Pequeña historia de como floreció el amor entre 2 aspirantes a héroes.
-Kacchako Week 2020- Día 3 - Postre-
Ship: Kacchako
#5 Kacchakoweek ⭐
-Los personajes le pertenecen a Horikoshi Kouhei, las imágenes no me pertenecen, créditos a sus respectivo...
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La señora Bakugou apareció cerrando la puerta y sacó a la castaña de sus pensamientos; se miraron y la rubia sonrió.
- Pasa, no tengas vergüenza. –
- Gra-gracias por recibirme. – Ochako se moría de la vergüenza ya que nunca se imaginó en la casa de Bakugou, ni siquiera había visitado la casa de sus amigos, ahora mucho menos la del chico con el que menos hablaba; si bien las interacciones entre ambos era meras formalidades, durante algún entrenamiento o en clases, él hablaba muy poco, a pesar de su acostumbrada verborrea sin tacto alguno, para con ella únicamente en el festival.
- No es nada, pero debes darme ese uniforme mojado para ponerlo a secar, Katsuki me dijo que deben llegar uniformados. –
- Am... que... que vergüenza, yo puedo llegar y cambiarme en los dormitorios antes de subir al salón. –
- Que va, nada de vergüenzas, del mismo modo tengo que secar el de él. – La dama caminó hacia el pie de la escalera y Ochako descubrió de quien había heredado los berridos su compañero. - ¡Katsuki! Dame el uniforme para secarlo que es el único que trajiste. –
- ¡Deja de gritarme vieja bruja! – Se escuchó desde arriba, Uraraka bajó la cabeza y con vergüenza pasó hacia el baño.
- Permiso voy al... baño. –
- Si, adelante Ochako chan. – Era como si la mujer fuera bipolar, cuando le gritaba a su hijo ponía una mueca que la castaña ya le había visto al chico varias veces; pero cuando se dirigió a ella eran tan dulce que parecía otra persona. "Me pregunto si Bakugou kun es de ese modo también" Se dijo entrando en el baño, cerró la puerta y dejo la mochila en el mueble del lavabo. "Quizás tiene un lado amable que nadie conoce" Pensaba mirando a la nada cuando se desabotonaba la camisa. De pronto la imagen del rostro del chico acercándose apareció en su testa; la cara se le encendió de inmediato y el corazón le dio un vuelco. "Eso no... no fue un beso... no, porque él estaba dándome su aire, además yo lo necesitaba... ¡El aire! No el beso, pero no fue un beso... ¡No!, ¡No lo fue, no!" Alterada y con la cara encendida se despojó del resto de las prendas mojadas y las dejó en el lavabo; se fijó en la ropa interior y las medias y suspiró. "Que vergüenza" Sacó ropa limpia y se vistió; luego un cepillo que se pasó por los cabellos que tenía húmedos todavía y estaba peinándose cuando tocaron la puerta haciéndola dar un respingo.
- ¿Sí? –
- Ochako chan, ¿ya tienes la ropa? –
- Am... sí. – Se apresuró a tomar su uniforme y abrió la puerta asomándose. - S-si no es demasiada molestia; se lo agradezco mucho. -
- No lo es, tu tranquila. – Le ofreció la ropa y cuando la rubia la colocó sobre el uniforme del chico ella bajó la cabeza muerta de la vergüenza. – Oye... - Ella elevó el mirar cuando la mujer bajó la voz. – ¿Es sólo esto? –
