El cuento de las mentiras (parte 1)

El Dolor Palpitante

No os he contado quién es Roxanne, lo siento, perdón, Roxanne es una chica de mi clase nadie nunca se había reído tanto de mis chistes, ni me había prestado tanta atención o me había contado su vida tan detalladamente por eso me gusta.
Le dijo que sí... Mientras los enamorados hablaban yo sólo pensaba en que iba a ser la malo del suelo, claro si ocurría. Aún quedaban huecos por llenar, pistas por encontrar y misterios por resolver.
Lo que me preocupaba era que no pudiese intervenir en el destino.
Después de un buen rato en el que ya me estaba aburriendo volvimos al donca, los dos pensábamos en el futuro y cuando llegamos...
No me lo podía creer vimos a Constantin aunque prefiere que le llamen costi. Costi es uno de mis mejores amigos lo conocí en segundo y como su padre no estaba y venía de Rumanía le enseñé de todo en general.
A las seis y algo Eddie se fue.
Y empezamos a quedar todos incluso los que dijeron que no iban a quedar.
Daniel, Diego y Marcos. A ellos los conozco desde hace más tiempo y son muy amigos.
Después los que sí a los que también conozco desde hace tiempo, no hace falta decir que son mis amigos.
Hugo y Ander. La mayoría llegaron tarde así que fuimos al mirador, aunque en el mirador por la noche sólo hay porretas y gente follando, las cosas como son. Casi arriba Costi grita:
¡"Marica"!.
Al llegar había cuatro tipos mirándonos desde una valla y otro subiéndose a un coche, tras eso el coche empezó a venir hacia nosotros con ganas de hacer pocos amigos.
Sí nos había costado subir diez minutos yo bajé en menos de uno y justo me tuve que apartar ya abajo, porque casi me lleva por delante. No veía a nadie bajar, pero unos veinte segundos después empezaron a bajar.
Primero Ander, después Hugo y Costi y como un minuto después, porque iban a su rollo Diego y Marcos.
Yo le grité a Costi por gritar cuando había que estar callados, más tarde fuimos a la cancha jugamos unos partidos, después cenamos y luego ya no me acuerdo.
Pero sí que me acuerdo de los días siguientes, escribí unos poemas que pensé que jamás se darían, los escribí porque estaba triste viendo lo que había visto y viendo que a ella le gustaba mucho.

No siento el corazón
Intentando hallar estoy la razón
El dolor incremento
Pues de mi pecho este saltó
Hallando la razón aún estoy
Pues en busca de él ahora voy
El cielo oscureció
Entre tanto y tanto
Tarde hallé la razón
Tarde hallé el corazón
Este me decía
Que yo un poema de un flan contaría
Y esto todo lo explicaría
Mientras en sus adentros su alma se desvanecía