I•N•V•I•S•I•B•L•E.

~2~

Estruendosos, así eran los irritantes tacones de mi madre por las mañanas, tronando en el suelo cada paso que ella daba. Lo siguiente es un toque a mi puerta y ahí esta ella invadiendo mi espacio con su cabello rubio asomándose por la orilla. Me indica lo que debo hacer, hoy es día de pruebas.

Me levante enseguida para darme un baño, y comenzar el pesado día que me aguarda.

Sin ganas, cansado, y sin energía así me veía al espejo, ya no quiero hacerlo, ¿por qué no simplemente dejo todo y hago que me acepten como soy?, no es como si yo lo hubiera pedido al cielo.

Escoger lo que debo llevar es un poco difícil no se si debo ir descubierto de piernas o brazos, no sé de dónde sacar las muestras esta vez. Si mi padre estuviera justo ahora talvez no sería el objetivo principal, la obsesión cambia a las personas algunos tienen la suerte de que sea para bien, pero yo no conozco que es tener suerte, desde los primeros segundos de mi vida, la suerte me desprecio.

No es muy especial mi esencia, pero a veces sirve, y con eso, solo doy a entender que ayudo ejemplo en los días de lluvia y eso no es algo tan asombroso, jamás lo será. Talvez podría trabajar en la comisión de electricidad, está bien si no es gracioso, no se hacer chistes.

...

Me apresure a tomar mis cosas para el día de hoy, todo lo necesario para soportarlo, celular, lentes negros, audífonos, y por supuesto mi balón, planeo ir esta tarde a jugar a las canchas del vecindario, así que no puedo pensar en olvidarlo.

La pereza se podía distinguir en todo mi ser, sentí mis pies cansados al bajar las escaleras, los gritos de mi madre obligando a mi hermana a tomar sus vitaminas inundaban la cocina entera. Y eso hizo cuestionarme si estaría mejor ir dormir de nuevo.

—Buenos días solo voy a pasar por fruta y me voy para que sigan en su batalla —las dos me observaron pero no dijeron nada, supuse que mi hermana acepto y mi madre no tuvo que pelear más.

Me regrese a la sala, tome mi celular y me puse a ver que de nuevo había en mi perfil, mientras esperaba a que estas mujeres se propusieran salir a tiempo, la única ventaja de que ellas tardaran tanto era que podía adelantar un poco de mis "actividades" sin necesidad que ellas me estén diciendo ¿por qué haces eso?, ¿en qué te va ayudar eso?, o las artes no son más que una pérdida de tiempo, y esas cosas que, la verdad, no les pido que pregunten y tampoco quiero saber su opinión.

La vida con mujeres es bastante buena, no pienso que eso afecte nada en mí, papá siempre dijo que, estar entre mujeres era una bendición, porque te enseñaban cosas nuevas que nuestro razonamiento no comprendía, que ellas tienen el don de saber solucionar sin necesidad de otros y que esa independencia quería que la tuviera yo. Él quería que yo solucionara algo, pero, nunca supe que era.

Me decía constantemente que yo era especial, que tenía algo único en mí, pero siempre recibía sus motivaciones como simples palabras de un padre a su hijo, hasta que me demostró que no lo decía al vacío. El día que lo hizo me dijo que sabía que no era algo de lo que debería preocuparme, que con el tiempo me adaptaría y lo aceptaría como parte de mí. Y que siempre debía de estar feliz por mis raíces, que luchara contra todos los que fueran en contra y que protegiera a mi familia. Un mes después murió de causas muy extrañas, pero jamás cuestioné, ni lo hare.

...

Mi madre salió y escuché que puso en marcha la camioneta, mi hermana también lo hizo para meter sus maletas donde lleva los necesario para quedarse con sus amigas como cada inicio de semana, pensé que entrarían al instante, pero me parece escuchar una voz diferente algo nueva.

Camine hasta estar detrás de la cortina de la ventana principal, ahí podría talvez, saber de quien se trataba, mi mama hablaba detrás de la camioneta con un hombre bastante alto parecía joven, en unos segundos mi madre cerro la cajuela y solo tuve la opción de cerrar la cortina si no quería ser catalogado como entrometido.