañada—. En la ciudad hay muchos.

—Pero no creo que sea uno igual a este —dijo la voz de un señor detrás de ellos. Era el Sr. Miguel quien venía a felicitarlos por tal magnifica presentación.

—¿Por qué lo dice? —preguntó Nathan.

—Simple, en ese lugar es una tienda de juguetes y souvenirs —El Sr. Miguel dio un suspiro pesado—. Era, mejor dicho —corrigió casi de inmediato—. En este hotel era el lugar más visitado porque ahí se vendían varias cosas que no se conseguían aquí y, además, era más famosa por las muñecas hechas a mano. Pero hace dos años ocurrió un raro incidente en él y tuvieron que cerrarlo. Desde entonces nadie va por ese lado del hotel. Se ha esparcido un rumor que dice que ven las cosas moverse o que está embrujado, pero son rumores.

Todos se miraron entre sí.

—No se preocupen, son rumores —reiteró—. Pero por si acaso no vayan por ahí de noche. Bueno, en otro tema; disfruten su estancia en el campamento donde gusten ir.

Con lo que habían escuchado solo captó más su atención. Y solo sería indicio para saber más sobre aquel suceso.

Más tarde aprovecharon el momento para pasear por los alrededores del campamento. Fueron por los lugares de reuniones de los demás para ver cómo eran las actividades del lugar pues seguían creyendo que por el nombre sería como el típico campamento: fogata, malvaviscos y música. Pero no, en verdad era un hotel con eventos donde también fueron parte uno de los shows y ahora huéspedes. 

El Campamento de Juguetes (LemonGrass / Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora