Hanahaki | Shin Soukoku

Primer pétalo

Capítulo 1. Diagnostico

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Dazai tenía a ambos chicos sentados en una mesa, Atsushi y Akutagawa se miraban con rencor, Dazai suspiro ― Teníamos un mes sin verte Akutagawa-kun ― menciono el castaño burlón ― les pedí venir porque necesito que trabajen juntos

― NO DE NUEVO DAZAI-SAN ― gritaron ambos

― A ver... esa combinación que hicieron de tigre y rashomon vendría bien en cualquier circunstancia, quisiera que lo practicaran juntos y

― NO, NO, NO ― expreso Akutagawa

― Dazai-san, tengo planes con Kunikida-san

― Puedes hacerlo en ratos libres, miren, los cite por que los líderes se reunirás pronto y propondré esto ante ellos, no tendrán escapatoria, háganse a la idea

Ambos chicos cruzaron sus brazos. Aunque ligeramente Atsushi miro a su lado, su corazón latía con locura, era odiado pero no podía evitar amarlo.

Juraría guardar aquel sentimiento por siempre, aquello que lo volvía loco, había comenzado a escribir noche y día cartas que no pensaba entregar, era una forma simple de entretenerse y dejar salir sus sentimientos más profundos ¿su secreto? Estaba tan guardado en su corazón que estaba seguro que ni siquiera el gran Rampo podría descubrirlo...

Atsushi terminaba de entrenar con Kunikida, el rubio estaba acomodando las cosas para volver a la agencia, ese día era algo particular, el menor se sentía mareado como si el aire le faltará ― Mocoso apresurémonos, el presidente se reunirá con el líder de la mafia para tomar temas de la alianza y ― el rubio miro al albino ― ¿Atsushi? ― le llamo pero todo se volvió oscuro. ― ¡Atsushi!

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Kunikida llego ese día con Atsushi entre sus brazos, inmediatamente la doctora lo reviso. Ese código tan precioso de Kunikida sobre jamás abandonar a alguien era precioso y eso hacia quedándose al lado del albino hasta que despertó. Abrió sus ojos con pesadez, era como si hubiera corrido una maratón, miro al mayor quien leía su ideal ― Kunikida...san... ― le llamo

― Mocoso, por fin despiertas ― menciono levantándose ― llamaré a Yosano-sensei

― ¿Qué...? ¿Qué paso? ― pregunto pero el rubio había ido por la doctora.

La doctora entro sola primero, se sentó al lado del albino, reviso su pulso y su pecho para escuchar su respiración, Atsushi siguió al pie de la letra lo que la doctora le decía hasta que termino su revisión ― Atsushi-kun

― ¿si Yosano-sensei?

― Te hice unas radiografías hace rato

― ¿me pasa algo?

― Veras... Es algo a lo que llamamos "Enfermedad de Hanahaki"

― ¿Qué... es eso?

― Una condición física en la cual el enfermo vomita y tose pétalos que han crecido en sus pulmones por el amor unilateral o mejor dicho mal correspondido

― ¿Qué? pe-pero Yosano-sensei no estoy vomitando pétalos ¿o sí?

― Afortunadamente las raíces apenas están naciendo en tus pulmones, por eso hoy te falto el oxígeno dime... ¿Quién te rechazo?