Prologo.

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“El frió era cada vez más intenso, la nieve caía desde hacia unas horas. Una joven, sentada sobre un sofá de color marfil, presionaba su cuerpo contra la sabana que cubría su piel. Un chico alto, de tez blanca se paro en el marco de la puerta que daba a la habitación, contemplándola. Su piel lucia más hermosa que nunca, sus labios habían tomado un delicado tono carmín que le encantaba: era como una invitación a besarle. Sonrió para sí mismo. Sin lugar a dudas, ella lo había hechizado […] Camino despacio hasta donde se encontraba la joven y se sentó a su lado, provocando un pequeño sobresalto en ella, el sonrió.
– ¿Te asustaste? –pregunto él.
– No te escuche llegar –sutilmente sonrió.
– Toma –el chico le entrego una taza marrón de gran tamaño.
– ¿Chocolate y crema? –Era más una afirmación que una pregunta.
El chico se acerco y con su brazo rodeo sus hombros, cubriéndose también con la sabana.
– ¿Tienes frió? –Pregunto ella.
– Ahora ya no…  –Dijo con la mirada puesta en la chimenea, esbozando una sonrisa tímida y sincera.
Rápidamente la chica puso el borde de la taza entre sus labios. Trato de disimularlo, pero sus mejillas estaban ardiendo.  El volvió su mirada hasta ella y puso su chocolate en la mesita que estaba junto al sofá.
–Tienes… un poco de crema en los labios…  –Dijo él, señalando los suyos.
– Lo siento... qué vergüenza…
– Espera… no te muevas… –Dijo con la respiración agitada.

Se acerco despacio hasta su rostro, provocando que su respiración despertase la perceptiva piel de la joven, cerro sus ojos y poso sus finos labios sobre los de ella, atrapándola en un tierno beso. Ella lo miro con dulzura, trato de incorporarse, pero él la detuvo.
– Espera, espera –dijo el- aun queda un poco…  –Se acerco nuevamente, besándola una vez más, la joven extendió su brazo hacia atrás colocando su tazón sobre la mesa que estaba a sus espaldas derramando accidentalmente el liquido que aun quedaba en el recipiente. Continúo besándola hasta cubrir el cuerpo ajeno con el suyo. Separo un poco sus labios y la miro–Te amo- pronuncio el… “ 

Te amo…respondió ella.
– ¿Con quién hablas, Nana? –Escucho la voz de una mujer a lo lejos. 
–  Con nadie –Respondió a secas.
– ¿Estás segura? –Murmuro, apareciendo repentinamente tras la puerta, la joven escondió bajo su almohada el libro que sostenía en las manos-. ¿Qué escondes?

– No es nada…  –Su voz sonaba nerviosa.

La mujer de unos veinticinco años, con una figura literalmente perfecta, se acerco hasta el borde de su cama poniendo un mechón de cabello tras su oreja.
– ¿Acabaste con las tareas?
– Aun no… esperaba que pudieras ayudarme con algunas cosas que no comprendo bien.
–  Claro, pero antes ven a cenar  –Pronuncio dirigiéndole una cálida sonrisa.
– Está bien, iré enseguida… 

- Nana- (the GazettE/Kai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora