Raíz

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Capítulo 3. Sin previa cita

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Con algunos días Akutagawa estaba comenzando a relajarse, su hermana estaba dedicada ayudar a su hermano. Ese día Akutagawa estaba en un callejón esperando a su hermana para ir a cenar juntos, ese mismo día era que comenzaría el plan de la agencia.

El mafioso se mantuvo recargado en la pared, solo su hombro sobresalía hacia la calle, miraba su reloj, su hermana estaba tardando, decidió salir, estaba de incognito así que nada pasaría, se acercó a la fuente donde se reunirían, estaba comenzando a preocuparse, usualmente su hermana no tardaba en llegar. A su lado algunas personas esperando también, tocaron su hombro en un pequeño choque, molesto miro quien había chocado con él y pudo ver a la persona a su lado, se impresiono primero por su cabello largo y blanco, fue como si se moviera en cámara lenta, dejándole ver sus ojos, había algo peculiar, algo que lo atrapo, eran morados y con una línea negra haciéndolos más grandes, largas pestañas y un rostro angélica. Trago saliva regañándose a si mismo por lo que estaba pasando por su mente ― ¿hola? ¿Si está bien? ― Cuestiono la chica sacando al azabache de sus sentidos ― ¿está bien? Lamento eso, me empujaron

― Oh, sí claro

Hubo un enorme silencio, le miro de reojo, parecía que esperaba a alguien también ¿Qué pasaba? No podía evitar estar curioso ¿Qué tipo de chica salía así? No era solo su cabello largo o sus ojos, llevaba un saco largo color pardo, una blusa de manga corta color blanco y cuello italiano, se veía fresca, en el cuello llevaba un listón negro con moño suelto. Un par de sujetadores que recorrían sus hombros, pecho y se ajustaban al short color negro que quedaba holgado de sus muslos y eso dio pie a ver las medias que comenzaban su recorrido en sus muslos y bajaba hasta sus pies, llevan un par de botas color pardo al igual que el saco. No había podido olvidar, la pequeña mochila color negro que llevaba en su espalda.

Sus pensamientos fueron sacados cuando hablo ― ¿está bien? ― preguntó. Analizo un poco su voz, sonaba familiar pero estaba demasiado distraído. ― ¿lo dejaron plantado? ― Volvió a preguntar, Akutagawa solo volvió a su teléfono, su hermana le había cancelado la salida, no tenía otra cosa que hacer en ese lugar, se retiraría y ― a mí me dejaron plantada, ya he esperado por 10 minutos a un tal Dazai ― expreso y Akutagawa casi escupe

― ¿tiene una cita con Dazai-san?

― Sí, me convenció aunque no es para nada mi tipo

― ¿no?

― Me convenció diciendo que era parte de la mafia, sabe me gustan los chicos malos

― Pequeña niña, no sabes nada de la mafia

― Lo sé, pero se me hacen fuertes, impresionantes e increíbles ¿no cree?

― ¿Por qué piensas algo así de estafadores y asesinos?

― ¿eh? Por qué... Bueno, no hacen daño a la ciudad, protegen a la ciudad. También son humanos ¿no? ― le sonrió ― no puedo evitarlo. Le encuentro lo humano a aquellos que son despojados de la sociedad.

― No sabes nada niña

― Usted tampoco

― Escucha niña, no tienes ni idea de

― ¿de qué? ― pregunto cruzada de brazos

― Ya que te dejaron plantada, te demostraré lo que es salir con un mafioso

Hanahaki | Shin SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora