SYMBIOSIS [ABANDONADA]

I: Aterrizaje

¿Quién nos asegura que somos los únicos seres vivos en ésta galaxia?

¿Quién nos asegura que existe un solo universo?

Y sí te dijera que no estamos solos en éste supuesto infinito... ¿Que pensarías?

Los humanos no nos conocemos ni a nosotros mismos ¿Y nos quieren hacer creer que conocen todo sobre la posibilidad de vida en otros planetas que ni siquiera conocen? Patético.

Conspiración, paranoia, miedo, sarcasmo, usarán cada palabra del diccionario para intentar desacreditar cualquier información que nos revele la verdad.

¿Por qué? Te preguntarás.

Oh, es simple, por miedo.

Sí, el mismo miedo que sientes al apagar la luz, el mismo miedo que llevó a hombres a la guerra, el mismo miedo que acabó con numerosas vidas humanas, el mismo miedo que llevó a una ciudad a la ruina.

Tal vez te creas capaz de tolerar esa información, ¿pero adivina qué? No lo estás.

Nadie está realmente preparado para saber que existen seres allá afuera coexistiendo en nuestro mismo espacio.

El miedo consume a las personas de maneras monstruosas, es capaz de destruir el sueño y la tranquilidad de miles, abre las puertas a cientos de pensamientos tanto buenos como malos.

¿Por qué arriesgarse? Es mejor dejar vivir a las personas felizmente en su ignorancia.

Despertarán solos, o tal vez no, de cualquier manera es mejor que preveer un panorama de caos mundial.

Porque para ser sinceros, nadie sabe tampoco si aquellos seres serán buenos o malos con nosotros.

Y si te dijera que hay vida en otros planetas... ¿Cómo reaccionarías?

Esas eran las preguntas que Naruto se hacía día tras día luego de haber terminado de ver una película para niños sobre un invasor alienígena.

No estamos solos, eso es seguro.

El espacio y sus inmensidades era un tema que apasionaba a Naruto de sobremanera, y no era para menos, con sus recién 29 años el rubio era miembro élite del equipo de astrónomos del país del fuego, actualmente estaba residiendo en la ciudad de Konoha debido a una investigación.

Para nadie era secreto que el rubio era un "ufólogo de clóset" como solían llamarle, su propia versión del científico loco espacial.

No es como si Naruto anduviera siempre en las nubes pensando en pequeñas criaturas verdes queriendo conquistar la tierra, aunque no es como si pudiera preguntarle a alguien sobre eso.

Lo rebajarían a chiflado y demente, a la gente en común le asustaba tan siquiera escuchar la palabra "alien" y aún más viniendo de la boca de un reconocido científico, era como si una suposición se volviera verdad absoluta para aquellos temerosos ignorantes.

-¡Tío Naruto!- el Uzumaki salió de su estupor al escuchar aquella voz, enfocó su vista hacia la entrada del parque donde se encontraba.

-¿Sarada? ¡Que alegría verte-ttebayo! ¿Dónde está tu madre?- aunque la azabache no era su sobrina real siempre la había querido como parte de su familia, después de todo era la hija de su mejor amiga.

-vaya, no pensé encontrarte aquí Naruto, ¿Perdido en las estrellas otra vez? Tu tiempo se está yendo, a éste paso no encontrarás una chica linda con quién casarte- exclamó Sakura con divertida preocupación, atrás de ella se escondía una de sus conocidas, Hinata.