Cap 1: Un joven pelirrojo

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Ya era tarde, pero no podía dormir... 

De nuevo sus padres estaban discutiendo, los gritos eran audibles a pesar de que ellos estuvieran peleando en la sala y su habitación se encontraba subiendo las escaleras. Gritos, gritos, gritos... Escucharlos gritar le daba mucho miedo pero lo que más le aterraba es que después de los gritos siempre había sonidos de cosas estrellándose contra la pared o peor aún el sonido de un grito de dolor seguido de unos leves sollozos de su madre. Para deshacerse del miedo se escondía entre las cobijas y procuraba abrazar lo más fuerte que podía un pequeño conejo de peluche, los gritos no paraban... Silencio, silencio ¡Silencio! 

***

-- ¡Maestro Sutcliff! -- Una aguda voz femenina hizo que los ojos del pelirrojo se abrieran con disgusto y pesadez. Ella tragó saliva esperando un regaño de su amo que nunca se dio para su buena suerte, tal vez, estaba más adormilado de lo normal -- Perdone que lo despierte Maestro Sutcliff, pero estamos a punto de llegar. 

-- ¿Para eso me despertaste?-- Dijo haciendo un pequeño puchero, la chica no dijo nada y se limitó a seguir conduciendo -- Como sea, sabes que no me quedaré mucho tiempo en ese lugar. 

-- Debería hacer el intento Maestro Sutcliff -- suspiró -- Es por su bien, ya ha escapado de las mejores escuelas que esta nación puede ofrecer y el corporativo va a necesitar a alguien que se encargue... 

-- Ya he dicho...-- Dijo con un tono de molestia y cansancio en su voz -- ¡Qué yo no quiero irme a Londres terminando la escuela! Yo quiero quedarme aquí en Francia con los viñedos... ¡El trabajo en oficinas es demasiado aburrido! 

-- Sé que no es de su agrado Maestro Sutcliff pero... 

-- Deja de decirme Maestro Sutcliff, ni que fuera mi padre para que me digas así -- Antes estas palabras ambos bajaron la cabeza, ella con un gesto de tristeza y él con un gesto de molestia, parecía que el personal extrañaba más al señor Sutcliff, fallecido hace tan solo 2 meses que su propio hijo -- Hagan como quieran pero yo no terminaré la escuela, rastren mi celular o contraten guardias no me importa... 

-- De hecho... 

-- ¿Qué? -- La chica calló, lo cual molestó bastante al joven de cortos cabellos rojos -- ¿¡No me digas que en serio hay un chip en mi celular?! 

-- No, no, no, no, el señor Crevan no es tan desesperado por retenerlo -- dijo riendo nerviosa para después mirar por le retrovisor al carmín -- No quería decirlo ahora pero... El señor Crevan ha hecho un contrato con el señor Liam Spears, el dueño de una agencia de inteligencia y seguridad privada para mantenerlo vigilado en su estadía en el instituto... 

-- ¿¡QUÉ HIZO QUÉ?! -- Gritó tan fuerte que incluso hizo que la joven perdiera el control del vehículo por un momento -- Ese maldito vejete, planea mantenerme prisionero ¡A MÍ! ¿¡ Sabe que si termino la escuela dejará de ser el presidente del corporativo?! ¿¡ En que rayos le conviene contratar guardias para mí?! 

-- El señor Crevan era un muy buen amigo de su padre, tal vez solo estaba preocupado por su futuro...

-- Mi futuro, mi futuro, ¡Mi futuro debería un importarle un carajo! -- Concluyó cruzando sus brazos y hundiéndose en el asiento todavía molesto -- Dime por favor que mis guardias no serán omegas porque ser cuidado por omegas sería lo más humillante que me podría pasar. 

-- No tengo la menor idea de quién o quienes serán sus guardias joven Sutcliff pero dudo que lo pongan con omegas ante la posibilidad que usted sea un alfa...

-- No es una posibilidad, es un hecho que yo soy un alfa -- le interrumpió. 

-- Pero nunca se sometió al examen de sangre cuando era adolescente joven Sutcliff, no sabemos con exactitud... 

Entre tú y yo... ( Omegaverse Grelliam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora