30 días de OTP ♥

🎉🎉♪ Día 30: Secreto ♪🎉🎉

Para este punto fue algo difícil ya que al dejar de escribir perdí el toque que había obtenido, ahora me toca un poco empezar de cero, pero por fin terminaré este y otros libros antes de empezar nuevos, sin más que decir, les dejo en la lectura... Los que me leen de hace tiempo saben que no soy buena escribiendo algo más lujurioso y con limón en ingles... Así que cambiare esto un poco:

→ Obsesión ←

Aquel geminiano parecía estar dormido, se removía y retorcía entre sus cobijas mientras leves jadeos resonaban en su habitación.

—Espera... No seas tan brusco... Suelta mi cabello~

Aunque fueran jadeos y palabras bajas, parecía disfrutarlo ya que él mismo tiraba levemente de su cabello azulado.

—Ah~... Saga malvado me dejas marcas~ ♥

Movía sus piernas de forma lenta y las cerraba, apretaba su mano contra las sabanas y con la otra parecía tapar su rostro, que aún estando dormido estaba pintado de rosa.

A su lado, de pie, y con una cara seria se encontraba su igual, no parecía feliz pero tampoco parecía desagradable a su vista, era más como una pequeña curiosidad.

—Kanon... ¿Acaso sueñas con Milo?... O quizás... ¿Con Julian?... Ya ni siquiera puedo distinguir los nombres que rondan en tus labios...

Se inclinó un poco para escuchar, pero no pudo distinguir lo que decía lejos de sus jadeos y gemidos, eso sólo lo hacía enrojecer, parecía estar un poco hipnotizado por sus labios.

Sin darse cuenta se acercó más

Y más

Estaba tan cerca que casi podía escuchar su respiración acelerada y agitada.

Lo observó un buen rato, hasta que el geminiano dormido se estremeció de forma brusca y repentina haciendo saltar al otro de la sorpresa.

Mientras el mayor se escondía debajo de la cama, el menor despertó agitado y con algo de dolor en su zona baja, se tranquilizo un poco y soltó una ligera sonrisa al aire.

—Otra vez ese sueño... Incluso juraría que el olor de tu perfume esta aquí...

Pasó sus dedos por su rostro, limpiando esas gotas cristalinas que corrían por sus mejillas.

Guardó silencio un rato, quito las cobijas y se deslizó a la orilla de su cama, tocó el piso frío pero pronto se arrepintió y busco un calzado cómodo y a la mano. Seguidamente se levantó y dirigió al baño, donde se despojó de sus prendas y giro la llave del agua.

Apresuradamente el mayor salio de su escondite y corrió a la puerta sin hacer mucho ruido, una vez afuera puso su mano en su pecho y apretó el puño

—No sé quién fue ni el nombre que tanto repetías... Pero si te hizo llorar... Me las pagara no importa cuánto tome... Lo encontrare y haré que se arrepienta de haberte lastimado

Si bien el mayor era muy tranquilo, también era sobre protector con su hermanito cuando alguien le hacia daño o jugaba con sus sentimientos.

Si tan sólo supiera que fue él mismo quien dañó a su hermano aquella noche tan borrosa...

De todas formas...

Es el secreto de Kanon