IMPERIO

CAPITULO IX: EN EL BOSQUE

Min monto a su caballo y salio del palacio dirigiéndose al bosque de Silla junto a Taehyung.

-Y que tal la princesa Suran?.-Pregunto Taehyung, un chico de tez acanalada, cabello largo color castaño recogido en una coleta, ojos color café obscuro, labios delgados con un leve color rosado, vestía un hanbok azul marino con detalles en un color blanco aperlado.

-Pues lo hace bien pero no lo suficiente.

-Le dijiste por que lo hiciste.

-No, me di cuenta de lo fácil que es.

-Eso si te lo creó amigo.

Se pusieron alerta cuando escucharon un ruido proveniente de los arbustos.
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Jungkook, quien fue al bosque solo a caminar liberándose un poco de su trabajo bajaba de la pequeña colina pero su hanbok se atoro con los arbustos y el tratando de desatorarlo movió estos causando ruido pero no le importaba pues era el único en el lugar o eso pensó.

Yoongi y Taehyung sacaron su katana de la saya donde venia esta. Se fueron acercando al lugar y vieron a un chico delgado, alto, piel blanca, ojos de color café donde podías ver tu reflejo debido a su hermoso brillo, este tenia el cabello largo castaño pero sin recoger, vestido con un hanbok color crema y una cinta color palo de roza, labios finos y rosados, un joven hermoso. Este se sobresalto al verle ahí y de inmediato realizo una reverencia.

-Mi Emperador perdonen si es que les asuste.-Dijo el joven, Yoongi y Taehyung guardado sus katanas en la saya y solo asintieron.

-Tenga cuidado al regresar.-Hablo Taehyung con firmeza.

-Igualmente.-Respondí el joven, los hombres frente a el se fueron dejándole ahí, Jungkook jalo con fuerza su vestimenta y esta se libero de la rama.

-Es lindo.-Dijo Yoongi y Taehyung lo miro.

-La verdad si pero solo lo veremos una sola vez.

-Lastima Taehyung.

-Se calma

-Si lo haré.
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Jimin se encontraba comprando ingredientes para cocinar una sopa de verduras para su madre, Jimin tenia una pequeña hortaliza en casa pero no tenia muchas verduras por lo que decidió comprar con el poco dinero que este tenia. Es su camino de regreso miraba las casa desde el techo hasta el suelo y una llamo su atención se trataba de una casa en color café y negro la casa no lo llamo si no las hermosas flores de color rojo brillante que esta poseía en el jardín se hacerlo y las miro con mucho mas curiosidad pero fue interrumpido por la voz algo ronca de una anciana.

-Son hermosas no lo crees?.-Pregunto la señora de avanzada edad.

-Lo son. Perdón por mirar sin permiso.-Dijo Jimin haciendo una reverencia.

-No se preocupe joven pase para contarle mas sobre la planta y también sobre otras.-Dijo la señora abriendo la puerta de su jardín a Jimin le brillaron los ojos pues a el le encantaban las flores pero esa flor roja lo llamo por completo se robo su atención.

-Y bien te a gustado esta flor cierto. -Pregunto la anciana señalando la flor antes mencionada.

-Si, es hermosa.-Contesto Jimin.

-Es una Lycoris radiata, se le apoda la flor del infierno o flor del pecado. Se asocia con la lujuria y la pasión.-Dijo la señora mirando a Jimin quien prestaba suma atención en sus palabras.- Te quedaría a ti debería tatuarse la flor.-Dijo la mujer Jimin negó.- Piensalo la flor es la pasion y la belleza, el pecado de tu belleza, eres hermoso niño, y la flor quedaria perfecta en tu piel.

-No, si me gustaría pero no tengo el dinero para realizarme un tatuaje.-Dijo Jimin bajando la cabeza.

-Yo lo pago.

-No, como voy a aceptar eso.

-Por favor joven aceptelo es un regaló.

-Pero como se lo pagaría.

-Fácil, ve conmigo todos los días a hacerme compañía me siento sola y nadie me escucha.-Después de que la mujer le estuviese insistiendo Jimin acepto y al día siguiente se realizaría el tatuaje.- Estas son orquídeas, y estos son alcatraces blancos y amarillos. (Le mostraba las flores y tomo un pequeño cuenco de barro donde coloco tierra y saco un pedazo de la Lycoris radiata para plantarla y regalársela a Jimin quien la tomo en sus manos emocionado dio las gracias se despidió y se fue a su casa.

Llego y coloco la planta en sus aposentos se quedo mirándola Jimin se había obsesionado con esa flor tan hermosa.