pequeña belleza • BC [TERMINADA]

Latidos de mi corazón × Duele

Narrador omnisciente.

Linda hablaba con Tsubaki con una voz muy calmada, él estaba feliz por hablar más tiempo con Linda, le encantaba su tono y como las comisuras de sus labios se subían cada vez que soltaba una risita en la conversación.
Pero, se notaba cansada, y sus ojeras estaban casi negras.
Linda sentía sus ojos pesar, pero pensó que ya sería muy mal de su parte, cuando se encontraba con Tsubaki, no quería decirle que moría de sueño cuando la conversación iba tan bien.

—Duerme, te despertaré al llegar a casa. –Tsubaki tenía la vista puesta obviamente en el camino, pero la miro de reojo y ella asintió.

—Lo lamento, tengo sueño...

—Está bien hermosa, entiendo, duerme. –Tsubaki sonrió.

—Yo... De verdad quería....seguir hablando... Con...tigo... –La chica cierra los ojos y se duerme rápidamente luego de finalizar esas palabras entre cortadas.

—¿Quién es Tigo? —Preguntó y luego reaccionó. — ¡Ah! Ay, soy un idiota. –Dice riendo avergonzado, que suerte que nadie estaba ahí para burlarse de él, nadie despierto, claro.

Narra Linda.

Parpadeo varias veces y siento mi cuerpo más liviano, no como antes cuando estaba cansada.
Mis ojos se acostumbran a la iluminación de la habitación y los abro por completo... Espera, ¿Qué hago en mi cuarto?

Me levanto y miro por la ventana, estaba oscureciendo.
¡Tsubaki me dijo que me levantaría! Debió ser maleducado de mi parte entrar de nuevo a la residencia y durmiendo, qué vergüenza.
Decido bajar para disculparme.

Camino por los pasillos y raramente no me encuentro con ningún hermano. Tomo el ascensor y espero unos segundos hasta llegar a la sala principal.

—Linda, ¿Dormiste bien? Fue muy poco por lo cansada que estabas... —Masaomi se acerca a mi, con su típica sonrisa.

—Y-yo lo siento mucho, por todo. –Bajo mi cuerpo, realizando una reverencia. La mano de Masaomi se apoya sobre mi hombro y habla.

—No debes hacer eso, Linda. No causaste ninguna molestia, en serio. Estábamos muy preocupados por ti, nos alegramos al verte de nuevo entrar a casa.
–Levanto mi vista. Estaba haciendo un esfuerzo para no llorar, mis ojos los sentía cristalizados y hacia un pequeño puchero. —Debiste pasarla mal, lo sentimos. –Sus grandes brazos rodean mi cuerpo y da pequeñas palmadas en la cabeza.

Yo empiezo a lagrimear.
Diablos, odio ser tan sensible cuando me abrazan.

—Está todo bien, me alegro que tu mamá haya despertado. Fuiste buena niña cuidando de ella. –Masaomi me obliga a verlo y sonríe. Seca las lágrimas que habían caído y luego besa mi ojo, sonrojandome por el tacto de éste.

—Masaomi...yo...

—Shh, déjame recargarme. Estuve muy preocupado por ti, perdón por no poder ir a verte. –Él agarra mis mejillas y me va depositando pequeños besos en la cara. Y luego sus labios frenan sobre mis labios.
Queda un pequeño momento inmóvil, y luego da un pequeño beso.

Yo traía los labios cerrados, y él lame mi labio para mejor movimiento. Mis labios se abren por el tacto y comienza a besarme.
Yo, no sabía qué hacer. Me sentía mal al besar a todos los Asahina, sentía culpa.

—No debes preocuparte por eso. –Masaomi habla sobre mis labios. — Sé que no soy el indicado para ti, por eso... Déjame disfrutar este pequeño momento.

Masaomi me levanta y mi espalda pega sobre la pared, suelto un gritito de sorpresa, realmente Masaomi es muy alto y tiene una fuerza que no parece tener.