Prologo

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Y aquí estoy del brazo de mi padre, caminando hacia el altar en donde me espera mi futuro marido, con la mirada más fría que un tempano de hielo, estaba allí parado con la misma pose altiva de siempre, su cara no reflejaba ningún sentimiento, Venicio Erik Redford es el hombre más guapo que jamás allá visto, con un físico espectacular, unos ojos azules eléctrico a sus 28 años era dueño de una de las compañías aéreas más importantes de estados unidos.

Siempre soñé, con el hombre ideal como toda niña que deseaba casarse con el hombre perfecto, bueno dicen que soñar no cuesta nada, es gratis gracias al cielo, pero de que eso sea mi realidad estaba muy lejos, por que el hombre que siempre había soñado, tener no era ese el que me esperaba en el altar, no era el hombre con la mirada dulce, ni con la sonrisa más grande del mundo, ni mucho menos el hombre enamorado. Pero no podía pretender nada mas, ya que según mi madre era la menos agraciada de las dos hermanas que tenia, en algo tenía razón, no era la más bonita de mis hermanas, era como siempre me decía la mas simpática, así que tenía que estar agradecida de casarme con un hombre así de guapo esa eran las lindas palabras de mi madre.

-¿Alma? Las palabras del sacerdote me sacaron de mis pensamientos

-¿Si? –¿Aceptas como esposo a Venicio?

-Acepto dije en un susurro, condenándome a un hombre que no me amaba, todo por un estúpido convenio, entre el y mi padre para unir sus compañías, y que mejor que casar a la mas joven de sus hijas.

Luego de la ceremonia nos dirigimos a la recepción que había preparado mi familia, el trayecto fue de lo mas incomodo, ninguno de los dos decía una sola palabra, y lo comprendía, casarse con alguien a quien no amas debe de ser duro. En cambio para mi no lo fue ya que yo si me había enamorado de el, habíamos salidos tres meses antes de que me propusiera matrimonio, pensé que el también me amaba, que por eso se quería casar, pero mi emoción solo había durado poco ya que una tarde antes de la boda había escuchado una conversación entre mi padre y el en donde, mi padre le agradecía por casarse con migo, y asi tener una unión entre ambas empresas, en donde Venicio decía que el no estaba enamorado de mi, pero que el acuerdo valía la pena ese sacrificio.

Lagrimas asomaron por mis ojos en ese momento me sentí la mujer más estúpida, como me había podido dejar engañar de esa manera, ya me parecía que alguien así se enamorara de la tonta y mojigata alma. Cuando hable con Venicio y le pregunte sobre lo que había escuchado su respuesta fue de la más humillante, me había dicho que yo era una persona inteligente, la esposa que cualquier hombre desearía tener, leal y obediente pero que él no me amaba y que nunca lo aria, que  él solo me podía ofrecer protección, y darme todo lo que yo necesite, mientras que nuestro matrimonio dure. Y ese había sido el momento en donde mi corazón se había roto,  en ese momento quise cancelar la boda pero mis padres se reusaron y me hicieron entran en razón diciendo que la gente iba a hablar y que nunca iba a encontrar a un hombre como él, ya que yo no era nada bonita. En eso ellos habían tenido razón, los preparativos de la boda fueron rápidos y abrumadores.

El banquete fue de lo mas incomodo, solo quería que todo terminara, para así ir a mi habitación a encerrarme a llorar hasta que no tenga lagrimas, quería desaparecer de ese lugar en donde solo había gente hipócrita cuchichiando cosas, y hablando de mas como siempre.

Luego de la recepción nos dirigíamos a uno de los hoteles, más caros y lujosos de  california, según mi esposo allí íbamos a pasar nuestra primera noche y mañana partiríamos a Italia ya que el tenia asuntos que arreglar.  Estaba algo nerviosa por pasar la primera noche con él, sabía que teníamos que consumar nuestro matrimonio, me resultaba difícil ya que para él era como una obligación, sin embargo para mí tenía otro significado, algo puro, bonito, simplemente como conectarse espiritual y emocionalmente con la persona que amas.

