Es mi primer día en el nuevo trabajo y estoy totalmente emocionado al respecto.
Nahyun y yo somos los primeros en llegar a la oficina. De hecho, fui el primero en presentarme a las ocho con diez minutos; hubiera llegado a las ocho en punto, pero me retuvieron unos instantes en la entrada para rellenar unas casillas y luego me entregaron un pase provisional para poder subir. Tenía que informarle a la gente de recursos humanos que necesito una tarjeta de identificación con mi foto. Al parecer son muy estrictos respecto a quién dejan ingresar al edificio.
Park Nahyun. Ella es un sueño, no hay dudas. La joven y atractiva chica usa un precioso vestido color ocre que le queda por encima de la rodilla, y unos tacones delicados del mismo color. Se ve preciosa, y tan delgada. Me contengo de preguntarle si de casualidad sigue alguna estricta dieta; no quiero caerle mal desde el primer día.
La breve conversación que compartimos mi compañera y yo, es sobre el teléfono que la compañía me ha otorgado que es exclusivamente para utilizar con fines laborales. Lo entiendo, no tengo permitido descargarme Free Fire en él.
El resto de los empleados que le dan vida a la revista comienzan a llegar alrededor de las nueve de la mañana, y en total logro contar unos cincuenta. El departamento más amplio, según puedo apreciar, es el de moda –el que Jung Hoseok maneja–. Los departamentos de belleza, de crónicas, el artístico y editorial completan el esquema.
Muchas personas se detienen al inicio del despacho de Taehyung, donde se encuentran los escritorios que nos pertenecen a mí y a Nahyun. La mayoría conversa amenamente con la primera asistente del jefe, comparten risas y comentarios acerca de cosas relacionadas a la moda que no entiendo. Sin embargo, las personas desconocidas para mí también me dan la bienvenida y me desean suerte en el nuevo empleo. He visto más de un rostro que refleja sorpresa, quizás porque soy hombre y el jefe no acostumbra a contratar asistentes masculinos.
Supongo que soy afortunado.
Por lo que logro escuchar, todos los trabajadores que ya llegaron a la oficina, están venerando al jefe por una considerable donación que hizo en las últimas horas a una campaña benéfica para ayudar a combatir el cáncer de mama.
Ya puedo ver el futuro no muy lejano, probablemente en algún momento de la tarde: mi madrastra va a llamarme para decirme lo mucho que ama y admira a Kim Taehyung por ser tan buena y humilde persona.
Vamos, ¿quién no donaría a organizaciones benéficas si hiciera una enorme suma de dinero en tan solo veinte minutos?
—De verdad, Taehyung es increíble como hombre, director y especialmente como persona...
Hyunah, la mujer –supervisora en el departamento de belleza– a la que acabo de conocer y que no ha dejado de idolatrar verbalmente al jefe, continúa diciéndome. Trato de mostrarme apacible y con una sonrisa, pero ya me tiene harto.
¡Ya entendí! ¡Él es maravilloso, un regalo del cielo, no lo merecemos!
—Él está subiendo —Nahyun anuncia repentinamente y la veo que tiene su teléfono en manos. Por un instante, tengo ganas de gritarle ¡bendita seas! porque gracias a su información, Hyunah se marcha a su puesto de trabajo.
— ¿Qué debo... hacer? —Pregunto con timidez, sólo para darme cuenta de que Nahyun no me ha escuchado.
Veo a la primera asistente ingresar en el despacho de Taehyung para acomodar sobre el escritorio varios periódicos. Al parecer, al jefe le gusta leer absolutamente todo.
—Es probable que quiera café ahora —Nahyun me dice—. Anota esto: Espresso con dos de azúcar y muy caliente. No te atrevas a traer nada frío o tibio aquí, porque no le gustará y se enojará. Es necesario que sea Starbucks, si traes cualquier otra marca, también se enojará.
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TENDENCIA + TORPEZA | KTH+JJK.
FanfictionEn donde Jungkook no tolera a su reconocido jefe y Taehyung está harto de su torpe asistente.