Capítulo 15

27 6 2
                                    

Imagen de Gastón 

Era el día del casamiento de Julieta y yo seguía sin vestido.

Me miraba al espejo con el ceño fruncido mientras la peluquera me hacía un peinado recogido. No me estaba haciendo nada de otro mundo, era un rodete bajo con algunos rulos sueltos que caían a los costados de mi cara.

-¿No te gusta cómo te está quedando?- Pregunto nerviosa Amanda, la peluquera.

-¡No, no! ¡Me encanta, es lo único que me gusta hasta ahora! Estoy preocupada porque faltan cuatro horas para el casamiento y todavía no tengo que ponerme.- Le dije tratando de relajarme.

-Pero tu madre me dijo que tenías un vestido hermoso.- Dijo muy alegre.

-Sí, pero es un vestido largo, brilloso y blanco. Voy a parecer la novia y no es mi momento de brillar.- Dije rendida.

-Oh claro, pero bueno, seguro que algo vas a encontrar para ponerte.- Me dijo con su tono alegre.

Tenía la esperanza de que mi abuela me llevara algún vestido de ella o de mis tías a mi casa que fuera lindo. El vestido que había usado de ella era hermoso, esperaba que así de linda sea la demás ropa, pero igualmente me sentía enojada e indignada. Había querido ese vestido desde que mi prima me había dicho que se casaba.

Al llegar a mi casa me encuentro con Gastón que estaba cruzando de su casa a la mía y le dedico una sonrisa pequeña.

-Tu familia se va ahora con mi papá. Andrés y yo vamos con vos.- Me dijo mirándome de arriba abajo y riendo al notar que venía caminando del centro del pueblo con mis pijamas puestos.- cuando estés lista.

-Estoy en medio de una crisis de moda, tal vez no me quieran esperar. ¿Y quién lleva a la abuela/ prima?- Dije en chiste.

Unos días antes nos habíamos reunido en la librería con Sara, Gastón y Andrés para hablar de todas las cosas que habían pasado en el último tiempo. Entonces ahora sabían que si éramos familiares, aunque súper lejanos.

-Ja ja, qué chistosa. La abuela se fue al pueblo de Julieta hace un rato, vino por ella la tía Eliza (Una prima de Sara).- Me respondió Gastón mientras entrabamos en mi casa.

-Okey, acompáñame a mi habitación, supuestamente la abuela me dejo unos vestidos ahí para que elija.- Le dije mientras subía las escaleras. Él me miro con ojos pícaros.- Estoy muy indecisa y necesito que alguien decida por mí, es solo eso.

-No dije nada.- Dijo levantando las manos y riendo.- Andrés se cambiaba y nos tocaba bocina para irnos, tenemos un buen rato de viaje, así que apuremos.

Cerré los ojos indignada. No quería que me apuraran cuando no sabía qué ponerme todavía.

Al llegar a mi habitación miré los tres vestidos que estaban extendidos en mi cama. Uno color crema, o tal vez rosa, pero se notaba que estaba viejo y percudido. Era hermoso, pero no estaba a tiempo de arreglarlo para que se luzca. El segundo era del azul que yo quería mi vestido, pero era corto. Podía ser una buena opción. El tercer vestido era de un rojo fuerte, corte corazón y largo.

Gastón levantó el vestido rojo y lo señalo como diciendo, este tendrías que usar.

Me senté en la cama frustrada y agarre el vestido azul con fuerza.

-¡Qué bronca que tengo!- Grite mientras me acostaba en la cama.

-¿No crees que estás exagerando un poquito? Tenés tres vestidos hermosos acá, tal vez no es el que vos querías, pero sabes que te van a quedar espectaculares.- Me dijo Gastón.

-Ya lo sé.- Grite y me reí al admitir que me quedarían hermosos.

-Por suerte sos muy humilde.- Dijo sarcástico Gastón.- A ver, quiero ver el vestido de tus sueños que no lo hicieron como querías.- Dijo rendido mientras se sentaba junto a mí.

La última brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora