Capítulo 5

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Es curioso como los sucesos que transcurren te cambian las emociones. En tan solo unas horas puedes experimentar amor, felicidad, dulzura, diversión, preocupación, temor y miedo.

Nadie sabe lo que va a ocurrir y ni siquiera lo entiendes cuando está pasando. No es cuestión de lógica, es cuestión de tiempo.

El grupo de estudiantes no tenía en claro lo que estaba pasando pero no les hacía falta mucho para lograr averiguarlo.

Después de la desaparición de Chloè y la ausencia de Kim optaron por mantenerse juntos, nadie se separaba y tampoco se quedaba atrás. Nadie se alejaba ni se adelantaba. Los sucesos dentro de la cabaña no eran algo común, aquí había algo extraño que solamente los ojos de Marinette podían ver y medio entender, pues la idea de los demás era solamente algo de mal chiste o una broma de mal gusto.

Tras recorrer la casa y no encontrar algo fuera de lugar, decidieron mantenerse juntos en la habitación que ocupaban las hermanas Dupaing-Cheng.

— ¿Qué vamos a hacer? — musitó la castaña. — no podemos llamar a nadie, la maldita señal no sirve en este lugar.

Alya y Nino estaban sentados en el lado derecho de la cama, la castaña tenía la cara escondida en sus manos mientras que el moreno le acariciaba la espalda en un vaivén; Bridgette se encontraba recostada en las piernas de Marinette al lado izquierdo de la cama mientras que Adrien se encontraba de brazos cruzados recostado en la pared junto a la entrada de la habitación.

— Creo que...— el rubio lo pensó muy bien antes de soltarlo— creo que lo mejor que podemos hacer, es esperar.

El rostro de todos poseía la mirada gacha, de todos, menos de Alya Cèsaire. Al escuchar las palabras del Agreste se levantò de golpe para dirigirle la palabra.

­­— ¡¿Crees que tenemos oportunidad de elegir!? ¡Es obvio que no hay otra solución! — regresò a su sitio y hundió sus pensamientos en las palmas de sus manos.

—Alya, tranquila. No nos pasará nada si nos quedamos aquí, es cuestión de horas, verás que pronto amanecerá— Marinette cogió el móvil que estaba en la mesita de noche al lado suyo y al encender la pantalla su rostro se petrificó. Faltaban más de tres horas y media para que el sol saliese, pero eso no se lo dijo a la castaña, pues eso no haría que se tranquilizara.

Un sonido audible se hizo presente en las afueras de la cabaña. Una clase de arma estremeciéndose contra la corteza de madera.

Adrien se levantò de golpe y colocó su índice sobre su boca en señal de silencio. Camino hacia la ventana con tal de lograr visualizar que es lo que producía esos sonidos.

­— ¡No Adrien, no mires por la ventana!­— susurró Marinette.

Adrien decidió ignorarla mientras se acercaba a paso tranquilo hacia el gran ventanal cubierto por una cortina de color vino tinto. Cogió la cortina y la levantó lentamente, se acercó un poco al cristal y al no lograr visualizar nada opto por colocar ambas manos a los costados de su frente y toparse contra el vidrio del ventanal.

Después de mirar unos segundos al exterior, regresò su mirada a la estancia. Cuando iba a soltar la cortina que tenìa sujetada con su mano izquierda, un fuerte golpe azotó la ventana produciendo un grito de parte de Bridgette. Adrien regresò la mirada hacia el ventanal y se encontró con el reloj de Kim pegado en el cristal de la ventana desde el exterior, este chorreaba gotas de sangre que resbalaban a través del ventanal

Adrien al verlo intentò tomarlo pero la ventana estaba sellada desde afuera, de modo que no se podía abrir. No, a menos que se forzara del otro lado.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2020 ⏰

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