One-Shots

Can I Call You Tonight?

POV CALLE

Noviembre, 2013.

—¿Cómo te sientes?— es lo primero que me pregunta Kim al verme tras la pantalla.

La miro por algunos segundos sin saber que responder. Simplemente no me siento para nada bien y eso es desde hace semanas.

—No muy bien— contesto con sinceridad mientras bajo la mirada. Cada vez que me preguntan eso, la recuerdo a ella y me duele.

—¿Puedo hacer algo para qué te sientas mejor?— ella me ve con tristeza. Yo hago una mueca mientras pienso, pero después niego con la cabeza.

—Sí me ayudas a contactar con ella, podría sentirme mejor— trato de sonreír, pero me es imposible.

Kim abre sus ojos sorprendida y después me mira con cierta pena. Lo sé, es incapaz de ayudarme con eso.

—Lo siento, Calle— yo suspiro al escuchar sus palabras. Nadie puede ayudarme.

No sé cuanto tiempo he estado encerrada en mi casa, creo que voy para los dos meses (sino es que ya los pasé). En todo este tiempo me he sentido demasiado mal, sin ánimos de nada, ni siquiera de comer, simplemente con una necesidad de desaparecer por un momento para dejar de sentir. Es lo que más deseo.

Extrañamente mi mamá me ha dejado faltar todos estos días a la escuela, seguramente ya me han dado de baja, pero la verdad no me importa, mejor para mí, no quiero ir a clases ya que eso significa que tengo que fingir estar bien y es lo que menos quiero ahora.

Ya pasó bastante tiempo de que no sé nada sobre ella. La he querido ir a buscar, pero me enteré que su familia salió de viaje, aunque tengo la certeza de que volverán, estoy mal ya que no pude hablar con ella aquella vez. Tengo miedo de que no me quiera volver a ver cuando regrese.

—¿No quieres salir conmigo y los chicos?— pregunta de repente sacándome de mis pensamientos. —Ellos te extrañan, y yo también— añade.

Últimamente todos han estado más pendientes de mí que de costumbre, no me quejo y se que lo hacen porque me quieren, pero siento qué lo están haciendo muy exageradamente. Como si temen que me atreviera a hacer algo.

—No, estoy bien aquí— me encojo de hombros. Mi vista se dirige involuntariamente a la pantalla de mi celular. Desde hace más de dos meses espero algo de ella. Un mensaje, una llamada, algo... al menos un visto o que me bloquee, pero nada, y cada vez que le envió un texto, ni siquiera le llegan y eso me hace sentir peor. ¿Dónde estará?

—Sabes qué estamos aquí para cualquier cosa. Puedes hablar con nosotros, siempre estaremos dispuestos a ayudarte— dice con una sonrisa. Esas palabras me hacen sentir un poco mejor ya que tengo la seguridad de que hay alguien dispuesto a escucharme.

—Lo sé, gracias— le digo con mucha sinceridad y está vez con una sonrisa.

Después de eso Kim se despide ya que tiene que seguir haciendo sus deberes, así que yo también le digo adiós y terminamos la videollamada. Dejo mi computadora a un lado y me acuesto en mi cama mirando el techo como lo he estado haciendo todos los días. Sin querer, cierro los ojos y mi mente comienza a divagar en los cientos de momentos que he pasado junto a ella. Cada cosa que recuerdo, es una lágrima que dejo ir. Me recargo en mis codos solo para tomar mi celular e ir hacía el chat que tenemos entre las dos. Subo y subo, pasando de las decenas de mensajes que le he mandado hasta llegar en el último que me envió.

"¿Puedo llamarte esta noche?"

Sonrio al ver esas palabras. Ya era algo común entre nosotras hablar cada noche. Ella me enviaba un mensaje mientras yo esperaba con ansias volver a escucharla.