Cuando entramos a la habitación, nos dispusimos a ponernos cómodos, esta disponía de una puerta lateral en donde se encontraba otra habitación supuse que esa seria para mi, antes de dirigirme a ella Venicio dijo:

-Esta noche dormirás con migo Alma…

-Lo se…dije

-El se acerco y me abrazo por la espalda

-Prometo que seré cuidadoso y cuidare de ti dijo volteándome y atacando mis labios con dulzura, el beso se fue intensificando cada ves mas, su lengua comenzó a recorrer cada centímetro de mi boca, encontrándose con la mia. Un poderoso fuego ardió en mi interior. Inicio un camino de besos que se extendía desde mi mejilla asta mi cuello, ladee la cabeza  a un lado para facilitarle el acceso y sentí un escalofrió recorrer mi columna vertebral, cuando al mismo tiempo deslizaba una mano hacia arriba por mi espalda, tirando del borde de mi vestido dejando al descubierto mi ropa interior. Poco a poco fuimos quedando desnudos, me recostó en la cama, y apoyando un codo a un lado de mi cabeza para sostener el peso de su cuerpo, se acostó de un lado y acaricio mi vientre, con la mano desocupada.

Yo estaba inmóvil tomo mis labios entre los suyos pero no por mucho tiempo. Su boca estaba en todos lados, mis mejillas, mi cuello, mis hombros y descendiendo. Su lengua y sus dietes tomaron mis pechos y mis pezones y todo debajo de mi vientre se contrajo, no podía respirar de manera adecuada y un gemido se escapo de mi garganta.

Sonrió y se coloco entre mis piernas.

-Va a doler  ¿lo sabes?

-Si respondí

-Solo será un momento, lo prometo. Quiero que  me mires, relájate

-Sonreí por su dulzura y con los ojos abiertos, clavado en los míos se deslizo  dentro de mi cuerpo, empujando hacia delante. Se detuvo y sin previo aviso, con un empujón extra, algo se desgarro y dolió mucho. Sofoco mi grito tapándome con su boca y se quedo estático para darme tiempo a acostumbrarme.

Mi corazón galopaba y chocaba contra el suyo que mantenía un ritmo parecido. El ardor no duro demasiado, y el comenzó a moverse lentamente, cerré los ojos dejándome llevar por el placer y la excitación. La sangre caliente corría por mis venas de forma desenfrenada, enterré las uñas en su pecho a medida que la envestidas se volvían mas bruscas y placenteras.

Mis piernas se tensaron y con una breve sacudida en todo mi cuerpo jadee por ultima vez. Venicio empujo una vez mas y advertí como el también llegaba a clímax , cayo rendido sobre mi cuerpo, pero con cuidado de no aplastarme.

Recupere la respiración y me permití sonreír abiertamente, dejando que la felicidad me invadiera. Saliendo de mi se recostó a un lado, dándome un beso en el cabello susurro

-Buenas noches, nena duerme

-Buenas noches dije dándome la vuelta quedando a espaldas de el

Esa había sido la mejor experiencia de mi vida, lo amaba tanto, había sido muy cariñoso y amable, le había entregado mi corazón y mi pureza habíamos hecho el amor, bueno yo había hecho el amor el solo había cumplido con su deber, ese pensamiento me hacia tener ganas de llorar, no podía creer que el hombre que tenia al lado mío no me quisiera ni un poquito. Ya era de madrugada y yo no podía conciliar el sueño, me gire y vi a Venicio sumido en un profundo sueño lo observe parecía un angelito, lejos de ser el hombre dominante y altivo que era, sus facciones  eran hermosas, me acerque y deposite un suave beso en sus labios con cuidado de no despertarlo, le susurre un te amo, y me dirigí a mi habitación, no quería despertar a su lado, no podía mirarlo, me causaba dolor saber que yo lo amaba y el no me correspondía.

Corazon en guardiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora