El Último Guardián del Sacrificio

Canción 07: Hija de la Luna

"...W...i..."

¡Lan Zhan, Lan Zhan! ¿Qué haces aun en la cama? ¡Ya amaneció!

"¿...Wa...Ji? ¿...escu...chas?"

¡Vamos Lan Zhan! No me vas a dejar solo ahora, ¿verdad?

"Por... levántate, WangJi... hoy es...."

¡Después de todo, mañana es mi cumpleaños!

"...la ceremonia".

Los ojos de Lan WangJi se abrieron inmediatamente.

Al lado de su cama, Lan XiChen dio un suspiro de alivio, "Gracias a los dioses, estás despierto. Tenía miedo de que..."

"¿Dónde está Wei Ying?" Lan WangJi inmediatamente exigió, ignorando el dolor pulsante en su espalda.

Lan XiChen se congeló, "...WangJi, no deberías preocuparte por él ahora mismo. Tu espalda..."

"¿Dónde está Wei Ying?" Lan WangJi repitió, más firme esta vez.

Lan XiChen comenzó a temblar, "...Todavía piensas en él, ¿verdad? WangJi por favor, olvídate de... ¿WangJi? ¡WangJi, detente! No deberías moverte con esas heri..."

"¡¿Dónde está Wei Ying?!" Lan WangJi gritó, con la voz ronca por el miedo y la ira, "Tengo que ir con él. Tengo que salvar..."

"¡Es demasiado tarde para eso!" Lan XiChen gritó, igualmente enojado.

Lan WangJi sintió que su corazón caía al suelo, "¿Qué quieres decir...?"

"Estuviste dormido mucho tiempo, WangJi", respondió Lan XiChen, "Hoy es 30 de octubre. Dentro de una hora, cuando llegue la medianoche y cambie al treinta y uno, el Joven Amo Wei ya no estará en este mundo".

De repente, la esperanza regresó a Lan WangJi, "No es demasiado tarde..."

Lan XiChen parecía preocupado, "¿WangJi? ¿Qué quieres decir...?

"Todavía puedo salvar a Wei Ying".

Lan XiChen parecía destrozado "¿No me entendiste, WangJi? ¡Es demasiado tarde para eso! El Joven Maestro Wei..."

"...Está vivo", replicó Lan WangJi, "Wei Ying sigue vivo". Miró hacia la tenue luz de la luna, odiando el hecho de que se atreviera a moverse.

Debo salvarlo, pensó Lan WangJi con determinación.

Lan WangJi comenzó a levantarse, pero en el momento en que se levantó de la cama, sintió que su cuerpo se derrumbaba bajo su peso, todavía no se recuperaba de las innumerables heridas que el látigo había dejado en su cuerpo.

"¡WangJi!" Lan XiChen gritó: "¡Basta! ¡No debes moverte! Tu cuerpo..."

"¡Bien!" Lan WangJi dijo con los dientes apretados mientras intentaba arrastrarse por suelo, "¡Debo ver a Wei Ying!"

¡Tengo que salvarlo!

Los ojos de Lan XiChen se ablandaron, "Sabía que esto pasaría. Sabía que te despertarías hoy para verlo, lo sabía..."

Lan WangJi intentó levantarse, usando cualquier mueble a su alrededor para empujarse, para ayudarlo a arrastrarse por el suelo...

Sin embargo, de repente sintió que una mano en forma de apoyo lo alcanzaba, ayudándole a levantarse del suelo y sujetándolo mientras caminaba hacia delante.

Lan WangJi, "¿Hermano...?"

"Sé que nada de lo que diga te hará cambiar de opinión", dijo Lan XiChen con tristeza, "así que, al menos, debería asegurarme de que no te mates antes de que lo veas".