Duelo En El Tren

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Octubre, 1697

Entreabrió la cortina para mirar a través de la ventana, era una mañana bastante bonita, el prado se veía de un hermoso color verde y las flores estaban más fuertes que nunca, la primavera era su favorita, sin duda.

Pensar que dentro de unas horas al atardecer todo sería un completo caos y la mañana soleada que ahora presenciaba se convertiría en una oscura noche con fuertes vientos y muchos lamentos.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el suave canto de un ave, dirigió su atención a ella esperando a que ambas se conectarán con sus miradas para luego hacer un simple movimiento con su mano y hacer que el ave se estrellara contra el vidrio, dejando una pequeña mancha de sangre.

Sonrió.

Dirigió su vista a las pequeñas libélulas que volaban fuera y parecían reírse de ella en su cara, frunció el ceño al notar lo último, y pensar que a ese insignificante insecto no podía hacerle ni un solo rasguño.

Escucho los golpes en la puerta y los gritos fuera de la casa, parecían no querer esperar más por su ansiada aparición, llevó sus manos hasta el inicio de su habitual vestido blanco para alisarlo un poco, se colocó correctamente sus sandalias cafés y se miró a sí misma por el escaso reflejo que le obsequiaba su ventana. Su cabello largo, ondulado y de un fuerte color negro se veía ligeramente despeinado, su tez pálida se veía mucho más pálida que de costumbre y por último sus hechizantes ojos azules se veían más vivos que nunca, como si tuvieran electricidad dentro, le daban vida a su apagada apariencia.

Era la clase de ojos que podrían convencer a quien fuera de que estaba frente a un ángel.

Golpe.

Golpe.

La turba estaba fuera de su casa apuntó de tirar su puerta.

Abigail Williams volvió a sonreír, sabía que ese sería posiblemente el último día de su vida...

Miró las libélulas de nuevo.

... El último hasta dentro de muchos, muchos años.

~~-~~

- Estás invadiendo mi espacio personal, muévete.

- ¿Te crees el rey del auto?, Confórmate, no hay mucho espacio.

- Si fuera el rey del auto, ¡TÚ NO ESTARÍAS AQUÍ!
- Oh, pues que bien, PORQUÉ NO ME INTERESA.
- Si no te interesa, ¿Porque no te bajas y caminas hasta la estación?

La pequeña pelirroja lo miró con una expresión que no reflejaba para nada felicidad. Para luego mirar al frente del auto.

- Papá, James está molestándome, ¡de nuevo!
- No te estoy diciendo nada.
- ¡PAPÁ!

Harry Potter intentaba concentrarse en el camino, pero con sus hijos discutiendo por cualquier tontería era realmente difícil, cerró sus ojos un momento para dejar salir un suspiro.

- James, deja a tu hermana tranquila.
- ¡No le hice nada!
- ¡Solo muévete un poco!

Y si, estaba replanteándose seriamente como llegó a esa situación... Tal vez todo comenzó cuando dijo, ¡hey! ¿No sería genial tener hijos? No, no lo era.

- ¿Pueden hacer silencio? Intentó leer el periódico -Albus se recostó apoyándose en la puerta del lado izquierdo para seguir leyendo, hasta que noto cuatro miradas sobre él.
- ¿Qué?

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2021 ⏰

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