five

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Hyunjin azotó la puerta en cuanto entro a su habitación.
Evitó hablar con Yeji e igualmente con su madre.
No sabía si estaba enojado o triste, tomó un oso de felpa de su cama y lo abrazó comenzando a llorar.
Su celular sonó, lo tomó y era una llamada entrante de Jeongin.
Ni siquiera quería hablar con ese niñato, estaba hartó de todo el mundo así que colgó.

– Soy un idiota - se dijo - Perdón, binnie - susurró

Changbin pensaría que era un completo tonto.
Cómo quería volver a hablarle si cuando lo veía quería correr y esconderse.
Luego estaban sus amigos, burlándose de sus sentimientos.
¿No era tonto seguir enamorado de alguien después de cinco años sin verse...o tal vez sí?

– ¿Hyunjin? - la voz de Yeji se escuchó detrás de la puerta - ¿Puedo pasar?

– No, déjame solo - respondió simple sin dejar de abrazar su osito

Solo quería llorar, no quería hablar con nadie.
Estúpido Changbin, estúpido Daehwi, estúpido Sanha, estúpidos todos.
Con ese pensamiento se acomodó mejor en la cama y entonces se quedó profundamente dormido.
Ojalá la tierra se lo tragara.

Changbin se tiró boca arriba en su cama y un largo suspiro salió de sus labios

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Changbin se tiró boca arriba en su cama y un largo suspiro salió de sus labios.
Después de todo no había sido un mal día, exceptuando el accidente de Hyunjin.
Todavía no entendía porque había corrido pero en fin, otro día podría saludarlo.

– Ryujin - habló en un susurro recordando el nombre de esa bella chica

Y es que la belleza de Ryujin lo había capturado desde el momento en qué la vió.
Su bonita sonrisa, su voz y su precioso cabello azulado.
Agradecía al hermano de la joven por haberse caído, si no probablemente no la hubiera conocido.

– Hermanitooo - Soojin entró a la habitación sin previo aviso y se recostó a su lado

– ¿Qué quieres ahora? - pregunto frunciendo el ceño

– ¿Solo quería preguntarte qué le hiciste al niñito del lunar? - Changbin iba a hablar preguntándole como se enteró - Me dijo Daehwi que los espantaste

– Yo no le hice nada - habló enojado - Él simplemente salió corriendo como si yo fuera un fantasma

– Será mejor que dejes al niño en paz, binnie, me caía bien cuando llegaba a casa a jugar - Soojin sonrió inconscientemente - Aparte que era muy atractivo, yo le veía toda la pinta de modelo

– Pero es que ni le hable o lo toque, él solo huyó de mí - Changbin suspiró

– Bueno, a lo que vine, quieres cenar algo? - Soojin se sentó en la cama - Mami y papi me mandaron para eso

– No gracias

– Está bien, bueno ya me voy - la pelinegra se levantó lista para irse - Y ya quedaste advertido, le haces algo al niñito y te las verás con mi puño

– Oh, vamos ya veté - el chico aventó un almohada hacía su hermana pero está fue más rápida y salió corriendo

Hyunjin, ese nombre le traía tantos recuerdos.
El mismo chico que se había quedado con algunas de sus sudaderas.
La mayoría de veces que salían olvidaba traer algo para taparse del frío y así era como le prestaba sus suéteres (que nunca más volvían).
Apenas y lo vió unos segundos pero noto su cabello largo y rubio.
Se veía muy bien, lindo como siempre.
También recuerda la vez que fue a su casa y por accidente encontró una carta confesando su amor hacía él, no le tomó importancia porqué solamente veía a Hyunjin como un gran amigo y así se quedaría.

𝙋𝙨𝙮𝙘𝙝𝙤 - 𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙟𝙞𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora